Juana Molina se presentará este sábado 20 de enero en Parador Konex y en la previa habló con El Destape sobre la reedición de Rara, su primer disco, su necesidad de estar en silencio y la inesperada canción de reggaetón que siempre le gustó. "La gente empezó a tenerle miedo al silencio", opinó la artista sobre el constante bombardeo sonoro.
En medio de un indudable éxito televisivo a mediados de los 90, Juana Molina puso un freno a su carrera actoral y decidió dedicarse a la música, algo que no fue comprendido inmediatamente por buena parte del público. "Como que era un berretín de actriz que ahora resulta que quiere cantar", recordó la artista en diálogo con El Destape. En ese sentido, sumó respecto a su deseo: "Nunca más lejos de querer cantar, yo lo que quería era hacer música, que no es lo mismo que ser una cantante con una banda atrás. A mi lo que me gusta es sumergirme en cada momento de la música, dejarme llevar por lo que va surgiendo y que los instrumentos hablen solos".
Pero el comienzo de su carrera musical estuvo lejos de ser el esperado: "Rara fue un disco que fue una gran frustración". Es que la placa quedó en medio de una pelea interna del sello MCA y terminó "cajoneado". "Fueron muchos meses de incertidumbre, de no saber qué pasaba hasta que un especie de espía amigo nos llamó por teléfono y nos dijo 'chicos, el disco está cajoneado, olvídense'", explicó Juana.
¿Cómo surgió la idea de la reedición de Rara, que está descatalogado desde hace muchos años y prácticamente tampoco se puede encontrar en internet?
- Después de muchísimos años, 27 para ser exactos, recuperé los derechos de las canciones. Como me pareció injusto que ese disco quedara así, muerto y abandonado en un cajón, me dan ganas de que esté todo lo que hice de manera completa. Y la única manera que tengo de hacerlo es regrabándolo, porque si bien tengo los derechos, no soy dueña del fonograma. Entonces no puedo editar ese mismo disco, lo tengo que hacer de nuevo.
¿Te dolió en aquel momento lo que pasó?
- Fue muy terrible porque no solamente es la decepción de la promesa que se desvanecía, sino además porque yo venía con todo un peso en la espalda de haber dejado la televisión y que no se me permitiera cambiar de carrera. La salida de Segundo (2000) confirmó lo que yo quería hacer, que ahora se me había ocurrido cantar. Porque parecía como eso, un berretín de actriz que quiere coparlo todo. Pero nada que ver.
¿Te costó encontrar seguridad para plantarte y seguir haciendo tu música después de ese comienzo complicado?
- Todavía no había entendido que había que hacer lo que a uno le sale, y no "tratar de". Tenía miedo de que a nadie le gustara y entonces trataba de que se pareciera un poco, tenía una gran contradicción. Por un lado cada vez que se me ocurría algo, que me hacía acordar a otra cosa, lo abandonaba porque decía "esto está hecho, para qué lo voy a hacer yo". Pero a la vez, en cuanto a estructura y a la manera de componer una canción, ahí sí me daba inseguridad hacerlo como después hice en Segundo.
¿La idea es que la reedición de Rara sea igual a la versión original o transformarlo en una nueva versión?
- La gente que es fana del disco es muy fana de ese disco. Me da placer poder devolverles la posibilidad de escucharlo de nuevo y de que esté. Yo quiero tratar de hacerlo igual, pero no sé si me va a salir igual.
¿Sentís un tipo de "presión" en ese sentido?
- La idea en principio era que conservara el espíritu, no insertarle mis descubrimientos posteriores. Me parece que lo que quiero es resaltar la frescura de las canciones, que fueron escritas por una casi adolescente aún. Porque ni siquiera las escribí en los 90 esas canciones, las escribí en el 85, 86. Ya cuando las grabé eran canciones viejas, si bien la grabación fue hace 30 años, las canciones son de hace 40. Entonces tienen esa cosa un poco naif las letras; naif y casi de otra época porque ya nadie habla así de corazones rotos y todo eso. Ahora hay mucho empoderamiento y la visión es otra.
¿Y te encontrás en esas letras o las sentís ya lejanas?
- A pesar de la manera en que están expresadas y las cosas que sentía, sí. Además algunas evocan los momentos en los que fueron escritas y esa también fui yo. No sé si se me pianta un lagrimón pero me da una nostalgia. Más que nostalgia una ternura por esa pobre joven sufriente e insegura. Siento que fue hace muchísimo tiempo y a la vez fue ayer. No es que digo "pará no me acuerdo", me acuerdo de todo.
