Campo del Cielo, un territorio lleno significados y acechado por el tráfico ilegal de meteoritos

06 de julio, 2022 | 18.48

Frenar el tráfico de meteoritos es uno de los objetivos que impulsa el proyecto de ley que busca preservarlos en tanto patrimonio material e inmaterial como parte de otro proyecto de más largo aliento: lograr la declaratoria patrimonial para Campo del Cielo, la reserva natural y cultural de Chaco, con su trabajo de divulgación científica y centro sagrado para la comunidad moqoit.

Un testigo del desarrollo de las últimas décadas de Campo del Cielo es Mario Vesconi, presidente de la Asociación de Astronomía del Chaco (Acha) que en los 90 comenzó a explorar el terreno donde se produjo la lluvia de meteoritos hace por lo menos 4.000 años junto al astrónomo estadounidense William Cassidy.

Y si bien se conocen unas cincuenta áreas de dispersión en el planeta, Campo del Cielo es el evento del cual más tonelaje de fragmentos de sideritos (meteoritos metálicos) se recuperaron a la fecha, señalan desde el Ministerio de Cultura, que reflejan las apreciaciones del divulgador e investigador sobre el tema.

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Para Vesconi, "no se ha llegado ni al 50 por ciento del estudio, comprensión y recuperación de las miles de partículas que eyectaron los 30 cráteres geolocalizados hasta ahora".

Por otro lado, desde 2015 un circuito de cráteres y los hallazgos pueden visitarse en el Parque Científico y Educativo ubicado en la reserva natural y cultural Campo del Cielo, en Gancedo.

Como parte de los antecedentes recientes del tráfico ilícito, relata que en 1985 se registra en el libro de visitas de la Escuela Rural 487 del Paraje Las Víboras -epicentro de la lluvia meteórica- la firma de Robert Alan Haag, oriundo de Tucson (Estados Unidos), mezcla de traficante, coleccionista fanático y mercenario que se presenta como el "hombre meteorito".

El hombre fue detenido cinco años después en la frontera provincial por un policía cuando intentaba robar el meteorito más grande de Campo del Cielo y segundo en tamaño en el mundo: "El Chaco", con sus 37 toneladas, fue desenterrado en 1980 y solo es superado por el africano Hoba, de 66 toneladas.

El libro también menciona al "cazador de meteoritos" Michael Farmer como otro de "los célebres comerciantes de materia cósmica que pasaron por Campo del Cielo". Y atestigua: "Se podría decir que con Haag comenzó un flagelo que lleva ya casi cuarenta años. Alguien empezó a pagar por esas rocas que durante años solo adornaban un rancho y entonces llegó el desapego, la complicidad, Internet y sus precios fabulosos que finalmente lograron, sin generalizar, una importante pérdida de identidad del poblador local con su entorno".

"Los números sorprenden. Un estudio magnetométrico permitiría estimar qué porcentaje de bólidos ha sido extraído del lugar. Una cifra que, según lo publicado para su venta en Internet, se situaría en no menos de 10 toneladas en fragmentos", indican.

"Hace unas semanas se secuestró en Uruguay un meteorito de Campo del Cielo; a los pocos días, robaron una pieza de una escuela de General Pinedo en Chaco, citan a modo de ejemplo de este año.

"Por eso es tan importante que salga esta ley y que se intensifique el control. Hay que proteger estas piezas que también son parte de nuestra historia", concluye Vesconi.

Producto de la colisión de una lluvia de meteoritos mayormente compuestos por hierro, su efecto catastrófico en el monte inauguró en la cosmovisión de los pueblos originarios, un nuevo capítulo en su tradición oral, hace unos 4.000 años atrás y se constituyó en un espacio sagrado donde se realizan distintas ceremonias relevantes para su comunidad.

Actualmente Campo del Cielo tiene su "Centro de Interpretación", la exhibición de los meteoritos de gran tamaño como Gancedo, algunos de sus cráteres y otros 300 fragmentos, además de material didáctico que permite comprender el evento cósmico que impactó en 25 segundos sobre el monte y sus habitantes, similar a "un efecto de 10 kilotones de energía", solo 5 kilotones menos que la bomba de Hiroshima", según dimensionaba Vesconi durante las jornadas "Los patrimonios son políticos", en Resistencia, que tuvieron lugar en noviembre.

Con 24 cráteres confirmados "producto de un meteoroide que se supone pesaba unas 840 toneladas de las que se estiman llegaron a la tierra más de 400 toneladas por la pérdida por ablación del meteorito" (en su entrada a la atmósfera terrestre), con un ángulo muy bajo de entrada, y una velocidad lenta que benefició la conservación, explicaba el experto.

Con información de Télam