Federico y Jorge Marrale dialogaron con El Destape Web y hablaron sobre sus proyectos artísticos y su vínculo familiar. Marrale padre protagoniza María Marta, la serie sobre el asesinato a María Marta García Belsunce, donde interpreta a Carlos Carrascosa. Por su parte, Federico protagoniza su propia obra de teatro, Lo que vendrá, y trabaja en una serie para la TV Pública.
¿Cómo surgió Lo que vendrá, tu primera obra de teatro?
- Bueno, se dio en la pandemia. Yo estaba con ganas de contar algo y aparte de poner algo en práctica en ese momento de quietud absoluta. La única manera de salir de esas cuatro paredes era escribiendo; me acuerdo que en esa época se armaron varios concursos de escritura y así empecé. Después, arrancó un taller de dramaturgia con Ignacio Apolo y ahí empecé a escribir Lo que vendrá. Me pareció interesante el tópico de la mudanza porque es como un movimiento externo, ya que te vas de un lugar a otro, como también la cuestión de dejar tu lugar. Y a eso sumarle un hijo; me pareció un combo interesante. La mudanza también trae esta cosa del pasado, nostálgica.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
¿Cómo es ser actor de tu propio texto?
-Ahí me dividí bastante. Cuando lo estaba escribiendo tenía en cuenta que yo iba a actuar ese texto, por eso también hay cosas que dice Gabriel (su personaje) que son afines a mi pensamiento o algo parecido. Por un lado, fue el momento de la escritura y después hablé con Anahí Ribeiro (directora de la obra) para empezar a actuar y ella me dijo claramente que ahí empezaba una etapa de actuación. Podíamos cambiar algunas cosas de dramaturgia pero yo ya no era el dramaturgo sino el actor. Te lleva tiempo acomodarte al personaje así que me enfoqué en eso, son dos etapas totalmente diferentes.
¿Qué te parece la obra, Jorge?
-Me pareció bárbaro ya cuando me la mostró por primera vez. Después tuvo algunas modificaciones pero me pareció una obra exquisita, hermosa. Una obra que contiene mucho, dice mucho de los tres personajes, de la vida, los secretos, lo que uno a veces guarda. Me parece que tiene muchas aristas. Me gustó mucho la puesta en escena, la actuación de los tres está muy bien, muy sentida. Es una obra para sentir.
Federico, ¿cómo se dio esto de que sigas el camino artístico como lo hizo tu padre?
- Empecé siendo compositor, ya en el final de la secundaria había empezado a estudiar. Siempre fue por la cuestión musical; de hecho en Lo que vendrá hay como toda una visión de lo que representa la música. Siempre estuve muy ligado a la cuestión performática: hice música para teatro, cine, televisión. Fue algo bastante natural, en algún momento empecé a hacer castings para publicidades y ahí le empecé a tomar el gustito a la cámara. Empecé a estudiar actuación y una cosa llevó a la otra.
A vos, Jorge, ¿qué te significa que tu hijo haya seguido el camino artístico?
- Me parece bárbaro. Son esos caminos de construcción porque puede haber una influencia pero hay un mundo muy personal. Fede está en un momento muy interesante porque amalgama: es un gran compositor musical, se está transformando también en un gran escritor, me gusta lo que hace. Me parece que está abordando un espacio de integralidad y eso lo pone en un lugar muy rico, muy interesante. Creo que este último tiempo encontró algo del mundo expresivo muy fuerte y está muy bien canalizado, muy bien proyectado.
Durante mucho tiempo estuviste muy ligado a la música para teatro, cine y televisión, ¿sacaste canciones como solista?
- En su momento tuve un grupo que se llamaba Maquinal, donde hacíamos mucha mezcla de cosas. Editamos dos discos, uno se llamó Desvelo, que eran versiones de tango nuestras, cantadas por voces femeninas. Y estuvimos bastante tiempo, tocábamos pero después se complicó bastante con Cromañón y la verdad es que las discográficas son difíciles para llevar proyectos porque te comen el hígado. Llegamos a un punto que dijimos hasta acá. Pero ahí plasmamos la música que queríamos hacer. Eso habrá sido del 2000 al 2010, 2012, por ahí.
Hace unos días se estrenó la serie sobre el caso de María Marta García Belsunce, ¿cómo compusiste el personaje de Carrascosa teniendo en cuenta la controversia que él ha generado en todos estos años, Jorge?