La necesidad del silencio
Además de lanzarlo en plataformas digitales, Rara llegará también en vinilo y todavía resta saber si lo hará en CD, formato que está experimentando un revival en el último tiempo. Además del ritual de poner un disco, Juana Molina destaca otra cuestión que le parece fundamental y que en esta época no parece ser ni siquiera considerada: la importancia del silencio. "Todo ese ritual que significa poner un disco hace que uno se compenetre más con lo que está escuchando porque hay un acto voluntario en el hecho de poner determinada canción, tal lado o ese disco", formuló Juana.
Ese ritual medio que desapareció con las plataformas digitales.
- Lo que a mi me exaspera un poco de las playlists y la manera en la que funcionan es que es algo que no para nunca, porque primero la mayoría pone un playlist y después deja que la plataforma le sugiera lo que sigue. Nunca para y eso me parece perverso, prácticamente. Porque hace que uno no pueda darse cuenta de que algo terminó, porque inmediatamente hay otra cosa después. Y a mi me parece fundamental ese momento del silencio de "bueno, terminó este disco, ahora cuál pongo". Esa cosa de tener algo que decide por vos, y no solamente decide sino que además que hasta que vos no lo pares, sigue.
En la actualidad también pasa que hay música a todo volumen y en todos lados.
- No hay un lugar a donde vayas que no haya algo sonando, me parece terrorífico y eso hace que vayamos aturdidos. La gente empezó a tenerle miedo al silencio.
¿Disfrutás del silencio?
- La mayoría del tiempo estoy en total silencio. Entonces cuando pongo un disco se me arma algo adentro. Tengo un par de amigos que me dicen "Juana Molina, la única música que no le gusta la música". Confunden el hecho de estar escuchando música todo el tiempo a que no me guste la música. Si yo escucho música es con alguien, y nos ponemos a escuchar esa música, o sola. Pero si estoy con invitados, si estamos todos charlando, no voy a poner encima un disco. Porque me aturdo. O estoy escuchando una cosa o la otra. Yo no puedo las dos cosas, me hace mal.
Y con la música actual cómo te llevás
- No reconozco a nadie. No sé si la música es muy igual o yo estoy muy distanciada y me parece toda igual. No me gusta mucho, si bien me gusta el ritmo del reggaetón, me parece que está bueno. Por ejemplo, Gasolina (de Daddy Yankee) me encantaba. Pero me gustaba por cómo estaba cantada, el fraseo del tipo. Y también me encantaba Siente el boom, de Tito el Bambino. Ahora siento que es todo como un molde, el autotune, todo tan perfecto, todo tan encasillado en un ritmo tan cuantizado, a mí no me conmueve.
El ajuste cultural, el ambiente y la política
¿Sentís necesidad de salir de tu lado a responder las barbaridades que se dicen sobre el ambiente y la cultura en el último tiempo?
- Creo que yo respondo sin salir a dar la cara. En todo caso lo que hago en redes es publicar cosas que otros dicen mejor que yo. Porque no quiero repetir como un loro algo que otra persona plantea. Por ejemplo (el abogado ambientalista) Quique Viale, que el tipo expresa con mucha claridad y con mucha data todo lo que está pasando, cómo se fue desarrollando y cuál es el resultado. Entonces qué voy a hacer, ¿estudiarme eso para repetir? No, lo pongo a él.
¿Y cómo vivís lo que sucede con el DNU y la ley ómnibus?
- Estoy en un estado de estupefacción tal que no puedo creer que estén haciendo esto. Me parece algo inaudito, inconcebible. Estoy más sorprendida que aterrada. Quizás tendría que estar más aterrada, pero me consuela la idea de que esto no va a durar, no puede durar.
¿Qué parte es la que más te preocupa?
- Lo que me parece que es aún más peligroso son este tipo de cambios en las leyes de las cosas irreversibles, como por ejemplo volar una montaña. Vos podés tener un poco más o menos de discos en un año, habrá menos muestras, que me parece una barbaridad. Pero después vuelven las muestras y la música. Una montaña no vuelve más. Un rio contaminado no se limpia más, se muere un montón de gente, se mueren plantas, se hace un desierto donde había pasturas. Y eso me parece aberrante de una manera además inconcebible. Me parece realmente lamentable. Y además leyes que costó mucho conseguir. Mucha gente que puso el alma, el cuerpo y la cabeza en lograr ciertas leyes, que ahora vengan y las borren de un plumazo es insultante.
Cómo comprar entradas para Juana Molina en el Parador Konex
Este sábado 20 de enero desde las 19, Juana Molina llegará a Parador Konex con un imperdible recital junto al percusionista/baterista Diego López de Arcaute, quien la acompaña ya desde hace un tiempo. Además, Juana también adelantó que también invitará al escenario Javier Mattano y Mariano Domínguez, quienes también participaron de la grabación de Rara en 1996, para tocar algunas canciones de su disco debut. Para el show todavía quedan entradas y pueden conseguirse en el siguiente link.