Los Juegos Paralímpicos de París 2024 continúan con grandes noticias para nuestro país. Juan Samorano obtuvo la medalla de bronce en la disciplina taekwondo -70 kg (K44) y le dio la segunda presea a la delegación argentina en la competencia que se disputa en Francia.
Samorano, de 42 años, venció al uzbeko Javokhir Alikulov por 6-5 y repitió el mismo resultado que en Tokio 2020. Luego de haber derrotado al tailandés Tanapan Sotthiset, el taekwondista cayó en cuartos de final ante el japonés Kudo Shunsuke, por lo que debió ganarse el lugar por el tercer y cuaro puesto a través del repechaje, fase en la que le ganó al georgiano Giorgi Nikoladze.
El oriundo de Merlo había su plaza en París 2024 tras haberse consagrado campeón en los Juegos ParaPanamericanos de Santiago 2023. Con esta medalla, Argentina suma suma la segunda al medallero, tras el bronce de Antonella Ruiz Díaz en la disciplina lanzamiento de bala (F41), la misma que había obtenido en Tokio 2020.
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La historia de Juan Samorano
En 2005, cuando Samorano tenía 23 años y no practicaba taekwondo, sufrió un accidente automovilístico que obligó a amputarse el brazo derecho. "Yo trabajaba en la vía pública arriba de una camioneta. Pegaba afiches y hacía las carteleras de los paneles que estaban al costado de las autopistas. Ese día, mi compañero que manejaba se quedó dormido porque veníamos de mucho trabajo. Chocamos en Liniers contra un guardarrail”, contó en abril pasado en una entrevista al medio Infobae.
“Lo que me pasó me tiró muy abajo. Se me empezaron a cerrar un montón de puertas, se me cayó el mundo abajo en un segundo. Buscaba trabajo y no me lo daban por la parte estética o porque nadie se quería arriesgar a tener a una persona discapacitada trabajando. Mi pareja había quedado embarazada y teníamos que rebuscarnos la vida como podíamos para mantener a una criatura. Psicológicamente eso me tiró para atrás, estaba en la calle de acá para allá. Fue muy duro", agregó sobre aquellos días después de la operación.
Sin embargo, con el tiempo Juan pudo progresar y contó cómo conoció el deporte del que hoy es figura mundial: "Nunca imaginé que iba a meterme en este deporte. Estaba caminando por una avenida y empecé a escuchar gritos que venían desde un salón que estaba arriba de un local. No sabía ni lo que había, pero el ser chusma me llevó a subir las escaleras y ver qué estaba pasando. Ese fue mi primer contacto con mi profesor, hoy mi entrenador personal, Eduardo Guzmán, y los chicos. Los vi entrenando, haciendo taekwondo y ahí arrancó mi historia deportiva”.
"Yo empecé a hacer deporte como una terapia. Iba para sentirme bien, para sentir que podía hacer algo. Lo usé como una ayuda psicológica y mental. Me daba tranquilidad saber que estaba haciendo algo por mí mismo. El deporte me hizo ser la persona que soy. Me ayudó a poder tener una familia estable, que fue mi mayor logro a nivel personal, a poder sociabilizar y poder salir a la calle sin importar que me miraran. Fue fundamental y si no hubiese hecho deporte no sé qué hubiera sido de mí, quizás hubiera bajado los brazos y me hubiera quedado en la calle, no sé", finalizó.