Los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024 pueden ser un momento bisagra para la historia del deporte a nivel mundial. Por primera vez desde Atenas 1896, la cantidad de deportistas hombres y mujeres que compiten es igual, un precedente fundamental para alcanzar la igualdad de género en un ámbito tradicionalmente ocupado por varones. La brecha parece achicarse cada vez más en países de la región como Colombia y Brasil, que por primera vez llevaron más mujeres que hombres en sus delegaciones, pero Argentina quedó atrás. Este año hubo menos atletas y la representación femenina sigue rondando el 30 por ciento, como en los Juegos anteriores. El panorama es aún más sombrío en un contexto de ajuste al ENARD y con políticas con las que sólo tienen oportunidades las disciplinas preferidas de la idiosincrasia deportiva argentina: deportes de grupo y con pelotas.
Las desigualdades estructurales de género persisten en el mundo pero, de a poco, las deportistas mujeres están tomando la delantera. En los primeros Juegos modernos con participación femenina de 1900, ellas representaron apenas el 2,2% del total de deportistas. Este año, ese número llegó al 50%. Sobre 10500 atletas, 5250 son mujeres. Con políticas concretas de fomento, desarrollo y financiamiento, algunos países se enfocaron en alcanzar la igualdad de género entre sus atletas. También, porque el mercado televisivo empezó a identificar que es cada vez más rentable: de acuerdo a ONU Mujeres, el 70% de los espectadores ve deportes femeninos pero estos solo protagonizaron el 16% de la cobertura mediática deportiva en 2022.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
MUJERES EN LOS JJOO
En un hecho histórico para América Latina, en representación de Colombia llegaron a París 52 mujeres y 37 hombres, con una sola disciplina grupal que inclinó la balanza pero no alcanza por si sola para explicar este crecimiento: el fútbol femenino. Brasil llevó 153 mujeres contra 124 hombres, sin la participación también del equipo masculino, por primera vez en 20 años. En las antípodas, la delegación olímpica argentina quedó integrada por 136 deportistas, de los cuales 103 son hombres (75,5%) y 33 son mujeres (24,26 %), incluido el plantel de las Leonas, que por sí solas suman 16. En Río 2016 fueron 74, máximo histórico en unos Juegos Olímpicos desde la primera participación en París 1900, mientras que en Tokio fueron 56; en ambos casos representaban más del 30% del total.
Para Inés Arrondo, ex medallista olímpica argentina con el seleccionado argentino de hockey y ex secretaria de Deportes (2019/2023), la respuesta a por qué Argentina queda relegada en esta área tiene que buscarse en "factores estructurales, cuestiones de arrastre de cada deporte por falta de desarrollo y de promoción concreta de su práctica en mujeres". Y graficó: "Todavía están arraigados los privilegios de los varones dentro del deporte y es importante seguir concientizando que hay que transformarlo. Nosotros trabajamos en la discriminación positiva en básquet, pero eran todos entrenadores hombres".
Este año, hay menos argentinos en general en París: es la delegación con menos cantidad de atletas y con menor porcentaje de mujeres desde Barcelona 1992. En los 32 años entre ambas ediciones, la cantidad más alta de deportistas se alcanzó en Río 2016 con 213, mientras que la mayor proporción de participantes femeninas fue en Beijing 2008 con un 42% del total. La tendencia, si bien fue lentamente creciendo en las últimas décadas (a excepción de esta edición), lejos está de igualar el ritmo marcado a nivel internacional: el 28,9% que hubo en los Juegos de 1992 no hizo más que crecer hasta llegar al 50% en la actualidad.
ATLETAS ARGENTINAS EN LOS JJOO
Lo que importan son las pelotas
La primera participación de una mujer en representación de la Argentina en unos Juegos Olímpicos fue en Berlín 1936: la histórica Jeanette Campbell, francesa de madre argentina, participó de los 100 metros libres y, además, ganó la medalla de plata. En Londres 1948 también obtuvo esa presea Noemí Simonetto, quien participó en salto en largo. Debieron pasar 40 años para que una deportista argentina se suba al podio: la tenista Gabriela Sabatini llegó a la final en Seúl y cayó contra la alemana Steffi Graf. Desde la edición en Sydney 2000 hasta la actualidad, la presencia femenina creció considerablemente: las Leonas ganaron medallas de manera casi ininterrumpida (con excepción de Río 2016), mientras que en disciplinas individuales destacaron la judoca Paula Pareto, las velistas Serena Amato y Cecilia Carranza (compitió en la categoría mixta con Santiago Lange), la nadadora Georgina Bardach y las tenistas Paola Suárez y Patricia Tarabini.
