Julia Coria sobre La Horda Primitiva: "Lo que sucede en el libro parece prehistoria pero fue hace 7 años"

La autora de La Horda Primitiva habló del proceso de escritura de su primera novela policial lanzamiento editorial de Tusquets.

12 de mayo, 2022 | 20.35

Dos abuelas dispuestas a darlo todo por sus siete nietos, una mujer amante de la maternidad y una serie de femicidios que involucran a la pacífica familia es el escenario que propone Julia Coria en su nueva novela, La Horda Primitiva (Tusquets), una historia avasallante que invita a profundizar sobre una realidad social a través de una trama cautivadora.  En el marco del lanzamiento de su primer libro policial, la autora habló con El Destape Web sobre el proceso de escritura, su relación con la literatura y las situaciones que inspiraron a la historia.

En medio de una dinámica familiar que evoca a la ternura y emoción, Coria construyó una historia atrapante y con la cuota de oscuridad característica de los policiales, pero sin caer en lugares comunes. Autora de Permiso para Quererte, una selección de cuentos, y de Todo Nos Sale Bien (Odelia), una novela de amor basada en su propia experiencia, Julia Coria mostró una faceta nueva como autora. "Le puse mucha dedicación y escribí un libro que a mí me gustaría leer", aseguró la escritora oriunda de Adrogué.

- ¿Cómo surge la Horda Primitiva?

Hace unos años ocurrió la muerte de una chica, un asesinato. No sé decir quien es específicamente, era la chica número un millón porque todos los días matan a mujeres. Incluso yo en esa época viajaba mucho y siempre me cautivaba mirar en los diarios del interior los crímenes sexuales a la hora del día y mucho femicidio, quizá leí la noticia en uno de esos diarios.

El caso es que la noticia se basaba en que un chico había matado a su novia y su familia había convenido en que era una buena idea enterrarla debajo de la galería de la casa. A mí lo que me pasó es que, durante los días siguientes, se me presentaron imágenes de esa galería, es decir imágenes de lo uno suele imaginarse en la galería de una casa: un brindis navideño, leer el diario en una reposera, nenes con autitos. Y me pareció alucinante esa superposición, incluso literal, del horror y la cosa festiva y amorosa. Esa cuestión que la familia entramó por su incondicionalidad hacia uno de los miembros: a todos se les ocurrió que era una buena idea encubrir al asesino. A partir de eso muy rápidamente se me armó en la cabeza la historia. Además, como a mí me crio mi abuela enseguida esa amorosidad tomó la forma de una abuela. A La Horda la escribí durante muchísimos años con la seguridad de que era un libro, tal es así que en un momento dije “necesito ir a Chile para escribir una escena”, y fue todo un caos, pero yo lo necesitaba para la escena final y dije “chau, me voy”.

- Pese a que es un libro que escribiste hace algunos años atrás, es sumamente contemporáneo a los tiempos que corren con el movimiento feminista y podría haberse escrito recientemente. ¿Cómo llegaste a la decisión de publicarlo?

Yo escribí La Horda Primitiva en los años en los que se cuenta, es decir 2012-2013 y la terminé en 2015 que fue el auge de Ni Una Menos. Yo sabía que estaba terminada, pero me dediqué a mi vida académica y en el 2016 sucede todo lo que cuento en Todos Nos Sale Bien. Cuando yo retomo la Horda en el 2019, el mundo era otro y lo que yo describía en el libro era viejo. Por ejemplo, había un femicidio y nadie le decía femicidio, era crimen pasional. No existía Ni Una Menos, No es No, nada de eso había. Pensé en actualizar el libro, pero cuando empecé a hacerlo pensé “de ninguna manera” yo lo que tengo que escribir es: “esto ocurrió en el año tal, que fue hace cinco minutos, y nosotros éramos esto”. Mi decisión fue que no iba a adaptar el libro: si vos lo leés ves que transcurre hace siete años y ese escenario es viejo. Me pareció interesante demostrar eso. Lo que ocurrió en el medio fueron las pibas, por eso está dedicado a las hijas de mi generación. Llega el 2019, me contacto con mi editora y le digo que tengo material para mandarle. Durante meses no tengo noticias, pasó la pandemia, y al mes cuatro ponele me dijo que le encantaba la novela y que si le daba dos años la publicaba. Siempre mantuvimos la decisión de no adaptarla, no hay ni una pancarta, no existe el color verde ni el violeta. Parece la prehistoria, pero fue solo hace 7 años. De casualidad terminó siendo pertinente para la época.

- ¿La oscuridad sobre la amorosidad fue una decisión narrativa inicial o se fue dando a medida que avanzaba la historia?

