Messi ha cambiado la historia de Argentina para siempre e hizo que un gran número de latinoamericanos se sintieran orgullosos al haber vencido al resto de potencias europeas.
No era nada sencillo vencer a una Francia que buscaba el doblete, pero la unión de la selección argentina fue más fuerte que la calidad de los franceses. A continuación, echamos un vistazo a algunas de las claves por las que Argentina acabó consagrándose como campeona del mundo.
Argentina era una de las favoritas en las apuestas
Según las casas de apuestas, Argentina y Brasil eran las favoritas de los aficionados para ganar el Mundial. De hecho, este Mundial de Catar ha sido uno de los que más apuestas ha registrado de las últimas ediciones, debido al gran crecimiento de la industria del juego online. No solo las casas de apuestas están en pleno crecimiento, los casinos online como los que se ofrecen en SrCasino tampoco dejan de crecer.
Argentina cumplió con los pronósticos y fue capaz de superar a Brasil en el torneo, pese a que no se enfrentaron directamente. Otra de las favoritas era Francia, que llegaba al Mundial como última campeona y con una plantilla realmente fuerte en cuanto a nivel físico. Sin embargo, el coraje argentino fue superior y determinante en la tanda de penaltis.
Gran fuerza mental y resiliencia
Si por algo se caracteriza el equipo argentino es por no venirse abajo en momentos complicados para no hacerlo. Por ejemplo, Holanda empató el encuentro a segundos del final, pero la selección argentina fue capaz de mantener la concentración e imponerse en la tanda de penaltis. Pocos equipos se habrían repuesto de un mazazo anímico como que les empatasen el partido tras tener dos goles de ventaja.
Al mismo tiempo, nunca es de buen gusto empezar perdiendo en un torneo y Arabia Saudita protagonizó la sorpresa del torneo al vencer a Argentina en la primera jornada. Sin embargo, solo fue un obstáculo más en el camino para ver cómo la selección iba superando adversidades. El equipo estaba cada vez más unido hasta que lograron el objetivo marcado al principio del torneo.
Un buen portero gana títulos
Los buenos porteros se demuestran en los momentos decisivos. Ya lo demostró Casillas con las múltiples paradas de la final de España y Holanda en 2010. Emiliano Martínez cosechó varias paradas vitales para que su equipo pudiese llegar a la tanda de penaltis, como el balón que sacó al remate de Kolo Muani en los últimos instantes del partido.
El portero del Aston Villa fue uno de los grandes protagonistas del torneo y permitió que los argentinos pudiesen soñar con levantar un nuevo trofeo de la Copa del Mundo.