Históricamente, los deportes con más peso y que más medallas entregan son el atletismo, la natación y la gimnasia artística. En París 2024, se reparten 329 preseas entre 32 disciplinas, de las cuales 99 de ellas (un 30% del total) van a parar a estas tres especialidades.
En el país de los campeones del mundo y bicampeones de América, lo que emociona es la pelota que rueda, pero también ocupan un lugar importante en la raigambre local el básquet, el tenis, el rugby y el voley. "Es parte de la idiosincracia argentina, que sigue al deporte de equipo y de pelota, más allá del boxeo que también ocupa un lugar importante (este año no hubo ningún clasificado)", explicó Ludmila Fernández López, investigadora del CONICET y especialista en géneros y deporte. Si bien son deportes que también practican las mujeres, ellos son los que más éxito consiguieron y los que gozan, por ende, de mayor popularidad.
La experta, cuya tesis doctoral indaga justamente acerca de la segregación sexo-genérica en el deporte olímpico, evaluó que la tendencia a la baja en la representación de las mujeres en los Juegos permite concluir, "más allá de que se trata de un fenómeno multicausal, que el país es más machista de lo que pensamos a nivel cultural, que tenemos leyes de avanzada pero no alcanzan. El apoyo a las Leonas es una excepción, aunque no deja de ser una disciplina también de grupo y pelota".
Según explicó, "el deporte individual pesa muy poco en la Argentina y aquellos sin pelota, menos aún. El tenis es un deporte casi individual pero hay pelota; todo lo demás nos cuesta, y si encima lo practican mujeres, directamente no nos interesa. Cuesta que se promuevan otros deportes más asociados a lo individual porque en Argentina tenemos muy inserta la cuestión de que el deporte es lo que te junta. La lógica del aguante necesita del equipo".
LOS ATLETAS ARGENTINOS EN LOS JJOO (Total, mujeres y hombres)
Además, a diferencia de otros países que apuestan a la captación de talentos a una temprana edad en las escuelas, como Colombia, la base de la estructura del desarrollo deportivo de Argentina está volcada a los clubes de barrio. Es allí donde la propia comunidad permite que los y las más chicas tengan su primer acercamiento a la actividad deportiva. El tejido social resulta clave en esa transformación de deportista a potencial atleta. Por las mismas condiciones estructurales, sin embargo, la pluralidad de disciplinas no es la regla. Rara vez se puede encontrar allí entrenadoras de pesistas, por ejemplo. "No tenemos una base, un colchón de deportistas en ninguna disciplina salvo las grupales. Tenemos excepcionalidades como la "Peque" Pareto, (Sebastián) Crismanich en taekwondo, hemos tenido un par en atletismo pero no como resultado de que había doce atletas en una categoría y uno brilló, es una excepcionalidad", señaló la investigadora.
En ocasiones, con un Estado presente, se desarrollan políticas que también permiten potenciar y diversificar esas disciplinas, para que no sean solamente los deportes tradicionales grupales los de fácil acceso. El Programa de Escuelas Deportivas, ahora discontinuado por el gobierno de Javier Milei, intentó avanzar en ese sentido, en pos de "optimizar el itinerario deportivo ofreciendo oportunidades de participación en espacios de iniciación, formación y desarrollo deportivo de calidad, posibilitando el acceso a procesos pedagógicos sistemáticos y brindando a los docentes espacios de formación profesional continua".
Al momento de las convocatorias, una federación nacional de uno de los deportes "populares" alcanzó los listados y en ellos no había ni una sola mujer. "Les pautamos que tenían que ser listados paritarios, pero la respuesta era que no tenían entrenadoras", reconstruyó Arrondo. A partir de eso, se planteó crear nuevos ámbitos de formación para que las mujeres puedan desenvolverse en ese rol, pero son programas que llevan mucho tiempo, que en un contexto de crisis económica es muy difícil llevar adelante y ni qué hablar cuando "no hay plata" para las políticas deportivas ni de género.