No, eso fue una decisión narrativa del momento cero. Decidí montar lo siniestro sobre la base de amorosidad. Creo que lo que suena a contradicción o algo difícil de emparentar es que el policial tiene una cosa muy de “relojito” y yo en La Horda Primitiva tengo un desmadre de chicos con distintos horarios de escuela, distintos padres, diferentes comidas y eso hace como un contrapeso que me divertía establecer. Pero a la vez era un desafío porque en medio de ese caos tenía que no dejar ningún cabo suelto. Liliana Heker dice que, si uno se aburre mientras escribe podés dar por sentado que quienes te leen se van a aburrir y van a cerrar el libro. Sin ir más lejos, si yo quiero generar emoción, tengo que emocionarme mientras escribo sino eso no está sucediendo. Muchas veces también pasa que los personajes tienen una autonomía y hacen cosas que no prevés entonces eso mueve la historia y la lleva hacia otro lado, como escritora eso es un desafío porque decís “esto ahora me tiene que servir para la trama”.

- ¿Cómo fue el trabajo de representar una rutina familiar?

A mi me llamó mucho la atención algo que dijo Raquel Robles el día de la presentación y es que en La Horda Primitiva está el lema de “vamos a hacer lo que haya que hacer para que esta familia siga en pie”, por esto es que en algunos momentos las decisiones de los personajes pueden ser un poco polémicas. A mi lo que me interesaba hacer era enamorar a los lectores, todo el mundo que la lee me dice que amó a la familia y eso que hay algunas decisiones que toman que pueden ser llamativas pero que se hacen para proteger a alguien que se ama.

Julia Coria en la presentación de La Horda Primitiva en Libros del Pasaje.

- Después del furor de Todo nos Sale Bien, ¿Cuáles eran tus expectativas a la hora de publicar La Horda Primitiva?

Yo le tengo mucha fe a La Horda porque la trabajé un montón y me fijé que no quedará ni un cabo suelto. El otro día una íntima amiga mía hizo como una reseña del libro y puso “Julia Coria vive como escribe y escribe como vive”, entonces puedo decir que el ambiente de La Horda es uno en donde yo me siento muy cómoda. Yo creé un ambiente en el que me sentía a gusto y después fue forjar el ambiente del policial que es un género que me alucina y a veces se lo considera un género menor. Entonces siempre le tuve mucha fe porque le puse mucha dedicación y escribí un libro que a mí me gustaría leer.

- ¿Cómo te definís como autora?

Con Todo Nos Sale Bien lo que me pasó fue raro, porque es un libro sobre una mujer que cuida al marido, o sea menos canchero que eso no se consigue, pero tuvo mucha repercusión. Entonces me pareció interesante decir “yo escribo lo que quiero”, porque hay mucha cosa con la autoficción que te dicen que solo escribís ese género. Yo nunca escribí un solo género, para mí el experimento es escribir distintas temáticas. A mí me gusta contar historias.

- A la hora de escribir el libro, ¿tenías una idea de crítica o de visibilización hacia los femicidios?

Te voy a ser sincera, inicialmente yo quería escribir un policial. No pensé que iba a tener que ver con los femicidios. Yo soy socióloga y sabía que eso era violencia de género, pero públicamente no se llamaba así. Que las muertas fueran mujeres tuvo que ver con el tipo de policial que quería escribir y con el disparador, esta muerte cero que conté. Además, pasa por el lado de que las víctimas de los policiales son en su mayoría mujeres, así como el 90% de los autores de las bibliotecas son hombres. Pero yo nunca bajo línea cuando escribo, quiero hacer historias que cuando leas te muevan el alma.

El mundo del bookstagram: Julia Coria y su relación con las redes

A través de sus cuenta de Instagram, Julia Coria lleva adelante un proyecto de difusión e intercambio de literatura. Con una serie semanal de videos llamados AhReseñas, la autora junto a su pareja, Marcelo Utje, y su hija Juana, recomiendan libros sobre temáticas diversas. 

- ¿Te considerás bookstagramer?

Lo primero que quiero decir es que me da muchísima vergüenza, no mientras lo hago sino después. Una vez nos pasó que estábamos en un pueblito super chiquito en donde vacaciono, en el medio de la nada. Estábamos corriendo y mi hija iba adelante y alguien la reconoció, después siguió de largo y llegó a mí y cuando me saludó yo me quería morir de la vergüenza. Tengo miedo de quedar como antipática en esas situaciones, pero no es que me molesta, sino que en el momento me da mucha vergüenza. Yo me considero una promotora de mis colegas del bien, quienes me copan. Nunca voy a hacer mala promoción de un libro, nunca voy a decir que un libro es malo porque lleva un montón de laburo escribir.

- ¿Cómo creés que influyen las redes sociales en general en el hábito de la lectura y la escritura?

Yo doy talleres de vez en cuando para profesores que quieren incentivar la lectura en sus estudiantes y siempre empiezo diciendo que la lectura tiene una enemiga más poderosa y antigua que las redes, y es la escuela. El tema es que la lectura, que puede ser una cosa placentera, al pasar por el tamiz de lo escolar muchas veces se transforma en un fracaso absoluto. La gente lee o no lee por una cantidad de cosas que le pasan o no que tienen que ver con algo más primitivo por así decirlo.  Yo lo que creo de las redes es que están formando comunidad de lectores y, de pronto, la lectura que era algo totalmente solitario se puede convertir en algo colectivo, pero yo antes de la computadora me gustaba leer y hay gente que no le gustaba también, y hay que respetar eso. Te tiene que pasar algo con la lectura para que te guste, más allá de la existencia o no de las redes.