El camino de España hacia el éxito en la Eurocopa se forjó de la manera más difícil gracias a un notable esfuerzo colectivo, con varios jugadores de la plantilla saliendo desde el banquillo en momentos clave para hacer contribuciones decisivas cuando el equipo más los necesitaba.
Mikel Oyarzabal, suplente, se convirtió en el décimo jugador de España que marca en la Eurocopa 2024, al asistir y rematar en el minuto 86 para asegurar la victoria por 2-1 sobre Inglaterra y sellar el cuarto título continental del país, todo un récord. Fue el decimoquinto gol del equipo, otro récord histórico en las Eurocopas.
Fue un guion similar al de la victoria por 2-1 sobre Alemania en cuartos de final, cuando el suplente Mikel Merino marcó de cabeza el gol de la victoria en los últimos instantes de la prórroga, silenciando un estruendoso Stuttgart Stadion.
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El esfuerzo de España en aquel partido contra Alemania tuvo un precio, ya que el centrocampista Pedri sufrió una grave lesión de rodilla que le apartó del torneo, mientras que las amonestaciones de los defensas Dani Carvajal y Robin Le Normand la dejaron mermada para enfrentarse a Francia en semifinales.
Sin embargo, España demostró una vez más su garra y su pasión para superar otro obstáculo. Dani Olmo, que también salió del banquillo para marcar y dar una asistencia contra Alemania, fue titular contra Francia, sustituyendo a Pedri, y marcó el gol de la victoria.
La victoria definitiva del equipo español llegó en la final, cuando todo parecía ir en su contra después de que su jugador más fiable, el MVP de la Eurocopa 2024 Rodri, no pudiera regresar para la segunda parte tras sufrir una lesión de rodilla.
Con el partido empatado a 1-1 y con Inglaterra en su mejor momento, el lateral izquierdo Marc Cucurella, cuyo error propició el contragolpe que dio el empate a Inglaterra, se redimió con una carrera brutal de 50 metros seguida del centro para que Oyarzabal marcara.
Cucurella, una de las figuras más brillantes de la campaña de España en la Eurocopa 2024, atribuyó sus actuaciones a su diligente ética de trabajo durante su decepcionante etapa en el Chelsea.
España es un equipo repleto de jugadores poco conocidos, con historias edificantes, que logró siete victorias en siete partidos, con un juego mayoritariamente ofensivo, en un torneo en el que la mayoría de los grandes favoritos se marcharon criticados por sus decepcionantes actuaciones.
Las dos victorias iniciales de España permitieron a su seleccionador, Luis de la Fuente, introducir diez cambios en el último partido de la fase de liguilla, contra Albania, y los suplentes no dejaron escapar la ocasión para imponerse por 1-0. Los españoles contaban con el líder perfecto, el técnico Luis de la Fuente.
Tras su nombramiento el año pasado, en redes sociales se burlaban de él como "¿Luis de la qué?", ya que era poco conocido después de haber trabajado en la cantera del país durante más de una década.
Tuvo la oportunidad de trabajar con más de la mitad de los jugadores que llevó a Alemania, con nombres como Rodri, Olmo, Merino, Oyarzabal o Fabián, que habían tenido un gran papel bajo su tranquila batuta en los torneos de la Eurocopa sub-19 y sub-21 de 2015 y 2019, respectivamente, y que ahora repiten ese éxito en la absoluta.
"En la vida y en el fútbol, cuando haces las cosas bien, Dios te lo paga", dijo Rodri a TVE.
"Hemos hecho historia. Hemos batido a cuatro campeones del mundo del tirón. Posiblemente, sea el trofeo más difícil que ha ganado la selección. Esta es la mentalidad de este equipo".
"Pasito a pasito. Sin hacer ruido (...) Esto habla de la mentalidad de este equipo. Increíble. Muchos ya éramos campeones europeos sub-19 y sub-21, esto es algo que se cultiva y se lleva trabajando. Cuando el 'míster' hablaba la gente no le creía pero sabía lo que hacía".
Con información de Reuters