Desde una oficina iluminada en Tribunales, Liniers habla con seriedad de algunos temas y los remata siempre con un chiste. Como en sus historietas, mira todo a través de la ironía y la sátira. Imposible aburrirse. En una entrevista con El Destape cuenta de qué trata su última obra Macanudo, bienvenido A Otro Lado, muestra sus rutinas a la hora de dibujar, explica cómo es vivir en Estados Unidos y habla de política.
"Hay momentos en que los derechos que se discuten son muy importantes y tenemos la obligación de decir más o menos donde estamos parados, porque de eso se trata la democracia. A algunos lectores le gustan y a otros no. Una vez uno me escribió que le hubiera pasado a Enriqueta si la hubieran abortado, yo le respondí que era difícil de entender pero Enriqueta no es un ser humano", se ríe Liniers.
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-¿Qué hay de nuevo en este macanudo?
-Hay básicamente, en una primera ojeada, una diferencia en el aspecto. Los Macanudos anteriores eran cuadrados y había tres tiras por página. Acá tenemos dos tiras y es rectangular.
-Me recuerda a Paturuzú y Mafalda
-Sí, la razón es que desde que empecé a publicar en los Estados Unidos, uno trabaja para los sindicatos que compran las historietas y las distribuyen por los diarios como si fueran editoriales. El formato que tienen es de lunes a sábados la tira y el domingo tienen una diferente, entonces tenés un espacio más grande. Ese tamaño quedaba mejor para este formato de libro. Se me ocurrió que después de 15 libros cuadrados, estaba bien que venga uno así y además decidí ponerle un nombre más que un número. Algo nuevo también es que integro a las brujas como personajes que adoro, que son parejas y que son muy queribles.
-Es interesante la idea de las brujas y el revisionismo que hizo el feminismo para hacer justicia contra sus crímenes
-Sí, aparecen mucho en el siglo XV y XVI. Cuando se mudan a nuevos territorios, al medio de la nada, crece el pánico a la existencia de supuestas fuerzas del mal. ¿y quiénes eran las fuerzas del mal? ¡Claramente las mujeres! A mí me sirven en Macanudo para explorar una parte del mundo que siempre me interesó que es el mundo del terror. Entonces con las brujas puedo ir a los vampiros, a los fantasmas, a esa fuente.
-¿Algo de la cultura de Estados Unidos te cambió?
-Creo que tenemos una cierta fascinación hacia ese país, por eso consumimos sus películas, su música y siempre sabemos quién es su presidente. Hoy se convirtió en Roma o lo que fue en su momento Grecia y o París. Es el epicentro del caos y del orden, de la civilización y la barbarie. Estamos entonces obsesionados con eso. Ellos tienen el mejor sistema de distribución de cultura del mundo que es el cine. Y cuando vivís dentro de ese país, te das cuenta que en realidad hay muchos Estados Unidos. Hay una gran diferencia entre el noroeste y Alabama es más grande, quizás, que la diferencia que hay entre Alemania y España. Lo que pasa es que hablan el mismo idioma y son del mismo país.
-Les tocó además un tiempo político difícil para vivir
- Nosotros estuvimos cuando fue la elección de Obama. Nos fumamos la elección de Trump y vimos como impulsó a la gente de su país a la peor versión que tienen una cultura. Todos tenemos una parte de oscura de nuestra cultura que tiene que ver con la xenofobia, con el miedo a lo diferente, con el nacionalismo. Generalmente cuando tenés un líder que no estimula eso, entonces las personas que tienen ese nacionalismo blanco lo viven con vergüenza o en secreto. Ahora cuando tienen a un tipo como Trump esas personas van a la calle con orgullo. Es interesante ver una sociedad que estaba en guerra consigo mismo.
Lo que trato de hacer con la historieta es que en un diario, que habitualmente publica noticias de que el mundo anda mal, al final de todo haya un espacio con microptismo. Tenés tus viejos, tenés amigos, te podés tomar un vino el viernes.
-Llevas décadas haciendo esto, ¿cambió algo?
-Macanudo nació en 2004 cuando veníamos de los cinco presidentes en una semana, veníamos de las Torres Gemelas. Ahora hay muchos norteamericanos que dicen cómo es posible que Rusia invada Ucrania. Bueno, en ese momento Estados Unidos invadía Irak que además quedaba al otro lado del mundo. La forma en ese tiempo de ser anti establishment era ser optimista.
- ¿Pero cambió algo en tu forma de trabajo? ¿Sos rutinario?
-Sí, claro, hacer una tira diaria te obliga a tener rutinas y a ser ordenado. Por otro lado tuve tres hijas, viví en tres países, no se puede ser siempre ordenado. A veces hay que apretar el acelerador y evitar dársela contra un árbol. Pero siempre me siento a ver qué idea aparece. Por la misma razón que leo un libro, para ver qué aparece. Yo me siento a dibujar a ver qué le pasa a Enriqueta y me gusta ver qué le pasa. Si tenés una tira diaria te tenés que llevar bien con la incertidumbre.
-Te involucraste en temas políticos que dividieron aguas, ¿tuviste algún tipo de consecuencias en los lectores?
-Sí, me metí con el aborto, con el matrimonio igualitario. Hay momentos en que los derechos que se discuten son muy importantes y tenemos la obligación de decir más o menos donde estamos parados, porque de eso se trata la democracia. A mí nunca me gustó hacer política sobre los políticos. Así como en el mundo deportivo, científico, tenemos grandes talentos, no veo presidentes que hayan sido exitosos. La mayoría de los presidentes que hemos tenido han aumentado la pobreza. Ahora sobre algunos temas me parece obligatorio opinar para que la gente entienda por lo menos lo que pienso yo. A algunos lectores le gustan y a otros no. Una vez uno me escribió que le hubiera pasado a Enriqueta si la hubieran abortado, yo le respondí que era difícil de entender pero Enriqueta no es un ser humano (risas).
-Hablaste con un niño al que atacaron en las redes por la forma en que decía que le gustaba tu trabajo, ¿Cómo fue?
-Sí, me encontré con Juancito, ya Juan ahora. El video era hermoso, lo decía un chico de once años. Lo primero que veo cuando se viraliza es ver a un chico al que le gustaba mi trabajo. Después me di cuenta que se empezó a generar una oscuridad. Lo que empezó fue a hacerse bullying nacional contra un niño. A nadie de estas personas le diría de frente a un niño de 11 años lo que le decía por internet. Lo que pensé es que esto que nos vendieron como ´qué lindo vamos a estar todos conectados´ en realidad es otra cosa, porque deshumanizó a un chico de once años. Yo puteé en las redes y muchos me dijeron que no se daban cuenta que era un chico de once años. Eso fue peligroso.
-¿Y cómo fue el show en que se conocieron?
-Lo lindo fue que en Bahía Blanca hicimos un show con Kevin Johansen y lo pudimos ver en los camarines. Le dimos dibujos y notamos que era un chico divino. Pero noté preocupación en la mamá que me dijo que no sabía que hacer con eso. Yo tengo hijas chiquitas y me daría miedo que se los exponga así, porque como cualquier bullying a un niño que está aún desarrollando su cabeza tiene efectos negativos. Fue duro lo que pasó, pero fue hermoso conocerlo, es un pibe divino ahora también de grande y a veces nos comunicamos. Las redes parecían algo bueno y entraron en la sangre, ahora nos damos cuenta de que no está tan bueno y tenemos que ir con cuidado.