En plena pandemia de coronavirus, y ante las complicaciones a la hora de volar a diferentes partes del mundo, Lionel Messi tuvo un gran gesto y puso a disposición su avión privado para que buena parte de los jugadores de la Selección argentina lo acompañen en su viaje al país para sumarse a la concentración en Ezeiza de cara al debut en las Eliminatorias sudamericanas.
Así fue como el Gulftream V, patente LV-IRQ del año 2004, que es propiedad del jugador del Barcelona, sirvió para que Lucas Ocampos, Marcos Acuña (Sevilla), Paulo Dybala (Juventus), Nicolás Otamendi (Benfica), Guido Rodríguez (Betis) y Nehuen Pérez (Atlético de Madrid) puedan viajar a Argentina sin mayores complicaciones. Aunque sobre la hora hubo un "invitado" más al vuelo: nada menos que el uruguayo Luis Suárez, íntimo amigo del 10, que aprovechó el vuelo a Sudamérica para viajar y reunirse con su Selección.
Lo cierto es que la aeronave del rosarino tiene detalles muy lujosos. Por empezar, está valuada en en 15 millones de dólares y en su exterior ya se puede notar el toque de Messi. En la cola del avión aparece el número 10 y en las escaleras que se despliegan para el ascenso y descenso de pasajeros se pueden leer los nombres del seno íntimo familiar del jugador: Antonela, Thiago, Mateo y Ciro.
En el interior, en tanto, los detalles sorprenden. El avión tiene 16 asientos que pueden transformarse en ocho camas, además de dos baños, uno de ellos con ducha, y dos cocinas.
Cabe destacar que la aeronave es utilizada habitualmente por Messi y su familia para moverse en viajes dentro del continente y también para viajes más largos. De hecho, también lo suele utilizar Jorge, padre y representante del jugador.
En cuanto a las especificaciones técnicas, el avión puede alcanzar velocidades crucero de 940 kilómetros por hora y tiene un largo de 29 metros.
El resto de los jugadores argentinos convocados por Lionel Scaloni que militan en Europa partieron desde Madrid en un vuelo privado que contrató la Asociación del Fútbol Argentino.