Una camisa blanca con un semicirculo azul que recubre parte de su hombro izquierdo y un jean. Diego Maradona sale del vestuario del Napoli después de haber inventado una jugada con freno, arranque y centro a la carrera para que Gianfranco Zola le diera el 1-0 a su equipo frente al Bari. Diego no lo sabía hasta ese momento, pero ese 17 de marzo fue su último partido en el San Paolo. El control antidoping dio positivo de cocaína. “La venganza estaba escrita”, dijo alguna vez sobre el tema.
El positivo en el control antidoping se conoció una semana después. En el medio, Maradona jugó el último partido con el Napoli contra la Sampdoria, el 24 de marzo de 1991. Fue derrota 4-1, pero el único gol del conjunto del sur lo metió Diego. Horas más tarde, se supo el resultado de las pruebas tras el encuentro ante Bari y ahí comenzó su adiós. Entre gallos y medianoches, el diez abandonó Italia y viajó a Argentina. “Cuando llegué, me recibieron 85.000 personas. Cuando me fui, estaba completamente solo”, dijo años después.
Tal como se puede ver, por ejemplo, en el documental “Diego Maradona”, de Asif Kapadia muestra con detalles, entrevistas e imágenes inéditas el nacimiento del mito en el Sur de Italia, las 85 mil personas para recibirlo en el San Paolo que, ahora, lleva su nombre. La noche, las fiestas, el secreto a voces sobre su adicción, el amor, la locura de sus hinchas y, por supuesto, el final. En esos días las crónicas fueron devastadoras con el Diez. El diario El País, por ejemplo, fue definitivo. En sus páginas se escribió que tras enterarse del positivo, “Maradona, con 30 años, parece que dirá así adiós a su carrera deportiva”. Le erraron. Faltaban Sevilla, Newell's, la clasificación al Mundial 1994 y, por supuesto, la vuelta a Boca.
Las dudas sobre lo que pasó con el control antidoping crecieron. Maradona fue declarado culpable de haber tomado cocaína y fue suspendido por 15 meses. En la sanción se marcó que no está claro que Diego Maradona haya consumido para mejorar el rendimiento deportivo. En su autobiografía, “El Diego de la Gente”, el Diez escribió: “Solamente los ignorantes eran capaces de denunciar que yo sacaba ventajas con lo que tomaba. Si yo me dañaba era a nivel personal, y eso no me servía para hacer goles ni tirar caños".
El doping de Antonio Matarrese
En diferentes entrevistas, Diego Maradona recordó que comenzó a consumir cocaína en Barcelona. Mucho antes de su llegada al Napoli. Durante años fue un secreto a voces, incluso, la connivencia desde la dirigencia y el propio jugador. Así fue como, también en su autobiografía, Maradona contó sobre ese control: “Me tocó el control antidoping y... la vendetta se cumplió. La venganza estaba escrita, y al fin llegó. Yo le llamo el doping de Antonio Matarrese”.
Antonio Matarrase era el presidente de la Federcalcio, la AFA italiana, de esa época y tenía un pasado en Bari. “El laboratorio donde se hicieron los análisis está bajo sospecha, y no precisamente por mi caso. Por mi caso, los italianos no lo hubieran investigado jamás... Ese doping era la venganza, la vendetta contra mí, porque la Argentina había eliminado a Italia, y ellos habían perdido muchos millones", escribió y siguió: “Después de aquel partido en Nápoles, Matarrese, que era presidente de la Federcalcio y es un dirigente nacido en Bari, no me miró con bronca, ni con amargura; me miró como miran los mafiosos...”
Treinta años después apareció un cambio. En su nuevo código, que se aplica a partir de enero de 2021, la Agencia Mundial Antidopaje sostiene que si un deportista demuestra que el consumo de cocaína fue personal, ocurrió “fuera del tiempo de competición” y demuestra que no es para sacar ventaja, la inhabilitación para los torneos será de uno a tres meses. Treinta años después.