Nacido bajo el nombre de Cassius Marcellus Clay Jr., Muhammad Ali marcó un antes y un después en el mundo del boxeo. Por sus características arriba del ring, por su talento, por todo lo que logró, y principalmente porque nunca se rindió en una de las luchas más difíciles de su carrera contra el racismo. Este 17 de enero del 2022 cumpliría 80 años, por lo que en esta nota recordamos los momentos más importantes de su vida que lo convierten en una gran leyenda en el deporte.
Ali fue un símbolo de lucha para su generación y uno de los mejores boxeadores de todos los tiempos. Su pasión arriba y abajo del ring lo llevó a todo lo que logró. Desde que se opuso a ser parte de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en la guerra de Vietnam, su vida dio un giro inesperado pero lo afrontó como cada vez que subió a combatir. Clay falleció el 3 de junio de 2016 en Phoenix a raíz de un shock séptico y tras varios años de pelear contra el Parkinson.
El robo de su bicicleta, sufrido a los 12 años, cambió su vida para siempre. Ali tenía en sus planes sacarse la bronca contra el ladrón pero, en vez de ello, le recomendaron que aprenda a boxear. Vaya si sirvió, ya que de ahí en más pulió detalles de su boxeo y empezó a mostrar de a poco su talento. En su carrera amateur ganó varios importantes torneos a nivel local, pero el más destacado se dio en 1960 consiguiendo el oro en los Juegos Olímpicos de Roma.
Las primeras malas acciones por parte del gobierno de Estados Unidos se notaron desde el regreso al país. Sus raíces afroamericanas fueron motivo del destrato por parte de las autoridades, la gente y la prensa. En su ciudad, Louisville, lo homenajearon como se merecía cuando volvió de Italia. Pocos meses después de conseguir la presea dorada realizó su debut como boxeador profesional en la que acumuló 56 victorias -37 por KO- y cinco derrotas.
El antes y el después de su carrera
"The Greatest" (el más grande) peleó de manera ininterrumpida hasta 1967, cuando se negó a formar parte de las Fuerzas Armadas estadounidenses. A raíz de su decisión lo despojaron de su licencia como boxeador y los títulos que poseía. Le impidieron pelear, salir del país, lo multaron y lo condenaron con cinco años de cárcel -salió bajo fianza-, pero nunca abandonó su lucha. Tres años antes tomó la decisión de convertirse a la religión islámica y cambió su nombre al que normalmente se lo conoce.
Ali volvió al deporte en 1971, pero en el medio atravesó distintos problemas legales por sus ideales. Clay dio charlas por las escuelas de su país acerca del racismo y su opinión acerca de la guerra de Vietnam de la que nació la frase: "No tengo problemas con los vietcong. Ningún vietcong me llamó negro". El histórico boxeador se ganó el respeto de muchísima gente, entre deportistas y figuras públicas. Tuvo varias distinciones debido a sus acciones, que dejaron atrás todo lo malo que atravesó durante aquellos años.
Su historia en el boxeo
Muhammad Ali se convirtió en el primer triple campeón mundial de los pesos pesados. "El más grande" tuvo inolvidables combates con Joe Frazier, George Foreman y Sonny Liston, entre otros. Pero el duelo más recordado por los argentinos, sin dudas es el que protagonizó el 7 de diciembre de 1970 ante Oscar Natalio "Ringo" Bonavena. El argentino estuvo muy cerca de lograr la hazaña pero no lo logró. Sin embargo, quedó en la historia grande del boxeo al enfrentarlo de tal manera.
El 11 de diciembre de 1981, Ali realizó su último combate a nivel profesional cuando enfrentó a Trevor Berbick. Clay cayó por puntos en decisión unánime y le puso fin a su carrera. Tres años después le diagnosticaron Parkinson y luchó contra esa enfermedad hasta 2016. Entre tantos reconocimientos que tuvo durante esos años de pelearla, tuvo el privilegio de encender el fuego olímpico de los Juegos de Atlanta 1996.
Su paso por Argentina
Si bien no peleó, sí pisó el lugar más emblemático del deporte de los puños en nuestro país. En mayo de 1979, Cassius Clay llegó al país para ser parte del festejo de los 60 años de la revista El Gráfico. Ali se subió al cuadrilátero del famoso Luna Park y compartió escenario con Nicolino Locche y Víctor Galíndez. Además, levantó la Copa del Mundo obtenida por la Selección en 1978.