Tres indicios llevaron a Cristian Salas a sospechar que era hijo adoptivo. Tras la muerte de su madre y la sospecha de que no era su hijo biológico salió en busca de su identidad. El libro Petricor. El perfume de la memoria (editorial Maremium) reconstruye el viaje hacia su pasado desconocido que lo llamaba desde su infancia.
-¿Por qué llamaste Petricor a este libro?
-Petricor es una palabra que conocí hace poco tiempo gracias a mi hijo Nazareno. Un día cuando estábamos en el jardín de casa, unos minutos antes de que comenzara a llover el me dijo "¿oles el aroma a lluvia, a tierra mojada? ese olor se llama Petricor". Me gustó el sonido de esa palabra nueva y las sensaciones que me genera al pronunciarla. Los hechos fundamentales de mi historia se produjeron días lluviosos, desde mi casamiento, el nacimiento de mis dos hijos, hasta la muerte de mi madre. Siempre el olor a tierra mojada despierta recuerdos y sensaciones entre las personas
-¿Qué emociones y sentimientos comenzaste a tener a medida que avanzabas con tu investigación?
- A medida que avanzaba en la investigación las sensaciones fueron muchísimas. Intriga, desazón, desesperación, ahogo y tantas otras. Creo que las personas que tenemos este tipo de incertidumbre en nuestras vidas pasamos por sensaciones y sentimientos muy similares. No tener certezas sobre quién te amantó o te acunó en sus brazos te pasea por todo el abanico de sensaciones, sentimientos y emociones.
-¿Sentiste alguna vez que algo no cerraba o que había algo de tu historia que faltaba?
-Si, existen tres hitos en esta historia: el primero fue cuando no encontré fotos de mi madre embarazada de mi ni fotos mías de bebé. Las primeras parecen a partir de los dos años mas o menos. El segundo hito se presenta cuando encontré la libreta de casamiento de mis padres y en el apartado donde se anotan los nacimientos de ese matrimonio, el primer lugar (correspondiente al mio) estaba vacío y el de mis hermanos estaba perfectamente completo. Y el ultimo hito fue hace dos años, cuando murió mi mamá. Mis padres siempre nos dijeron a mis hermanos y a mi que, cuando se casaron, yo ya estaba en el vientre de mi madre. Pero resulta que cuando hicimos los trámites de sucesión, la fechas no coincidían: yo naci en agosto de 1972 y mis padres se casaron en febrero de 1974... yo ya tenía 18 meses.
-¿Fueron apareciendo historias parecidas?
Claro que fueron apareciendo historias parecidas. Tengamos en cuenta que una generación completa de nuestra sociedad está atravesada por las desapariciones de personas y apropiaciones de bebés durante la dictadura militar. De hecho mi padre me regaló un libro que se llama "La casa de los Conejos" y cuenta que los militares tomaron por asalto una casa en la ciudad de La Plata y asesinan a todos sus integrantes, solo se salva una bebé de tres o cuatro meses de vida, que resultó ser la nieta de Chicha Mariani. Creo que algún tipo de mensaje me quiso dar mi viejo con ese libro.
-¿Por qué fue importante el descubrimiento de tu historia para vos?
-Conocer la historia personal de cada uno, saber cuáles son tus orígenes, es un derecho humano fundamental... creo que no podría vivir el resto de mi vida con esa duda, haciendo como si no hubiese pasado nada. Por otro lado también fue importante porque encontré mi veta literaria, es un camino apasionante que además, para mi, fue un acto catártico. Pude soltar todo lo negativo que tenía guardado en cada átomo de mi ser. Y finalmente porque pude transformar toda esa energía acumulada en mi interior en una historia para contar. Siempre admiré a las personas que transforman algún hecho trágico en algo positivo.
-¿Por qué pensás que a las personas les interesaría conocer tu historia?
-Las personas siempre nos sentimos identificados no con una historia, sino con varias porque la vida es eso: un cúmulo de pequeñas historias que conforman la historia de cada uno. La dudas sobre los orígenes de cada uno. Generalmente a los 6 o 7 años aparecen este tipo de dudas que, en la mayoría de los casos, se disipan muy pronto. Pero hay personas que conviven toda su vida y muchas no llegan a resolverlas ya sea porque no saben cómo o porque prefieren convivir con eso. Yo no quería terminar mis días con esas preguntas sin responder, y en este libro no solo cuento mi historia, sino que además aporto datos y lugares donde consultar sobre este tema
-¿Cómo tomó tu familia este descubrimiento?
- Mi mujer y mis hijos, por un lado, compartieron todo el proceso, me acompañaron, cuidaron... me entendieron. Mis hermanos se sorprendieron igual que yo y se ofrecieron para realizar un test de ADN en caso de que fuera necesario. Con mi padre (ex policía retirado) es casi imposible tocar el tema, sino todo hubiese sido mas fácil.... aunque no hubiera escrito este libro (risas).
-¿Sentís alguna sensación parecida con la de los niños que fueron robados y criados por militares?
-Es una buena pregunta. solo por testimonios que leí y escuché creo que sí. La sangre no es agua y siempre en mi interior sentía una voz que estaba gritándome, que me atormentaba. En uno de los organismos de DD HH me dijeron ´además de los documentos, tenes que escuchar a tu voz interior, que es lo mas importante´. A partir de ahí uno decide qué camino seguir. Yo segui el camino para descubrir la verdad y lo que me guió fue el amor de mi mujer y de mis hijos, ellos me salvaron. Yo simplemente escribí..... y perdoné.
Acerca del autor:
Cristian Salas nació el 22 de agosto de 1972 en Vicente López, Buenos Aires. Desde joven demostró su pasión por la literatura durante su paso por la ENET N°25, Fray Luis Beltrán, y más tarde decidió profundizar en esa vocación estudiando Ciencias de la Comunicación en la UBA. Su formación como locutor en ETER le permitió desarrollar una exitosa carrera como productor y conductor de ciclos radiales y programas de streaming. Actualmente, reside en Villa Lynch junto a su esposa y sus dos hijos. Este primer libro representa el resultado de años de búsqueda personal y profesional, en los que Cristian se propuso responder a las dudas sobre su verdadera identidad.