- Lo que traté de hacer fue conectar con algo que para mí es central: descubrir un poco su interior. Esa figura tan enigmática, secreta, distante por momentos, me parecía que era muy rica para encontrar el motivo. Entonces me sumergí en investigar muy sucintamente los mecanismos que generaban esa no acción por un lado y toda otra acción que es la que él tiene que sostener para estar 7 años preso, vivir ahí adentro y cambiar su forma de ver el mundo; además de estar arrasado por el horror y la tragedia. Obviamente vi cosas de él para tener una idea, desde lo físico, pero no para hacer una mímesis, sino para descubrir qué es lo que mira, cómo mira y por qué. Y a partir de ahí encontrar la forma de ingresar. Me interesa mucho trabajar desde lo que se construye con la interioridad, con lo que nos mueve verdaderamente. No solo por la acción circunstancial, sino por lo que nos mueve. Lo que hace que tengamos un patrón de acción, una forma de movernos, de mirar, de sentir.
Claro, descifrar su personalidad.
- Sí. Y sobre todo, bueno, es un personaje vivo, lo que lo hace más delicado, pero lo trabajé como un personaje.
¿Te has puesto a pensar si él lo ve, qué pensará, si lo tomará bien, mal?
- No sé. Quiero que lo vea, me gustaría que lo vea y que me diga qué le parece.
Cuando te llegó la propuesta, ¿aceptaste rápido o dudaste por la polémica alrededor de este caso?
- No, lo que quería saber era qué íbamos a contar, porque lo que yo tenía era un barullo del 2002. Había un manejo medio raro, medio show off, entonces me corrí de eso (del bombardeo mediático sobre el caso). Me metí con otras cosas. Desarrollé a partir de ahí. Es un tema muy controversial por los medios y la Justicia, esa mixtura cuando no es honesta es un horror para cualquiera.
MÁS INFO
¿Te pasó que leyendo el guión o informándote te ponías de un lado y al rato del otro?
- No. Yo primero quería saber cuál era el mundo que íbamos a contar con el guión creó Martín Méndez (el autor) y ahí sí acepté ese punto de vista. Además me desayuné de cosas, había elementos de la falla judicial que yo desconocía; eso me alentó a investigar un poco más y ajustarme en cuanto a la forma en que él trabajó dentro del juzgado: cómo miraba al fiscal, cómo miraba a las cámaras. Encontré algunas formas que me parecían interesantes en el sentido de dónde estaba el fantasma de lo prejuzgado; es un hombre prejuzgado por la sociedad, no tenía mucha alternativa. Eso sí que es un estigma y trabajarlo es complejo porque tratás de meterte en ese mundo. Uno, si está estigmatizado por cualquier boludez ya es muy difícil, imagínate si está estigmatizado por la sospecha de que asesinó a su esposa. Entonces, uno dice ¿qué queda después de eso? Me parece que es una persona que se resiste a todo y hoy por hoy es querellante en el caso de Pachelo.
Federico, trabajaste como actor y guionista en la serie Dos 20 de la TV Pública. ¿Cómo fue eso?
- Surgió también en la pandemia. Habíamos trabajado con Arturo Bonín, hicimos una obra corta para sacar por YouTube, sobre un padre y un hijo. Y a mí se me ocurrió hacer una serie de capítulos de dos personajes, de no más de veinte minutos, y que hable sobre los vínculos. Historias que empiecen y terminen ahí. Lo más potente eran los vínculos filiales y de pareja, entonces con esa idea armé el proyecto, se lo presenté a Pedro Martínez (gerente de la TV Pública) y le gustó mucho. Empezamos a ver de qué manera lo podíamos hacer: la primera era que sea lo más simple posible para usar los recursos del canal, para que no sea tan costoso. En ese momento yo pensaba “qué bueno sería poder ampliar el espectro de la televisión y la ficción argentina”, que sinceramente ha decaído mucho y casi no queda nada. La premisa era hacerlo interesante de ver y al mismo tiempo que sea barato. Todo este combo devino en Dos 20, los actores y actrices están encantados porque básicamente es darle la posibilidad a que puedan expresar sin ningún tipo de corte en el medio, sin escenas rebuscadas ni chiquitas. Son dos personajes que se hablan durante veinte minutos. Me parece que eso es la esencia de lo performático.
Hicimos ocho capítulos y el canal estuvo muy contento. Ahora estamos armando la segunda temporada, se supone que para antes de fin de año la sacamos.
¿Hay actores pensados o confirmados para la segunda temporada?
- Sí, pero no me dieron el ok para hablar (risas). Pero sí. Además va a haber un tercer personaje, aunque vamos a mantener el nombre de Dos 20 como sello. Está muy divertido porque no hay ninguna bajada de línea, es un muestreo chiquito de lo que hacemos en una casa.