La alegría de los hinchas de Boca es completa. El nuevo título, al que pudieron acceder gracias a una enorme mano del River de Marcelo Gallardo, volvió a dar contexto a la idea que tienen la mayoría de sus fanáticos que incluye un "cambio de era" para los próximos años en la que, por supuesto, Juan Román Riquelme tiene un aura especial.
El ídolo de Boca consiguió en la tarde del domingo su quinto título desde que asumió como vicepresidente segundo en diciembre de 2019. El puesto, que en principio parece un poco alejado del poder real, tiene más peso cuando se habla de lo que significa Riquelme para el club: es el encargado de la parte futbolística de la institución. Con un juego criticado, con crisis internas y con peleas dentro del plantel, aún así este Boca logró quedarse con el título con un lei motiv que ya parece un mantra para algunos hinchas: "Seremos menos malos que los demás". Y es que en medio de algunas situaciones, la frase de Riquelme parece resaltar: es un equipo que gana los partidos que hay que ganar. Punto.
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El macrismo en Boca tiene un momento fundacional: los años de Carlos Bianchi al frente del equipo llevaron al conjunto xeneize a los momentos más exitosa de toda su historia. Copa Libertadores por doquier y finales intercontinentales. Estos títulos que engrosaron las vitrinas del club que hasta 2000 tenía dos títulos en esta competencia, pero desde ese año explotaron. Tras esa fase exitosa, con la concreción de haber encontrado un entrenador adecuado, llegó década en la que Daniel Angelici tomó el club. Luego de varios años en el poder, la aparición de un némesis, River, que buscaba resurgir de las cenizas tras lo que significó el descenso en 2011 se tornó en un problema inmanejable: principalmente porque este propio presidente tenía un enfrentamiento público y personal con Riquelme.
En medio de enemistades, Juan Román Riquelme abandonó el club el 11 de mayo de 2014. Un par de meses antes de que Marcelo Gallardo haya tomado el poder como entrenador de River y que, a partir del triunfo en la Copa Sudamericana de ese año, tejió una serie de victorias sobre Boca que empezaron a construir una historia "mítica" en la vereda de enfrente. La atajada de Barovero, la Supercopa en Mendoza, la final en Madrid, gas pimienta y la eliminación del equipo de Alfaro son algunas de esas situaciones.
Sin embargo, desde la llegada de Juan Román Riquelme al club, lentamente, los hinchas de Boca comenzaron a observar -y sentir- un "cambio de era" que -incluso- llevó a algunas eliminaciones por el torneo local, pero sobre todo a la aparición de jugadores que -todos en conjunto- lograron decirle adiós al conjunto de Gallardo en varios mano a mano. A todo esto, la aparición de jugadores con sentido de pertenencia -en una apuesta que es completa de Riquelme y su Boca predio- también se suman a la búsqueda del mundo "Boca". Los números, hasta ahora, lo acompañan en estos últimos tres años más allá de las eliminaciones en la Copa Libertadores. Cinco títulos a nivel masculino, bicampeonato en la reserva y los tres títulos en el fútbol femenino. La era Riquelme sumó un logro y en la Copa Argentina puede sumar uno más.