Albania regresa a casa de la Eurocopa 2024 como última de su grupo con un solo punto, pero esos datos no dicen nada de su brillante contribución al torneo en apasionantes batallas de David y Goliat contra tres de las mejores selecciones del torneo.
El seleccionador brasileño Sylvinho no podía imaginar ni en sueños lo bien que empezaría la segunda gran competición de la historia de Albania, que era el segundo equipo peor clasificado en Alemania y se enfrentaba a la vigente campeona, Italia, en su partido inaugural.
Desde el pitido inicial, Albania dio tres pases, Italia se equivocó en un saque de banda y Nedim Bajrami, a los 23 segundos, marcó el gol más rápido de la historia de la Eurocopa.
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Fue el delirio de decenas de miles de aficionados vestidos de rojo en Dortmund, el caos en los bares y hogares de Tirana, la capital albanesa, y un momento inmortal para el orgulloso país balcánico.
Italia marcó dos goles, pero Albania no dejó de presionar y a punto estuvo de empatar en el último suspiro, desatando la ovación en el estadio y levantando ampollas en todo el mundo por un equipo al que nadie había dado esperanzas.
Contra Croacia, en su siguiente partido del Grupo B, Albania volvió a entusiasmar a sus seguidores tras desafiar a los pronósticos y empatar a 2-2 con un gol en los últimos segundos, en uno de los encuentros más vibrantes del torneo hasta la fecha.
En su tercer partido, contra España (1-0), los albaneses se mostraron más contenidos, pero aun así hicieron pasar muchos momentos incómodos a sus ilustres rivales gracias a la presencia de Jasir Asani y Kristjan Asllani.
'MUY ORGULLOSOS'
"En general, lo considero una actuación positiva en este torneo", dijo el capitán de Albania, Berat Djimsiti. "Todo es posible en el fútbol y, con un poco de suerte, podríamos haber hecho más".
Sylvinho, que trajo a su compañero brasileño Doriva y al argentino Pablo Zabaleta para trabajar a su lado en Tirana, no se arrepentía de nada.
Hizo estas declaraciones con emoción sobre cómo su joven e inexperto equipo había mejorado en este año y medio que ha estado en el cargo y cómo de orgulloso se había mostrado en un grupo temible que le había dado noches de insomnio por adelantado.
"Si nos remontamos a hace seis meses, mucha gente pensaba que encajaríamos tres, cuatro o cinco goles en cada partido. No fue así", afirmó.
"Conseguimos competir contra tres grandes selecciones".
La ambiciosa federación de fútbol albanesa espera que la experiencia en Alemania les sirva para el futuro, con más participaciones regulares en fases finales.
Una cosa de la que pueden estar seguros es de un apoyo extraordinario.
Muchos se sorprendieron al ver que los albaneses superaban masivamente en número a los italianos en el partido inaugural y así continuó durante todo el encuentro.
Algunos venían de casa, otros de la diáspora albanesa mundial.
"Si hubiera un trofeo para los aficionados, ya lo habríamos ganado", dijo Faton Shkodra, de 33 años, bailando en una fuente con sus amigos en Hamburgo tras el partido contra Croacia, envuelto en banderas rojas con el símbolo del águila bicéfala de la selección en negro.
"Estamos muy orgullosos de nuestros jugadores, ellos están muy orgullosos de nosotros".
Con información de Reuters