El impulso que le dio Leopoldo Brizuela a la obra literaria de Sara Gallardo cuando tuvo la iniciativa de reeditar su narrativa completa en Emecé a principios de los 2000 y, posteriormente las investigaciones y recopilaciones de la tarea periodística como cronista y columnista en Confirmado o La Nación, delinean dos hitos claves de recuperación del llegado de la escritora y periodista argentina.
"Siempre publicó sus obras por editoriales muy prestigiosas, colaboró muchos años en medios súper masivos, tuvo excelentes críticas, muchos colegas han señalado la fuerza de su obra. Pero las dinámicas de la cultura, y de la industria cultural, son complejas. Quizás su obra no se reeditó tanto antes por factores más aleatorios, aunque por otro lado es una autora que tuvo, a dieciséis años de su muerte, una edición de su narrativa completa, la que hizo Leopoldo Brizuela", sostienen Julia Ariza y Salvador Cristófaro.
Por su parte, Lucía De Leone define esa edición de Brizuela (1963-2019) como un "hit": "Muchos empezamos a leer a Gallardo con esa narrativa breve completa, que sacó a la luz los escritos de Gallardo que no se habían editado hasta que él decide publicarlos".
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Así, cuenta la investigadora especialista en Gallardo, la escritora empezó "a ingresar en algunos programas de estudio de las universidades. Esa fue una primera revalorización importante", dice, recorriendo un poco los devenires de difusión de su literatura, que toman otro impulso cuando se internacionaliza y empieza a ser traducida y leídas en otras lenguas.
Para los responsables de Fiordo, tras el espaldarazo de Brizuela y otras reediciones en los 2000, en " 2015-2018 se la empezó a leer más que en las décadas anteriores; su nombre circuló más. Autores nuevos hablaron de ella. Al haber más reediciones, hubo más ejemplares disponibles, y lectores jóvenes empezaron a leerla, a postear esas lecturas en sus redes".
"Y seguramente -proyectan- eso motivará que las nuevas generaciones que están reescribiendo el canon, que recordemos siempre es móvil, la incorporen; o mejor aún: que el canon se acomode a la presencia de autoras como ella y desdibuje sus fronteras para contener obras como las de ella".
Hace algunos años también se publicó su producción periodística, que salió en dos tomos de proyectos editoriales distintos. Por un lado "Macaneos" (Ediciones Winograd) que reúne las columnas de Confirmado (1967-1972) y por el otro, "Los oficios" (Excursionistas), ambos tuvieron a De Leone en la investigación, los estudios preliminares y la compilación.
En su opinión, estos libros también mostraron "otra faceta de Sara Gallardo, otro proceso de revalorización que se anexaba al de la escritora. Desde entonces, diría que nunca se la dejó de leer. Se la empezó a leer cada vez más, al punto que diríamos que hoy es una escritora insoslayable de la literatura argentina. Nadie se atrevería a decir que Sara Gallardo no forma parte del sistema principal", sostiene.
En el prólogo de "Los oficios", De Leone escribe que el periodismo es su profesión coraza y la literatura su vocación ¿qué le permitió la literatura que el periodismo no? "Ella -responde- en el periodismo encuentra un espacio de trabajo y subsistencia. En términos prácticos, creo que el periodismo y la literatura negocian, transaccionan. De hecho, ´Eisejuaz´ tiene sus precuelas en el periodismo. Pero el periodismo es un lugar para pagarlas cuentas, venerado por los escritores para trabajar, pero la literatura tenía otro valor. Ella necesita tiempo para escribir y hablar de lo que quiere no lo que se impone", resume.
Con información de Télam