Un día de mayo de 1975, el famoso cazador de nazis Simón Wiesenthal recibió una inesperada visita en su oficina del Centro de Documentación de Viena. Su visitante era nada menos que Albert Speer, el ex arquitecto y ministro de Armamentos de Hitler. ¿Cuál era el motivo de este encuentro?, ¿de qué hablaron?, ¿qué se dijeron? ¿qué diálogo era posible entre un victimario y una víctima del Holocausto? Sobre estas bases de historia real el reconocido dramaturgo Mario Diament imaginó El cazador y el buen nazi, una obra teatral que está transitando su tercer año de funciones en la cartelera porteña.
En El cazador y el buen nazi, Mario Diament se vale de abundante documentación para dramatizar este extraordinario encuentro. Dos notables actores, Jean-Pierre Noher y Ernesto Claudio, dan vida a los personajes bajo la dirección de Daniel Marcove. "Una lección sobre la complicidad, la responsabilidad y la justicia cuyas implicancias adquieren un especial significado en estos días", indica la sinopsis de la obra que puede verse los domingos a las 17 en el Teatro Metropolitan (Av. Corrientes 1343, CABA), con entradas en venta por Plateanet o en boletería.
En la historia real en la que se basa la obra, Simon Wiesenthal fue una figura de vital importancia en la construcción de la memoria y justicia de las víctimas del Holocausto. Pese a las polémicas que tuvo en vida -hay documentos que indican que sus libros autobiográficos están llenos de imprecisiones, contradicciones y datos falsos- Wiesenthal fue considerado uno de los "cazadores de nazis" más famosos del mundo hasta su muerte en 2005, a los 96 años. "Ya hice mi tarea. Los sobreviví a todos ellos. Si queda alguno ya está demasiado viejo y débil para enfrentar a los jueces", señaló en declaraciones de ese momento.
Del otro lado, Albert Speer fue conocido como "El Arquitecto" de Hitler, quien llegó a tenerle gran estima. Con ese cargo, cumplió a rajatabla las fantasías mesiánicas del dictador hasta su caída. En el proceso de enjuiciamiento a los partícipes de la masacre judía en la Segunda Guerra Mundial, se decidió que Speer quedaría recluido en la Cárcel de Spandau, donde pasó solo veinte años ya que logró engañar al jurado de Nüremberg. Tras su salida de prisión, Speer publicó sus Memorias y separado de su familia -que no quiso estrechar un nuevo vínculo con él- y trató de instalar el mito del "nazi bueno" en su imagen personal. Tiempo después de su condena, se comprobó que Speer mintió en sus declaraciones sobre el genocidio y se llegó a la conclusión de que tenía pleno conocimiento de los horrores que acontecían en Auschwitz y el resto de los campos de concentración.
Quién es Mario Diament
Mario Diament nació en Buenos Aires, en 1942. Es autor de más de veinte obras, además de guiones de cine y televisión, que le han valido premios nacionales e internacionales. Sus obras se han presentado en más de veinte países en cinco continentes. En su producción se destacan Crónica de un secuestro, El Invitado, Tango perdido, Esquirlas, El libro de Ruth, Cita a ciegas, Un informe sobre la banalidad del amor, Por amor a Lou, Tierra del fuego, Guayaquil: una historia de amor, Franz y Albert, Pequeñas infidelidades, Moscú, Los amantes de la Casa Azul y El Fixer. En su extensa carrera periodística, fue director de El Cronista, jefe de redacción de La Opinión y secretario de redacción de Clarín, además de corresponsal en los Estados Unidos, Europa y Medio Oriente.