El Día Nacional del Tango se celebra cada 11 de diciembre y este año se realizará un homenaje especial al mítico cantor Carlos Gardel en una esquina porteña que tiene una historia muy impactante. Además de llevar el nombre de otra figura representativa del género musical rioplatense, el Pasaje Enrique Santos Discépolo fue escenario de un movimiento artístico clave durante la última dictadura cívico militar.
La Comuna 3 de la Ciudad de Buenos Aires, que integran Balvanera y San Cristóbal, anunció que el miércoles a las 17.30, junto al Programa Cultural en Barrios, inaugurará un mural en el mencionado pasaje y la avenida Corrientes para conmemorar el Día Nacional del Tango. Además de la presentación de la obra, habrá música y actividades en vivo para disfrutar de la inauguración.
El mural tiene el nombre “Carlitos” en alusión a Gardel y fue realizado por el dibujante, docente y muralista Ismael Diggelman, quien tiene a cargo talleres del Programa Cultural en Barrios del Ministerio de Cultura porteño. También informaron que hará su presencia el músico, violinista y productor Ariel Romano, quien tocará la guzla original de Enrique Discépolo, tangos de Dora Aguirre y baile en vivo.
Un dato no menor es que el artista Diggelman ya había realizado un mural en esta esquina. Se trata de una obra dedicada a Enrique Santos Discépolo en la cortada que lleva su nombre. Como se mencionó, cada 11 de diciembre se celebra el Día Nacional del Tango por el nacimiento de Carlos Gardel, pero también por el de otro referente del 2x4, el músico y director de orquesta Julio de Caro.
La historia del pasaje Santos Discépolo que tendrá un homenaje a Carlos Gardel
Sobre este sitio emblemático, el gobierno porteño destaca que atraviesa, en forma de “S”, la manzana del barrio de Balvanera delimitada por las calles Lavalle, Avenida Callao, Riobamba y Avenida Corrientes. Su trazado curvo responde al tendido de las vías del Ferrocarril del Oeste que, desde la Estación Parque, se extendía hasta Floresta. Por allí pasó, en su viaje inaugural el 29 de agosto de 1857, “La Porteña”, tal como lo recuerda una placa colocada en el edificio de la esquina del Pasaje y Lavalle.
Varias décadas más tarde, a mediados de 1980, se inauguró el Teatro del Picadero, en el inmueble construido en 1926 por el arquitecto Benjamín Pedrotti que originalmente estaba destinado a una fábrica de bujías. Y en 1981 esa sala fue escenario principal de “Teatro Abierto”, un ciclo donde actores, directores, dramaturgos, escenógrafos y técnicos presentaban obras especialmente escritas.
Sin embargo, el 6 de agosto de 1981, un incendio intencional destruyó la sala en un vano intento de la dictadura cívico militar por acallar el pensamiento de los artistas. El ciclo continuó en otras salas y es recordado como un ejemplo de resistencia cultural y social.