El deporte entrerriano en su conjunto se unió bajo la bandera de evitar que se establezcan las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD). Clubes, federaciones, ligas, entrenadores y deportistas, además de otros actores vinculados a la vida diaria de las entidades, coinciden en que es vital preservar la identidad histórica de las instituciones, además del rol social y comunitario que muchas de ellas cumplen. Ya se habían expresado cuando el actual presidente Javier Milei había dejado entrever la iniciativa en 2023 y ratificaron su postura luego de que el libertario asumiera en la Casa Rosada y echara a rodar el proyecto. A la negativa del sector se le suman propuestas legislativas que buscan que directamente la Provincia se pronuncie en contra, mientras que especialistas alertan que un cambio de figura no garantizaría de por sí un éxito.
El principal miedo de la dirigencia pasa por el posible desembarco de negocios que no están ligados en sí al deporte, pero que pueden ser más que redituables. Especialmente ven con desconfianza el arribo de grupos inversores que, bajo la premisa de poner recursos en las disciplinas, terminen por desguazar las entidades y quedarse con importantes activos inmobiliarios. Si bien la negativa corre a lo largo y a lo ancho de toda la provincia, un núcleo de clubes que poseen predios especialmente importantes tienen la luz de alarma encendida y se oponen tajantemente a que dejen de ser los socios quienes definan cuál es el futuro que desean trazarse.
En la provincia, si bien hay una rica experiencia en deporte profesional, no hay antecedentes de una sociedad anónima conduciendo los hilos de una entidad. Entre Ríos ha sabido tener equipos en la elite del fútbol -Patronato estuvo casi una década en la Primera División- y el básquet -Echagüe fue uno de los puntales de la Liga Nacional y Sionista estuvo cerca de obtener una corona- y también ha promovido referentes en otras disciplinas, algunas de las cuales han disputado Juegos Olímpicos con medallas ganadas, con la arquera de Las Leonas, Florencia Mutio, plata en Londres 2012. En todo los casos los clubes, con sus socios al mando, han tomado las decisiones. Si bien hay subcomisiones que se encargan particularmente de las disciplinas y fondos de sponsors que son invertidos, en ningún caso eso ha determinado una modificación de su estructura en cuanto a su estructura jurídica.
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“Estamos en contra de la implementación de las sociedades anónimas deportivas. Detrás de la fachada de profesionalización y estabilidad financiera se esconden aspectos negativos que ponen en riesgo la esencia misma del deporte”, le dijo a El Destape, Cristian Gómez, presidente del club Juventud Unida de Gualeguaychú. Y agregó: “La mercantilización de las disciplinas ha llevado a una priorización del beneficio económico sobre las prácticas, su pasión y su tradición, convirtiendo a los clubes en simples empresas que buscan maximizar ganancias”. Para el dirigente, cabeza de uno de las entidades que cuenta con plantel profesional de fútbol, dado que disputa el Torneo Regional Federal Amateur, “sin duda ésto nos lleva a la pérdida de la identidad y la dependencia de inversores externos que generan inestabilidad y riesgo financiero que pueden llevarnos la quiebra”.
Como ejemplo, Gómez señaló que en la sociedades anónimas “se ha visto limitada la participación de los socios y la transparencia en la gestión, con finanzas que son cada vez más opacas”. Y acotó: “En sus 131 años de vida la AFA, siendo la octava asociación del fútbol más antigua del mundo y la más longeva de Sudamérica, ha demostrado que con buena gestión se consiguen buenos resultados”. El presidente del club de Gualeguaychú subrayó que hay entidades europeas, que por lo general se señalan como exitosas, que siguen siendo asociaciones civiles, lo cual denota que es posible alcanzar trofeos sin ser sociedades anónimas: “Estos ejemplos nos muestran que la pasión, la tradición y la buena gestión pueden ir de la mano, sin necesidad de sacrificar la esencia del deporte en aras del beneficio económico”.
El otro que se expresó fue Emilio Fouces, presidente del Club Atlético Estudiantes (CAE) de Paraná, la entidad deportiva más grande la provincia. "Sería algo que no funcionaría, la idiosincrasia de los clubes de Argentina no tiene nada que ver con la de los países donde esto ha tenido algún grado de relativo éxito, como algunos de Europa o Estados Unidos. Acá es imposible, son de los socios, sería un fracaso cualquier intento que fueran de una sociedad anónima", explicó el dirigente. En contacto con Cara y Ceca (Radio UNER), el presidente de la institución de la capital dijo que, en todo caso, que si se aprueba no se aplique en clubes preexistentes: "El que quiera ser una SAD que compre un terreno, que ponga una cancha, que construya vestuarios, que contrate jugadores, que invente un nombre, que cree una camiseta. Que no venga a aprovecharse de la situación delicada de algún club que tiene más de 100 años y comprar su historia de esfuerzo, amor y pasión. Eso no tiene nada que ver con el negocio".
Para cerrar, Fouces dijo que ven con "desconfianza" la iniciativa: "Porque de fondo la intención no es salvar a nadie, esto vendrá acompañado de un negocio inmobiliario para aquellos que están bien ubicados. Les interesa el inmueble, no tengo dudas. Nosotros cumplimos una función social de la cual estamos orgullosos, en Argentina los deportistas se forman acá y así queremos que siga siendo".
