¿Se puede pensar la nutrición desde una perspectiva de género? Esta es la pregunta que se hicieron la nutricionista Jesica Lavia y la periodista Paula Giménez cuando empezaron a crear Pese lo que pese, un libro dedicado a las feminidades y que propone la idea de poder repensarnos y conocer de dónde provienen los estereotipos instalados a nivel cultural y la imposición de tener que "ser flaca". En diálogo con El Destape, Lavia reflexiona en torno al proceso de creación del libro invitando a dejar de pensar los cuerpos desde un modelo hegemónicamente bello.
- ¿Cómo nace la idea de hacer Pese lo que pese?
Es un poco romántico el inicio del proyecto. Arrancó en Twitter a raíz de alguien que juzgó el cuerpo de una famosa, generando un debate muy interesante. Como sigo muy de cerca el trabajo de Paula Giménez le mandé un tuit preguntándole cuándo íbamos a escribir algo sobre el tema. Ella se enganchó, salió la nota y tuvo muchísima repercusión. Se ve que el tema me quedó en la cabeza porque tiempo después soñé que escribíamos un libro. La verdad es que a Paula no la conocía más allá de las redes, pero me animé a escribirle. “No pienses que estoy loca, pero soñé que escribíamos un libro juntas”. Ahí empezamos a crear Pese lo que pese.
- Justo mencionaste Twitter, la red social en donde todxs opinan sobre todxs sin ningún tipo de filtro.
Lo tenemos muy naturalizado. Es bueno empezar a debatir y reflexionar quiénes somos en Twitter para hablar como jueces sobre el cuerpo de otra persona. Estaría bueno que entendamos que los “piropos” como ‘uy, que linda que estás’ o ‘estás más flaca’ son la otra cara de la misma moneda que estereotipa cuerpos y alimenta las ideas de que lo flaco es lo bueno. Son ideas instaladas en la infancia que cada vez se afianzan con más fuerza a menos que logremos cuestionarlas.
- El modelo estético hegemónico, ¿lo definen las sociedades o los medios?
Los medios y la publicidad terminan siendo un reflejo de lo que pasa cultural y socialmente y, por otro lado, también hay una imposición. Con Paula llegamos a esa conclusión, aunque también descubrimos que no siempre fue así. De hecho, en el primer capítulo de Pese lo que pese hay un análisis sobre los cuerpos a través de la historia. La concepción de lo lindo mutó con el correr de las décadas: antes un cuerpo más “rellenito” era considerado bello, hoy es todo lo contrario. Tenés que ser flaco, con un cuerpo tonificado y responder a todos los estándares de la hegemonía para ser una persona deseada por otro.
Otro punto complejo en el análisis serían los famosos filtros de las redes sociales, que dan la posibilidad de sacarnos los poros, las “imperfecciones” de la piel, las arrugas o la celulitis. Considero que estamos en el peor momento en cuanto a la exigencia del cuerpo ideal.
- Y en un gran momento para empezar a comunicar la nutrición desde una perspectiva de género.
Es súper importante entender que hay un montón de situaciones que nos atraviesan por vivir en una sociedad machista, nacidos y criados en un modelo patriarcal. Si bien desde la ESI es importante trabajarlo, considero que también debería existir una educación nutricional integral para hablar de estos temas porque, por ejemplo, Argentina es el segundo país a nivel mundial con más casos de trastornos de la conducta alimentaria. Estamos a tiempo de volver atrás y modificar lo que se cómo bello y “saludable”.
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- De pronto, realities como Cuestión de peso o profesionales que impulsan dietas mágicas surgen como rivales ante lo que explicás, ¿qué opinión te merece la banalización televisiva de la salud?
Siempre se puede sacar algo bueno de lo malo y es que en pandemia se pudo poner en boca qué pasa con esta obsesión que tenemos con el cuerpo y con la gordofobia. Por lo menos el tema ya está puesto sobre la mesa. Lamentablemente, cuando algo se vuelve tan masivo hay personas que deciden utilizarlo para el mal. Por fortuna hoy se condenan algunas acciones, como por ejemplo con lo que sucedió con la hija de la Reina Máxima en la Revista Caras. Nadie quiere quedar pegado a acusaciones de odio y gordofobia, entonces muchas personas se escudan en la salud. Ahí si está bueno remarcar que violentar y discriminar a las personas por el tamaño de su cuerpo no las va a hacer alcanzar una buena salud, sino que las va a alejar de ella.
- Es duro reconocer que como sociedad estamos formateados para ser crueles.
Totalmente, aunque estoy convencida de que siempre se puede cambiar. Lo que sucede es que detrás de todo hay mucha ignorancia. Por ejemplo, hay personas que no tienen cuerpos gordos y no gozan de buena salud. Eso pasa desapercibido, no se le presta atención porque no parece relevante. Sucede mucho con los niños a los que se les dan de comer golosinas o cualquier tipo de alimento ultra procesado pero los padres no dicen nada porque están flacos. Es una conducta peligrosa.