El modelo colombiano: mirar a las escuelas con proyección de medalla
Argentina participa en 25 disciplinas en París 2024, cinco de las cuales son grupales: fútbol, voleibol, hockey sobre césped, handball y rugby. Solamente en hockey hay representación femenina con Las Leonas, uno de los combinados más estables y exitosos de los últimos años (ganó medallas en sus últimos cinco Juegos, tres de plata y dos de bronce). El plantel consta de 16 jugadoras, casi la mitad de las atletas mujeres que conforman la delegación. Las 17 restantes se dividen entre atletismo (maratón y 3000 metros con obstáculos), canotaje velocidad, equitación, judo, natación, remo, tenis, tiro, triatlón y vela.
Para la investigadora Fernández López, la clave es empezar a fortalecer las disciplinas individuales, "aunque sea desde el exitismo". "Vendrá la paridad de género en la medida en que se fomente el deporte individual", remarcó. Justamente, es este mismo exitismo el que logra crear la figura del ídolo (o, en este caso, ídola) a partir del cual los niños y niñas pueden reflejarse a sí mismos y construir su futuro como atletas. El caso del "Dibu" Martínez, multicampeón con la Selección Argentina, es más que elocuente: el fenómeno por el que las escuelitas de fútbol se llenaron de chicos y chicas que quieren atajar tiene su pilar en el arquetipo que él mismo generó gracias a su carisma y, sobre todo, a las cosas que ganó. Este puede ser un punto de partida muy importante para las disciplinas individuales en nuestro país.
En Colombia eso lo entendieron a tiempo. Del pupitre, a las pesas, a las tácticas de combate o a las pistas de atletismo, y no solo a las canchas. “No todos pueden ser Maradona: hay que enseñarles a los niños, niñas y a sus familias que no es así. Aquí todos querían ser Carlos Valderrama, pero hoy muchos me agradecen que están en el ámbito nacional e internacional porque les dije que ese no era el camino”, explicó a El Destape María Isabel Urrutia, medallista olímpica de oro para Colombia en el levantamiento de pesas, entrenadora de atletas y ex ministra de Deportes durante el gobierno de Gustavo Petro. Desde una muy corta edad, en un trabajo mancomunado entre regiones, municipios y departamentos hay en este país una búsqueda concreta para acercar a los niños y niñas al deporte, con un objetivo: formar futuras atletas de alto rendimiento.
Urrutia fue descubierta por un vecino mientras jugaba en las calles de un barrio de Candelaria, en el Valle de Cauca. Ese fue su primer acercamiento con el atletismo, antes de los 13 años. Hoy muchas niñas de esa misma edad ya tienen experiencia en competencias. Su medalla abrió paso a nuevas generaciones de mujeres olímpicas. En cualquier país latinoamericano, cuando un deportista olímpico individual gana una medalla en una disciplina poco convencional se crean oportunidades. Una vez retirada, Urrutia se dedicó al menos 15 años a la creación de programas para fomentar la Halterofilia (levantamiento de pesas olímpico) en las escuelas de Bogotá y reactivó junto a otras atletas olímpicas la Asociación colombiana de mujer y deporte, una ONG con la misión de contribuir a promover la igualdad de género en el ámbito del deporte.
"Antes de empezar el programa, me dijeron que era imposible que hubiera mujeres pesistas en la ciudad. Yo me entrené con los rusos, búlgaros, rumanos y checos que vinieron. Nadie se imaginaba tampoco que podía ser medallista olímpica porque hasta entonces ninguna mujer había tenido una, pero vinieron y me enseñaron. El deporte es una construcción, no genética. Después de retirarme, me dediqué a enseñar con los proyectos y también otras medallistas hicieron lo mismo. Tengo entrenados olímpicos. Con inversión social, se puede. El nuestro es un buen sistema", aseguró. En el último Mundial de Levantamiento de Pesas de Arabia Saudita 2023, Colombia ganó cuatro medallas y todas fueron obtenidas por mujeres: Natalia Llamosa alcanzó el oro en la categoría de 64 kg., mientras que Rohelys Galvis (55 kg.), Hellen Escobar Aguirre (76 kg.) y Yeinny Geles Moreno (87 kg.) se llevaron la plateada.