La palabra de Fouces no es una más. El CAE cuenta con varias sedes en Paraná, una de ellas sobre la Costanera de la capital, otra con canchas de rugby y hasta un enorme campo de golf. Desde el CAE no reniegan de la participación del sector privado e incluso la promueven, pero el límite es una modificación de su pirámide organizativa.
Una situación similar vive, por ejemplo, el Paraná Rowing Club, cuya sede está en uno de los lugares más codiciados de la ciudad, con vista privilegiada al río Paraná. Si nos quedamos en la capital, Echagüe tiene un importante estadio de básquet, mientras que Patronato cuenta con su estadio -con instalaciones habilitadas por Conmebol, dado que disputó la Copa Libertadores- y campos de entrenamiento. Similares estructuras se trasladan a clubes que también han contado con deporte profesional, como Rocamora de Concepción del Uruguay o Estudiantes de Concordia.
En diálogo con El Destape, un dirigente de la Federación Entrerriana de Clubes dejó en claro que la cruzada no es particularmente contra el sector privado, sino contra las SAD. “Conocemos muy buenas experiencias de sinergia entre clubes y empresas, incentivadas a través, por ejemplo, de una reducción impositiva. Es decir, promover a través del Estado la inversión teniendo como contrapartida una condonación tributaria. El problema es que hoy el Estado está completamente ausente”, apuntó.
Desde la Provincia del tema no se habla. En Casa Gris están ocupados con otras urgencias y, de acuerdo a lo referido a este medio, ven el proyecto de Javier Milei como una cruzada que lleva adelante en la Nación y que le apuntaría a algunos clubes de la Capital. Los dirigentes entrerrianos no se confían.
El escenario de zozobra por el proyecto presidencial se suma en un escenario que, como ya ha detallado El Destape oportunamente, es muy angustiante. La situación de los clubes es crítica, con aumentos de más del 1000% del gas y un porcentaje similar en la luz. En un contexto de crisis donde el ajuste golpea al bolsillo de la clase media, las familias toman decisiones drásticas que, en ocasiones, conllevan eliminar la cuota del club de las cuentas mensuales. “El Estado debería estar ocupado por eso, por la crisis de las entidades de donde salen los deportistas que nos representan en el mundo, y no por una alternativa que sólo piensa en el dinero”, se quejó un dirigente deportivo en contacto con este medio.
Qué pasa en la Legislatura
Al menos dos proyectos para evitar el desembarco de las SAD ya fueron introducidos a la Legislatura, a través de los diputados justicialistas Juan José Bahillo y Enrique Cresto. En un plenario de comisiones, la primera iniciativa comenzó a ser debatida en las últimas horas. Se acordó, en ese contexto, continuar con su estudio y consultar la opinión de representantes de los clubes y ligas de distintas disciplinas, así como de la Secretaría de Deportes.
La norma califica de Asociación Deportiva a "toda organización sin ánimo de lucro cuyo principal objetivo sea la promoción, práctica y desarrollo de actividades deportivas". En caso de incumplirse la premisa, habrá sanciones que podrían conllevar su disolución y la inhabilitación de sus directivos. En los fundamentos del proyecto, se argumenta que los clubes son la "base del sistema institucional del deporte en Argentina" y que, por ende, "no deben ser subsumidos a una lógica mercantil". Agregan luego: "Existen numerosas experiencias en el mundo donde la implementación de SAD ha llevado a importantes clubes a la quiebra. Además, son plataformas propensas para el lavado de activos provenientes de delitos transnacionales, el narcotráfico y los sobornos deportivos, especialmente con el auge de las apuestas deportivas".
Bahillo consideró "imperativo" que la Cámara que integra prohíba la transformación de los clubes en Sociedades Anónimas Deportivas, para "proteger un modelo que reinvierte sus ingresos en actividades deportivas, educativas, culturales y sociales que son fundamentales para el tejido social de nuestro país".
Desde Juntos por el Cambio, por su lado, creen que el proyecto es inviable y versa sobre un aspecto en el cual las cámaras no tienen injerencia. "En realidad no podemos oponernos a las SAD porque es una iniciativa nacional, lo que sí se puede es reglamentarlas a través de la Inspección de Personas Jurídicas", explicó a El Destape una fuente del bloque. Y agregó: "De igual modo no va a salir el proyecto, la mayoría nos oponemos".
Desde el oficialismo entrerriano consideran, además, que lo propuesto por Milei es lejano: "Puede ser una salvación para un club de fútbol de alguna ciudad importante, pero nadie va a invertir en una entidad del interior donde hay un merendero".
A nivel nacional, también hubo expresiones de entrerrianos. "Los clubes son de los barrios, de los socios, son de los vecinos, son de quienes han hecho crecer a estas instituciones. Las SAD vienen con un fin exclusivamente económico y su único propósito es obtener ganancias", afirmó el exgobernador Gustavo Bordet. El actual diputado nacional consideró que "privatizar los clubes significa concentrar los más grandes en manos privadas y la desaparición de los más chicos, que se quedarían sin apoyo ni masa societaria". Y finalizó: "Estos clubes que han sido concebidos como espacio de encuentro y prácticas deportivas, y que ya vienen sufriendo los elevados costos de energía y la falta de apoyo del Estado".