El famoso Salón Marabú nació en un subsuelo como todo buen cabaret porteño en 1935, debajo de un edificio estilo palacio italiano ubicado en Maipú 359, a metros de la Avenida Corrientes. Allí comenzó la historia de un templo de tango por donde pasaron a brillar Aníbal Troilo, Mariano Mores, y los importantes nombres del tango de la década del ’40. Este legendario espacio cultural celebró sus noventa años y sigue más vigente que nunca.
El lugar fue iniciativa de Juan Leslie Sala, hijo de madre soltera inmigrante italiana que había tenido la experiencia de trabajar en el Chantecler. Desde entonces no todo fueron rosas o tango, pero cuando el local estuvo al borde del remate y la demolición, la fundación Argentine Tango Society que lidera el filántropo Joe Fish lo salvó y el local reabrió como milonga hace pocos años, fue remodelado y quedó como en sus viejas épocas.
El cabaret Marabú se convirtió en un ícono de la noche porteña y es un símbolo de la época dorada del tango en Buenos Aires. Su nombre, evocador de las plumas de un ave africana usadas en la lencería de las vedettes, reflejaba el glamour y la picardía de la época. Para celebrar su 90 aniversario, el Salón Marabú armó un concierto especial titulado D´Arienzo Sinfónico, a cargo de su orquesta escuela "La Tradicional Milonguera".
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Con sus mil metros cuadrados, un diseño art decó y un piso en damero blanco y negro, el Marabú era un lugar de encuentro para hombres y mujeres solos, con grandes pistas de baile, escenarios para orquestas típicas y de jazz. Su apogeo llegó en la década del ’40, cuando se consolidó como un templo del tango, comparable, según el poeta Cátulo Castillo, al Moulin Rouge de París.
El Marabú fue testigo del surgimiento de figuras clave del tango y la cultura porteña como Aníbal Troilo, quien debutó con su orquesta el 1 de julio de 1937, junto al cantor Francisco Fiorentino, marcando un hito en su carrera. Además, Carlos Di Sarli y su orquesta eran una de las habituales, llenando la pista con su estilo elegante y bailable.
Inspirado por un romance trágico entre una copera cordobesa y un mozo del lugar, José María Contursi escribió allí el tango "Como dos extraños". La historia cuenta que la mujer fue reclamada violentamente por su esposo, y el mozo, al buscarla años después en Córdoba, la encontró irreconocible. Enrique Santos Discépolo también frecuentaba el lugar y allí conoció a Mariano Mores, con quien creó clásicos como Uno y Cafetín de Buenos Aires. Por su parte, el famoso Osvaldo Pugliese actuó en una reapertura en 1984, antes del cierre que se extendió por varias décadas.
El paseo del bandoneón lleno de tango en el Salón Marabú
El Salón Marabú también inauguró el Paseo del Bandoneón, una exposición que exhibe una colección de bandoneones marca Doble A, donada por la Fundación Internacional de Tango Argentino. La muestra permanente, que se encuentra en vitrinas dentro del salón, incluye piezas históricas como el bandoneón que perteneció al maestro Julio Pane.
Los instrumentos no solo estarán en exhibición, sino que también serán utilizados por los estudiantes de la orquesta escuela, reforzando el objetivo de formar a las nuevas generaciones en el arte del tango. Desde el fondo del pasado, en la noble tradición, es que arremete el porvenir.
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