Con prólogos de Sosa Villada y Muñoz Molina, reeditan las novelas de Manuel Puig

01 de junio, 2022 | 14.13

(Por Milena Heinrich) Con "El beso de la mujer araña", "La traición de Rita Hayworth" y "Pubis angelical", la reedición de todas las novelas de Manuel Puig ya está en marcha y prevé otros títulos en el año, como parte del plan de recuperación del sello Seix Barral en el 90 aniversario del nacimiento de ese autor clave de la narrativa argentina, que trastocó todos los géneros y construyó una ficción única, retrato coral, tan intimista y moderno como también político en sus modos de contar.

En el prólogo de la flamante reedición de "El beso de la mujer araña", la novela más conocida de Puig, que se publicó originalmente en 1976 en pleno boom latinoamericano, el escritor español Antonio Muñoz Molina sostiene que la obra en ese entonces produjo "desconcierto, un desasosiego".

Para el autor, Puig "era, con toda desenvoltura, un artista pop, en una cultura, la hispanoamericana, y en una época en la que el pop provocaba el mismo rechazo ideológico que las formas estéticas y comerciales de las que se alimentaba. Y en una narrativa tan abrumadora y ásperamente masculina, que prolongaba sin escándalo de nadie el machismo latinoamericano (...), el estilo de Manuel Puig, las voces femeninas o gais en las que se manifestaba, eran una rareza todavía más inusitada"

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Camila Sosa Villada, por su parte, escribe en el prólogo de "Pubis angelical" que "solo un escritor como él puede hacer una novela aprovechando todos los recursos posibles sin que sea un pastiche insoportable de leer. Un libro imposible de precisar en un género, un libro en el que se da con todos los gustos, resbalando por la pendiente de lo barroco, dando cuenta de la historia de un país, con una habilidad asombrosa para contar la vida política en Latinoamérica y los tenebrosos golpes de Estado con los que lidiamos hasta hoy. ¡Y qué talento para dialogar y monologar! ¡Qué acto de travestismo más hermoso el suyo!".

Como se trasluce en esos prólogos de dos libros distintos, la obra de Puig no fue canonizada desde un principio, penduló entre el rechazo de quienes no veían originalidad en su literatura ni en sus formas, sobre todo en los 60 y 70, y entre quienes celebraban la singularidad de un narrador moderno y vanguardista capaz de tomar las voces de señoras, tías y viejas con una mirada de pueblo poco afable pero una contundencia contra la perspectiva violenta de lo establecido. Puig irrumpió en la escena literaria por esa puerta doble.

Y por eso, un plan de reedición es siempre una invitación a conocer o releer desde un tiempo situado, donde transitan otros discursos, otras conquistas, otras trayectorias de lectura. Un tiempo que ya dejó en claro quién es Puig para la narrativa y la dramaturgia de nuestro país pero que sin embargo siempre tiene pendiente nuevas circulaciones. O como dice la editora Mercedes Güiraldes a Télam, "como si, al relanzar su obra estuviéramos cursando invitaciones a esa fiesta que siempre es leer a Puig".

Estos nuevos lanzamientos vienen de la mano de prólogos a cargo de nombres muy potentes, tan distintos en sus registros literarios como en sus generaciones y procedencias. Mientras en el "El beso de la mujer araña", el autor invitado es Antonio Muñoz Molina, escritor español y miembro de la Real Academia Española; en "La traición de Rita Hayworth" el prologuista es Bob Pop, crítico, presentador de televisión, también autor radicado en Barcelona; y en "Pubis angelical", la presentación está a cargo de Camila Sosa Villada, la escritora cordobesa que es celebración de multitudes por su novela "Las malas".

Además de esos títulos disponibles en librerías, Seix Barral está lanzando en junio "The Buenos Aires Affair" con prólogo del colombiano Mario Mendoza y "Boquitas pintadas", donde la prologuista es la española María Dueñas, autora de "El tiempo entre costuras", novela de superventas que llegó a la plataforma Netflix. Aún sin fecha definida, se prevé la publicación de "Sangre de amor correspondido", en la que el prólogo estará en manos de la chilena Paulina Flores.