Los 89 atletas colombianos que viajaron a la cita olímpica participarán de 19 disciplinas distintas. Este año, además, por primera vez calificó el seleccionado de fútbol femenino, que aportó 18 jugadoras (junto con cuatro reservas que no se cuentan en el total). El resto de los deportes son individuales, y Colombia participa de casi la misma cantidad que Argentina (18 contra 20, sin contar los que son grupales) pero lleva 25 atletas más (71 colombianos contra 46 argentinos).
"Colombia trabaja más focalizado en un determinado sector social y los programas para el desarrollo de determinados deportes se enfocan en aquellos que reparten más medallas", ponderó la ex funcionaria Arrondo, quien dijo que, por el contrario, "el sistema deportivo argentino es cero especulativo en ese sentido. Nuestros principales representantes son los deportes grupales y quizás hay países que se enfocan en disciplinas donde un solo atleta puede obtener hasta 4 o 5 medallas", resumió. Por eso, indicó que "finalmente, lo interesante es evaluar el acceso de las niñas a las prácticas deportivas, más allá de la representación nacional, en pos de democratizar el deporte".
Lula y la beca "Bolsa Atleta", modelo de financiamiento
Con políticas concretas de desarrollo y financiamiento de programas olímpicos a largo plazo, hay más oportunidades para las mujeres. En el caso de Brasil, un 98% de los atletas que llegaron a estos juegos de París son beneficiarios del histórico programa de gobierno Bolsa Atleta, una política instituida en 2004 durante el primer gobierno de Luiz Inácio Lula Da Silva, que distribuye becas a deportistas para garantizar condiciones mínimas de entrenamiento. El valor actual de cada beca ronda los 600 dólares, con variaciones según categorías. Durante las últimas dos décadas, el programa ha ayudado a alrededor de 37 mil atletas con una inversión total de US$ 300 millones. Este año, el gobierno invirtió US$ 26,5 millones.
Este tipo de políticas no sólo permite que crezca el número de atletas que participan en las citas olímpicas, sino que acorta la brecha de género en la delegación. Así lo explica Mar Bastos, activista feminista brasileña: "El crecimiento de la participación femenina de Brasil en los Juegos se ha mantenido estable. Desde Los Ángeles-1984, el número de atletas brasileñas ha crecido en cada edición". Río 2016 es la gran excepción, ya que el elevado número de participantes se debe a que el anfitrión se asegura plazas en todas las modalidades. Desde la década de los '90 (en 1995 se creó el Ministerio de Deportes), y sobre todo a partir del primer mandato de Lula, el desarrollo del deporte de alto rendimiento basado en inversiones públicas y privadas no hizo más que aumentar.
La Selección brasileña de fútbol femenino, que representa al país en París 2024, también se vio beneficiada por estas políticas de Estado: "Lula firmó el decreto que establece la Estrategia Nacional del Fútbol Femenino, que tiene como objetivo dejar un legado el deporte femenino brasileño con vistas al Mundial de fútbol femenino de 2027 (el cual se celebrará en Brasil)". El logro, ratificado por la FIFA en mayo de 2024, fue un punto alto de la gestión de la ex ministra Ana Moser.
ATLETAS BRASILEÑAS EN LOS JJOO
Respecto de la brecha entre atletas varones y mujeres, Bastos contó que "el Comité Olímpico Brasileño creó en 2022 la Comisión de Mujeres en el Deporte y nombró a la medallista olímpica Isabel Swan para coordinarla. Ella llegó a lanzar una convocatoria para ayudar a desarrollar el deporte femenino en 26 disciplinas distintas". Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer para alcanzar la igualdad tanto dentro del ámbito del deporte como en la gestión y la toma de decisiones: Swan fue despedida diez días después de los Juegos Panamericanos de Santiago 2023 (en los que las mujeres obtuvieron más medallas que los hombres) y, tiempo después, se quejó de que "a lo largo de su gestión perdió autonomía en la toma de decisiones y de que la última palabra sobre el rumbo del deporte femenino la tenía siempre un hombre".