La multicampeona judoca Paula Pareto se despidió de los Juegos Olímpicos de Tokio sin chances de pelear por una medalla. La argentina cayó en el repechaje contra la portuguesa Catarina Costa por apenas waza-ari y llenó de emoción el estadio, con una despedida a su altura.
Debilitada por una lesión en su codo izquierdo, Pareto dio todo y peleó hasta el último segundo por revertir la leve ventaja de su competidora. Sin embargo, no pudo quebrar las tácticas evasivas y de escape de Costa (que recibió dos infracciones por ese comportamiento).
La "Peque", de 35 años, comenzó su camino en Tokio con grandes victorias por ippon en sus dos primeros combates. Primero venció a la sudafricana Geronay Whitebooi en la ronda de dieciseisavos de final, con una llave de sumisión, y luego obtuvo dos waza-ari para dejar a la eslovena Marusa Stangar, duodécima del escalafón y medalla de bronce en el Campeonato Europeo de Minsk 2019.
Sin embargo, las buenas sensaciones se torcieron en los cuartos de final, donde perdió por ippon con la japonesa Funa Tonaki, tercera del ranking mundial, y sufrió una lesión en el codo izquierdo, una molestia que la afectó en el repechaje. La "Peque", de 35 años, quedó tendida en el suelo, se levantó con dificultad y se retiró del recinto con signos de dolor. "El problema es en el codo, necesito que me vea el médico", avisó ante el micrófono de TyC Sports,
Con el sinsabor de no pelear por medallas, pero con una impresionante demostración de respeto de su rival, sus entrenadores y todas las autoridades presentes en el estadio, la "Peque" completó su última función en un Juego Olímpico, competencia en la que alcanzó la medalla de oro en Río de Janeiro 2016 y el bronce en Beijing 2008. La argentina dejó una huella en el deporte olímpico argentino y logró el reconocimiento más allá del experimentado mundo del judo, convirtiéndose en una figura histórica del deporte argentino y en la llave que popularizó su disciplina a nivel nacional.