Jorge Ginóbili, padre de Emanuel, falleció este viernes a los 81 años producto de una enfermedad que venía padeciendo desde hacía varios meses. "Yuyo" fue una de las personalidades más reconocidas en Bahía Blanca por su pasión y por cómo se involucró en el básquet de la ciudad.
La noticia fue anunciada por la Asociación Bahiense de Básquetbol, quien a través de sus dirigentes tenía una relación cercana con él y conocía su estado de salud. “Lamentamos profundamente el fallecimiento de Jorge “Yuyo” Ginóbili. Referente ineludible de Bahiense del Norte. Piedra angular de su creación como institución, jugador, DT , dirigente y amigo. Nuestro sentido pésame a su familia, amigos y allegados. Q.E.P.D”, escribió la asociación en su cuenta de Twitter y, rápidamente, se llenó de mensajes de amor hacia la familia. Dicho problema no le había permitido viajar a Estados Unidos para acompañar a su hijo en el ingreso al Salón de la Fama.
Quién fue Jorge Yuyo Ginóbili, padre de Emanuel
"Yuyo" inició su camino en el básquet desde muy pequeño en la ciudad bahiense y ya con 10 años tuvo su debut en Infantiles jugando para Bahiense Juniors. Si bien le ocurrió parecido a su hijo, que no conseguía una altura preponderante, Jorne terminó siendo un base de 1,85, con buen tiro de media distancia y una técnica fina para manejar la pelota.
A los 17 años debutó en Primera con con el club que lo vio nacer, y hasta se dio el lujo de jugar para la selección de Bahía Blanca entre 1962 y 1964. Tras varios años siendo uno de los emblemas del equipo, en 1975 se retiró de la actividad luego que Bahiense Juniors se fusionara con Deportivo Norte.
Ya con Leandro, Sebastían y "Manu", los tres hijos que tuvo con Raquel Maccari, su gran compañera de vida, "Yuyo" se decidó a transmitirle su amor por el básquet a cada uno de ellos y vaya que lo logró, ya que se dio el gusto de verlos jugar de manera profesional. Con los años, su figura tomaría más relevancia en el momento que el menor llegó a la NBA y se transformó en el mejor jugador de la historia de Argentina. Su amor por el deporte fue tal que hasta fue árbitro y entrenador de distintos equipos de Bahiense del Norte, el club donde se lo veía todos los días hasta que la enfermedad lo fue deteriorando.