Tras su paso por Madrid, donde sacudió a la sociedad española con una intervención urbana en la que plantó una escultura del rey Juan Caros I con un rifle amenazante apuntando a "El Oso y el Madroño", el artista urbano chileno Nicolás Miranda llega a Argentina para instalar tres esculturas muy emblemáticas, en algunas calles y sitios simbólicamente importantes de Buenos Aires.
Las acciones en la vía pública en Buenos Aires serán sin aviso previo: el artista llega al sitio elegido con su "criatura" y la planta por un corto lapso de tiempo y se registra lo que allí sucede con los transeúntes, curiosos y demás habitantes del espacio público. Las intervenciones serán a partir del martes próximo.
Miranda estará "plantando" sus esculturas en distintos puntos de la ciudad, durante varias semanas, a partir del martes próximo. "Gente en su sitio, o tentativas de una noble igualdad" será el proyecto con el que Miranda irrumpirá en el espacio público porteño. Constará de tres piezas -Juanito Laguna de Antonio Berni, una joven marginal y un policía federal sacándose una selfie- serán dispuestas provocativamente alrededor de diversos hitos de la ciudad, caracterizados por su carga simbólica; entre ellos: Plaza de Mayo, la Plaza Once, un Espacio de la Memoria, el Palacio de Tribunales, la Facultad de Derecho y el MALBA, entre otros.
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Finalmente, y luego de la serie de intervenciones en el espacio público, Gente en su sitio, o propuestas para una noble igualdad, culminará su periplo porteño con una exposición en la Galería Pabellón 4 (Juan Ramírez de Velasco 556, Villa Crespo, CABA) a inaugurarse el 20 de octubre, con un cierre programado para el 30 de noviembre. Allí se presentará el registro fotográfico y audiovisual de las intervenciones, junto a las piezas escultóricas ya mencionadas.
Luego de que Miranda instalara en la Puerta del Sol de Madrird una escultura que representa al rey Juan Carlos con una escopeta de caza apuntando a la estatua del mítico oso y el madroño de la plaza de la capital, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, calificó como una "imbecilidad absoluta" la intervención artística.
La obra de Miranda, titulada "Estrategias parasitarias para la sobrevivencia en un mundo cruel", consiste en una figura del rey emérito Juan Carlos I apuntando con un rifle amenazante al monumento "El Oso y el Madroño", símbolo más relevante de la identidad de Madrid. Se instaló allí a finales de abril y, desde entonces, se convirtió en una atracción para los miles de turistas que llegan diariamente al lugar y también en motivo de polémica social y política.
Fue modelada por Miranda en Santiago de Chile y comprende una escultura de 170x 60 x 40 centímetros confeccionada con poliuretano y masa de modelar, sellada y con pátina de pintura metálica oscura.
Según el artista, el proyecto busca generar un intervención paradójica con la figura del emérito desde las artes visuales mediante códigos de lectura colectivos y masivos: "Ante todo cuestiono la visualidad, como sistema combinatorio. Mi operación como artista contemporáneo es parasitaria. Parasito algo que ya existe. Por ejemplo, el monumento madrileño lo conecto con la monarquía española para hacer una parodia al símbolo de la ciudad. Pero al final todo tiene que ver con el lenguaje visual".
El alcalde de Madrid evitó analizar el mensaje que transmite la obra, pero aún así emitió una opinión rotunda: "Sobre imbecilidades no hablo y es mejor no dar publicidad a imbéciles".
Miranda es un artista chileno formado en Bellas Artes con mención en Escultura en la Universidad ARCIS y con un Magíster en Artes mención Artes Visuales de la Universidad de Chile. Su trayectoria ha estado marcada por importantes reconocimientos y exposiciones que evidencian su compromiso con el arte contemporáneo.
En 2010, obtuvo el primer lugar del concurso para artistas jóvenes Cabeza de Ratón del Museo de Artes Visuales con su obra Easy. Esta pieza consistía en un diorama que imaginaba cómo sería si una obra de Jeff Koons estuviera expuesta en una sala en Chile. Con esta propuesta, Miranda demostró su habilidad para crear obras que dialogan con el arte más actual. Un año después, realizó una residencia artística en la Galería Meridión Arte Contemporáneo, de Buenos Aires, donde expuso su obra Sin pena ni gloria. En ella, el artista exploró nuevas técnicas y materiales para desarrollar una propuesta que refleja su inquietud por las formas y los volúmenes.
En 2013, presentó La gran vitrina, una muestra que representó en miniatura a personajes reales de la escena artística nacional. Esta obra formó parte de la curatoría "Circuito Temporal" de Galería Temporal y se destacó por su originalidad y capacidad para interpelar al espectador.
Con información de Télam