Una polémica alrededor de la figura de Albert Camus surgió en las últimas horas a partir de la publicación de "Olvidar a Camus", una obra del estadounidense Olivier Gloag, que retrata al autor de "El extranjero" como un escritor colonialista y machista, lo que despertó las críticas en Francia, país colonial de su Argelia natal y tierra donde vivió durante 20 años, antes de su temprana muerte, a los 46 años, en 1960.
En la obra, lanzada por la editorial francesa La fabrique, el catedrático cuestiona vida y obra de Camus: desde la resistencia al nazismo hasta el compromiso contra la pena de muerte, pasando por la ruptura con Sartre, su relación con la actriz María Casares y las mujeres en general, y sus reparos ante la independencia del país donde nació y al que se sintió profundamente apegado.
Para Gloag, profesor de la Universidad de Carolina del Norte, no se trata de juzgar a Camus, sino de enriquecer la lectura. Hay que seguir leyéndolo, pero sin ver en él a un personaje de cuento de hadas, según consigna el diario El País.
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No obstante, los defensores del escritor acusan a Gloag de deshonestidad intelectual, de derribar estatuas y de cancelar al estilo de la izquierda universitaria norteamericana, según se publica en Le Figaro.
Yo intento salir de una posición afectiva: no se trata de saber si a uno le gusta o no Camus -dice Gloag-. Si hay una crítica, es a su recepción. En los últimos 30 años, ha habido una especie de idolatría. Es casi sagrado en Francia, como se ha visto con las reacciones a mi libro, afirma el autor.
Camus, nacido en la Argelia colonial en una familia pobre, no era anticolonialista, sostiene el autor. En "El extranjero", ficción narrada por un francés que mata a un árabe anónimo en una playa argelina, todo (...) parece, de facto, negar el estatuto de ser humano a los argelinos. Camus, sentencia, es el último escritor colonial.
"La peste", la otra gran novela de Camus, narra una epidemia en la ciudad argelina de Orán. Si bien fue interpretada como una alegoría de la ocupación nazi de Francia, Gloag lo refuta. Propongo una lectura distinta. 'La peste' no es Alemania ni los alemanes, es la resistencia del pueblo argelino a la ocupación francesa, fenómeno intermitente pero ineluctable, que se asimila a una enfermedad mortal desde el punto de vista de los colonos, dice.
Lo que hay que olvidar es el Camus tal como se nos ha presentado, dice. Hay hoy en Francia un uso permanente de Camus por parte del establishment político. A este Camus que sirve para justificarlo todo y nada, nos lo tenemos que quitar de encima. Propongo liberarlo de las manipulaciones abusivas y complacientes y mirarlo de frente, sostiene Gloag.
Esta polémica no me ha sorprendido nada, sostiene por otra parte el escritor y periodista en francés, Mohammed Aïssaoui, argelino y autor del "Diccionario amoroso" de Albert Camus, quien a los 42 años se transformó en el autor más joven en recibir el Nobel de literatura desde Rudyard Kipling.
La polémica es habitual, observa Aïssaoui. Lo único que extraña es que el ataque siempre proviene de una cierta extrema izquierda, cuando esta franja política debería estar orgullosa de que el hijo de una familia modesta, educado en la escuela republicana, se hubiera convertido en un gran escritor francés.
¿Cómo se le puede reprochar que sea colonialista? Se olvida que era un hijo de Argelia, que a los 20 años se fue a Cabilia para ver la miseria y hacer un reportaje que yo calificaría casi digno de Nobel, que no estaba en absoluto alejado de la población árabe, dice el escritor.
Respecto a la guerra, que estalló en 1954 y desembocó en la independencia en 1962, apunta: "Evidentemente, era su tierra natal y se sentía desgarrado por lo que ocurría.
Benjamin Stora, historiador de referencia sobre Argelia, su país natal, y un hombre con una larga trayectoria en la izquierda trotskista y socialista, también se indigna ante las críticas a Camus por el colonialismo: En Francia hay una vieja corriente estalinista que vuelve a sacar sin parar, cada 10 años, las mismas tonterías.
Según el historiador, Camus no estaba a favor de la independencia, y abogaba por una solución federal. Pero fue uno de los pocos en condenar la masacre francesa de argelinos en 1945 en Sétif. Y era próximo a otros dirigentes nacionalistas como Messali Hadj.
A lo que se opuso, añadió, fue al hegemónico FLN, el partido único.
Con información de Télam