Ayrton Senna es uno de los nombres más importantes que tiene la historia del automovilismo, en parte debido al trágico final que tuvo con el accidente del GP de San Marino 1994 y las consecuencias que impactaron en las medidas de seguridad de la Fórmula 1. Pero claro que su vida también dejó mucho al mundo automotor, con tres campeonatos del mundo en la máxima categoría y una carrera que no se midió solo por lo sucedido dentro de la pista.
Tal es así que la semana pasada se lanzó un nuevo documental sobre el expiloto brasileño en Netflix, en el cual se cuentan diversos aspectos sobre su vida, tales como sus inicios en el automovilismo y los distintos rivales que tuvo en el camino. Si bien la serie Senna destaca en sus seis episodios las rivalidades con Enrique Mansilla o Alain Prost, una de las más fuertes fue la que se dio con Jean-Marie Balestre, quien era presidente de la FIA en aquel entonces.
Lo que sucede es que el exdirectivo francés se encontró con el talento de Prost, el primer piloto de su país que tenía cualidades para ser campeón del mundo en la máxima categoría y a quien, por supuesto, se dedicó a apoyar. De hecho, uno de los primeros cruces entre Senna y Balestre se dio en 1984, concretamente en el lluvioso GP de Mónaco, donde el presidente de la FIA hizo culminar la carrera por las condiciones climáticas, pero dio como ganador a su compatriota a pesar de que el brasileño quedó adelante, dado que consideró las posiciones de la vuelta anterior.
Para 1988, McLaren hizo un astuto movimiento al juntar a los dos mejores pilotos del momento en su equipo, pero fue el brasileño el que celebró su primer título ese año, mientras que Prost lo hizo en el siguiente, aunque con una ayudita. Resulta que ambos pilotos chocaron en el GP de Japón, pero Senna volvió a la pista, tuvo una maravillosa recuperación y ganó la carrera, pero Balestre invalidó su triunfo por haber recibido asistencia de los auxiliares para regresar a la pista, lo que le dio el campeonato al francés.
Debido a eso, Senna afirmó que hubo manipulaciones de la FIA, por entonces llamada FISA, para que su compañero sea el campeón, algo que casi le cuesta su licencia e hizo que McLaren deba pagar una severa multa económica. Al año siguiente, con otra definición en Suzuka, el brasileño salía con la pole, aunque del lado sucio de la pista debido a otra manipulación de Balestre, por lo directamente fue a chocar a Prost para que ninguno de los dos sume puntos, lo que lo convertía en campeón por segunda vez.
En 1991, Ayrton ganó su último campeonato del mundo, mientras que Balestre perdió las elecciones de la FIA con Max Moxley, quien se mantuvo en el poder hasta 2009. Pero claro que también hubo polémica por el reclamo del brasileño sobre la ausencia de zonas de escape en el GP de Alemania, a lo que el francés respondió: “La decisión correcta es mí decisión. La mejor decisión es mí decisión”.
El fallecimiento de Senna por otro error de la FIA
No hay dudas de que Ayrton Senna fue un batallador dentro y fuera de la pista, algo que puede percibirse por sus continuos reclamos en pos de mayor seguridad. De hecho, el trágico GP de San Marino 1994 comenzó con el accidente de Rubens Barrichello, quien quedó inconsciente tras chocar con los muros. Debido a eso, el brasileño llegó a solicitar que no se corra la carrera porque los cambios en el trazado no garantizaba la seguridad de los pilotos, pero la FIA no escuchó.
Al día siguiente se dio el fallecimiento del austriaco Roland Ratzenberger después de otro fuerte accidente contra el muro de hormigón en la curva Villeneuve. Ya en la carrera del domingo, un choque en la zona de largada debido a un fallo de un monoplaza hizo salir el coche de seguridad, que era demasiado lento y, como producto de eso, los neumáticos se enfriaron. Dos vueltas después de las banderas verdes, con las gomas todavía sin la temperatura adecuada, el Williams de Senna salió disparado en Tamburello y chocó con otro muro de hormigón, lo que terminó con su vida, pero no con la carrera, puesto que la FIA reanudó la carrera minutos más tarde.