El abanico de estas voces, cuenta Güiraldes, gerenta de ficción de Grupo Planeta, aspira "a acercar la figura y la obra imperdible de Manuel Puig a lectores y lectoras que seguramente han oído hablar de él pero no necesariamente lo leyeron" con autores de "prestigio y, a la vez, de gran proyección en todo el territorio de la lengua española, tanto en España como en América Latina", define la editora sobre esta iniciativa que surgió desde España. Puig, aunque profundamente argentino por sus lengua, sus voces, sus personajes, es un autor querido internacionalmente, además de que vivió los últimos años de su vida en México (murió en Cuernavaca en 1990), donde se exilió por la dictadura cívico militar.

Nacido en 1932 en General Villegas, provincia de Buenos Aires, esa marca de pueblo fue escenario de sus ficciones y de su mirada dura, asfixiante, contra el conservadurismo, sobre lo provinciano en ese punto de la llanura seca, de siestas, soledad, amores no correspondidos, prejuicios, personajes y el daño cotidiano, a veces imperceptible, que se cuela e la crueldad de los vínculos instituidos .

En sus libros Puig habló de homosexualidad, de vejeces autónomas, opresiones, libertades, presos políticos. ¿Cómo se reactivan estas temáticas que abordó en sus ficciones a la luz de las agendas sociales de la actualidad? Para Güiraldes, sin dudas, "fue un adelantado. Él intentó salir de la asfixia de una sociedad patriarcal y machista como la de su General Villegas natal a través de sus ficciones. Fue un escritor político en más de un sentido, alguien que se atrevió a mostrar la hipocresía y la crueldad de un mundo en el que las mujeres y los homosexuales, entre otres, sufrían constantes humillaciones".

Y "lo hizo sin abrir juicio, sin psicologismos, sin intentar retratar fielmente ese mundo -sostiene la editora-. Lo suyo era la invención, la trasposición, la superposición. Por prejuicio, por reaccionarismo, muchas veces la crítica lo maltrató. El famoso boom de la literatura latinoamericana, por ejemplo, no lo incluía. Él mismo decía que no podía inscribirse ahí porque los autores que lo representaban pertenecían a un modo tradicional de concebir la literatura del que se sentía completamente ajeno".

"Esa modernidad radical de Puig, ese oído finísimo para la sociedad y la cultura de su tiempo que son, en gran medida, todavía las nuestras, hacen que conserve una vigencia y una fuerza que no tienen otros contemporáneos suyos, quizás más exitosos en su momento pero hoy olvidados o ilegibles", dice.

¿Popular o antipopulista? Sobre esta condición también ha dado qué hablar Puig: aunque los binarismos no le quedan bien a la obra de Puig, están quienes identifican que su oralidad -ese registro que domina la estética y prosa de su obra, la literaria y la dramaturgia- es "cien por ciento artificiosa, prostética" como la definió Alan Pauls en entrevista con Télam, o quienes, por el contrario, ven ese manejo de las voces una recuperación de lo popular. La pregunta será entonces saber si lo popular es una construcción poética o una representación fidedigna.

Más allá de las reflexiones y posiciones de ese trabajo con el lenguaje y sus formas, lo cierto es que el escritor "rompió con las formas imperantes de la literatura de su tiempo pero no para aspirar a algo más elitista, más ´torre de marfil´. Por el contrario, a él le interesaba lo masivo, lo popular, y cómo eso se podía trasladar a la ficción literaria", dice Güiraldes.

La editora detalla esa "fascinación" con el cine; "comenzó intentando escribir guiones, pero pronto se dio cuenta de que eso no era lo suyo, que lo que en realidad quería era recrear esos mundos a través de la escritura. Así creó un estilo totalmente nuevo en la literatura argentina, mezclando géneros y echando mano de las distintas expresiones de la cultura popular. El cine, la telenovela, el folletín, la televisión, la radio, el tango, las revistas, el bolero: son todos elementos que entran en la obra de Puig y que él logra combinar con una maestría inédita".

De ahí que su nombre sea "de una importancia fundamental para la literatura argentina" porque "representó una renovación total de formas y contenidos y en ese sentido la suya es una obra vanguardista, revolucionaria", asegura Güiraldes, que para sintetizar el lugar del autor de "Boquitas pintadas" -novela emblemática que ha sido adaptada al cine, al teatro, a la danza- retoma un texto del escritor Mauro Libertella en el que ofrece una definición clara y al pie: "Puig corrompió a la literatura argentina y produjo la posibilidad de pensar un horizonte post Borges".

Con información de Télam