Julia Quinn: "Soy feminista, fui criada para ser fuerte y se nota en las mujeres de Los Bridgerton"

23 de marzo, 2022 | 16.45

(Por Ana Clara Pérez Cotten) A días del estreno de la segunda temporada de "Los Bridgerton", la serie de época que Netflix considera uno de sus tanques del año, Julia Quinn, la autora norteamericana detrás de la saga de libros que inspiró la trama y una de las escritoras de romance histórico más vendida en Estados Unidos, defiende el género y una lectura que, sin perder rigor técnico, apunte a entretener a los lectores: "No espero que mis libros se estudien en las escuelas, pero me esfuerzo por escribirlos muy bien, soy muy exigente y estoy atenta a la técnica de la escritura".

La primera temporada de "Los Bridgerton" -creada por Chris Van Dusen y producida por la mítica Shonda Rhimes responsable de "Grey's Anatomy", "La ley y el orden" y "CSI"- se basó en "El duque y yo", y la segunda parte, que se estrena el viernes, siguió las líneas que Quinn escribió en "El vizconde que me amó", ambos publicados en el país por Ediciones Urano.

La serie, que conquistó a la audiencia con la historia de amor entre Daphne Bridgerton y el duque de Hastings, seguirá abordando la biografía de uno de los hermanos Bridgerton en cada temporada, sigue de cerca las ideas y vueltas de una historia de amor.

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La saga creada por Quinn, traducida en más de 40 idiomas, cuenta la vida de la familia formada por Lady Violet, vizcondesa y viuda de Bridgerton, y sus ocho hijos: los varones Anthony, Benedict, Colin y Gregory y las mujeres Daphne, Eloise, Francesca y Hyacinth.

- Télam: ¿Es cierto que quería ser médica? ¿Cómo fue que terminó siendo escritora, una actividad tan alejada de esa primera vocación?

- Julia Quinn: En realidad, no fue que una cosa siguió a la otra. Yo decidí estudiar medicina en el último año de colegio y mientras trabajaba en mi primera novela. Y me aceptaron en Medicina el mismo mes que logré vender mi novela; ese sí que fue un gran mes. En aquel momento, decidí dejar Medicina porque sabía que es el tipo de carrera que no te deja tiempo para otra cosa. Trabajé dos años como escritora y me agarró el pánico: cómo no me voy a graduar en la universidad, me nublé y volví a estudiar a la universidad. Pero bueno, en algún momento decantó mi vocación por la literatura y un día me decidí… Al final, nunca hice nada con eso que aprendí en los años que estudié Medicina. En otras palabras: si necesitás cirugía, lo mejor que puedo hacer es apurarme para llegar al hospital.

- T.: ¿Cuáles cree que son las claves para escribir historias de romance histórico?

- J.Q.: Lo más importante, sea una historia de romance histórico o contemporáneo, es el final feliz. Sin embargo, como escritora y lectora, siento que los personajes tienen que ir antes que la historia. Y eso tiene algo de sentido en el andamiaje general del libro: las historias de amor cuentan un proceso de enamoramiento, entonces podemos tener un nudo increíble, pero si los personajes son fofos, la novela no funciona porque el proceso queda muy deslucido. Me gustan mucho los romances con diálogo y humor y creo que un poco esa es la marca de mis libros.

- T.: Muchos lectores tienen prejuicios con las historias de romance histórico ¿Qué puede decirles?

- .Q.: Me inclino a pensar que quienes tienen este tipo de prejuicios, en realidad nunca leyeron una historia de romance histórico. Entonces, les pediría primero que lean. Hay mucha gente que considera que no es su género y eso me parece bien porque yo tampoco leo de todo. Pero me interesa mucho la opinión de los que se animan y salen del prejuicio porque, después, aunque no les interese el género, se entretienen con algo de la escritura. No sé en detalle cómo funciona en el resto del mundo. En los Estados Unidos, solemos elevar las cuestiones terribles y tristes y nunca las felices. Como si estuviéramos más preparados para leer cosas duras y complejas. Y el romance nos enfrenta con la dificultad de soportar los finales felices. También ocurre que leer se asocia con una cuestión seria y leer puede ser divertido y no tiene que ser siempre duro, difícil y serio. Quiero que entretengan a los lectores. No espero que mis libros se estudien en las escuelas, pero me esfuerzo por escribirlos muy bien, soy muy exigente y estoy atenta a la técnica de la escritura.

- T.: ¿Cómo se documenta para escribir ficción histórica?

- J.Q.: La mayoría de las cuestiones las sé, el trazo grueso. A veces me ocupo de rastrear datos específicos. Por ejemplo, mi último libro publicado en Estados Unidos, "Miss Butterworth and the Mad Baron" tiene un protagonista que es médico en el siglo XIX. Entonces, retomé mis estudios de historia de la Medicina para dar con todos los detalles que hicieran más rica a la historia.

- T.: ¿Cómo fue tu participación en la adaptación de los libros hasta que se convirtieron en la serie "Los Bridgerton"?

- J.Q.: Soy consultora del show y eso me dio acceso a ver y opinar sobre los guiones antes de la producción. Los leí y me parecieron increíbles, un sueño. Creo que tengo el trabajo de consultoría más fácil del mundo. No fue mucho lo que intercambiamos, alguna vez les pedí incluir una escena o les pedí algún retoque. En el contrato, yo cedí el control creativo y lo hice por varias razones: sabía que esta oportunidad se iba a dar una vez en la vida porque una superproducción de este nivel no es muy común y también lo hice porque participó Shonda Rhimes, la persona que mejor hace televisión, me dio una confianza total. Todo el concepto del romance histórico está respetado. No se refleja la escena por escena, pero el espíritu de los personajes está impecable.

- T.: Las mujeres de sus historias son fuertes, no son simples princesas ¿Qué hay detrás de esa decisión?

- J.Q.: No fue una decisión consciente. Me considero feminista. Fui criada para ser fuerte y tomar decisiones y es natural que eso se note en las mujeres de "Los Bridgertone".

- T.: ¿Qué opina de que Shonda Rhimes haya elegido, en la versión televisiva, personajes de distintas razas para representar a los personajes?

J.Q.: Me encantó, me parece fabuloso. Tomaron algo que yo inventé y lo hicieron más grande, más diverso. El romance refleja una historia de final feliz y divulgar que es algo que nos puede involucrar y tocar a todos me pareció encantador porque nos saca de la concepción más cliché del final feliz. Creo que la versión de Netlflix es más fácil, accesible, todos podamos vernos reflejarnos en la historia y es lo hace mucho más rico.

Con información de Télam