El famoso cantor Carlos Gardel inmortalizó al tango con su voz acompañado de la popular guitarra criolla, pero luego el género musical evolución para completar su sonido característico con la orquesta típica de bandoneón, piano, violín y contrabajo. A casi 90 años de la muerte del Zorzal Criollo, se mantiene el misterio sobre lo que ocurrió con el clásico instrumento que lo acompaño hasta el último día.
En las distintas películas que grabó Carlos Gardel, en París y en Nueva York, se puede observar que posa siempre con una guitarra creada por Francisco Núñez, el artesano musical que fue parte de la primera serie hecha por la fábrica del mismo nombre antes de 1913. Este diseño de guitarra se puede ver en la mayoría de las fotografías del Zorzal Criollo en años siguientes.
Del mismo modo, la imagen se veía en los cortometrajes rodados en Argentina en 1931 y en sus películas subsiguientes en el extranjero. Esa guitarra mágicamente complementaba la personalidad de Carlos Gardel con su diseño artístico y dimensiones especiales. La manufactura de Francisco Núñez se distinguió por crear distintas líneas de guitarras, cada una con su propio estilo.
Algo que todos los instrumentos compartían era un distintivo mosaico de nácar en la boca, diseñado como una estrella de ocho puntas. Se trata de un punto destacado de cada guitarra que variaban en detalles específicos. Un detalle que pocos saben es que la guitarra del Morocho del Abasto pertenecía al modelo inicial, notablemente más pequeño en comparación con las series segunda y tercera.
El misterio de la guitarra de Carlos Gardel que pocos conocen
Este modelo de guitarra Núñez se caracterizaba por su singular radio o curvatura en la cintura, una caja de menor altura y grosor, filetes con diseño de espiga y una distintiva forma en la cabeza del mango. Si se consideran las guitarras de la primera serie que todavía existen, se nota la particularidad que las distingue: el patrón de incrustación de nácar en el cordal.
Carlos Gardel siempre se mostró con la guitarra que presentaba este detalle único. Según revelan las crónicas de la época, cerca de 1928 la Casa Breyer regaló a los guitarristas que acompañaban al cantor en su gira europea nuevos instrumentos. Eran producidos por ellos y reconocibles por su mosaico de boca redonda. Sin embargo, el Zorzal Criollo siguió utilizando su icónica compañera.
Ante todas estas versiones, con el paso del tiempo, varios coleccionistas y museos afirmaron que poseen la guitarra que fue de Carlos Gardel. Hasta hoy sigue vigente la interrogante si la única que poseía se perdió en el fatídico accidente del 24 de junio de 1935, que puso fin a la vida del legendario zorzal y sus acompañantes en Medellín.
Igualmente, si es que alguna vez se revela ese misterio de casi 100 años, quienes busquen admirar este mítico instrumento lo pueden hacer mirando la película “El día que me quieras”. Una anécdota especial de ese film es que allí conoció a un pequeño Astor Piazzolla que vivía en New York, donde se filmó la película. En aquel encuentro, le pronostico una brillante carrera al joven bandoneonista y Astor siempre recordó esa amistad y la generosidad de Gardel.