Torturada y acusada de colaboracionista: cómo es "La llamada", el nuevo libro de Leila Guerriero

22 de enero, 2024 | 17.51

El libro "La llamada" recién publicado en España, donde la cronista Leila Guerriero reconstruye la vida de Silvia Labayru, una de las pocas sobrevivientes de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) acusada de colaboracionista por compañeros de militancia, llegará en marzo a la Argentina, en vísperas de un nuevo aniversario del golpe cívico militar que dio origen a la dictadura más sangrienta del país.

Publicada por Anagrama, la historia que esta vez encara la argentina Guerriero (Junín, 1967) contó con muchas horas de charla con Labayru y allegados, llevadas adelante en los días extraños de la pandemia -barbijos y distancias de seguridad mediante-, entre 2021 y 2023.

Hace 47 años -el 29 de diciembre de 1976- Labayru fue secuestrada por un grupo de tareas de la ESMA. Tenía 20 años, cinco meses de embarazo y militaba en Montoneros. Estuvo presa un año y medio. Fue una de los 200 detenidos desaparecidos que sobrevivieron entre los más de cinco mil que pasaron por la ESMA. "La llamada", el título de la crónica que presenta Guerriero, alude a la llamada que habría salvado a la joven de los vuelos de la muerte. Lo hizo su padre, un militar de alto rango.

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Violada y torturada sistemáticamente durante el cautiverio, Labayru fue señalada como amante de un miembro de la Armada durante su cautiverio (su hija Vera fue el primer bebé en nacer en esas dependencias ) y de ayudar en descabezar a las Madres de Mayo. Estuvo con Alfredo Astiz en las reuniones con las Madres de Plaza de Mayo: el llamado "ángel de la muerte" ya se había infiltrado entre ellas, haciéndose pasar por familiar de un detenido desaparecido. La operación derivó en 11 asesinatos de alto impacto internacional, entre ellos tres madres y dos monjas francesas. Labayru es una de las tres denunciantes en el juicio por delitos sexuales en la ESMA abierto en 2021.

El libro lleva por subtítulo "Un retrato", estampa que en manos de Guerriero recorre el intrincado camino de la historia personal, la de Labayru, y la general de los años de plomo en Argentina, hasta llegar al presente, al departamento donde vive hoy en el barrio porteño de Palermo, adonde volvió, hace no tantos años, en 2019, de su exilio en España. Al Aeropuerto de Ezeiza la llevó Astiz. Subió en un vuelo a Madrid. Transcurría el Mundial de Fútbol del 78 en Argentina. Ahí la esperaba quien era su marido, el padre de Vera, montonero como ella.

La crónica de Guerriero da cuenta del estigma de la traición que pesa sobre los sobrevivientes, sobre quienes mantuvieron vínculos de sometimiento con sus captores, y lo hace de manera detallista, integrando incluso el proceso de producción del libro; un trabajo "sobresaliente", trascendió en la prensa española, sobre las zonas de sombra de la memoria, no por olvidadas sino por indecibles, imposibles de ser escuchadas para quienes tuvieron voz en el relato de la última dictadura argentina: los que hablan de una guerra y dos demonios; los que dicen que los héroes contra el terrorismo de Estado de la ex ESMA son los muertos, que los vivos son colaboracionistas

En el juicio por los crímenes de violencia sexual cometidos contra víctimas privadas ilegalmente de la libertad en el casino de oficiales de la ESMA, Labayru denunció al oficial de inteligencia, entonces teniente de Fragata Alberto González, y a Jorge Acosta como instigador. González la sometía sexualmente en distintos lugares, fuera y dentro de la ESMA: en hoteles alojamiento; en la casa del padre de ella, alto jefe militar, cuando sabía que no estaba; en la propia, en el cuarto de al lado de adonde ponía a dormir a su hija con la de él.

Para escribir esta crónica, Guerriero recorrió con Labayru la ex ESMA 40 años después. La autora de libros como "Los suicidas del fin del mundo", "Plano americano" y "La otra guerra" mantuvo 19 meses de charlas para dar forma al libro que finalmente escribió en cuatro meses, recorriendo la vida de Labayru desde su adolescencia, marcada por un precoz compromiso político y su regreso a Argentina en 2019 para retomar una historia de amor que arrancó en el mismo colegio donde entró en contacto con la izquierda radical, el Nacional Buenos Aires.

“Me costó muchísimo encontrar la estructura, porque las conversaciones con Silvia y con todos sus amigos, parejas, ex parejas fueron muchísimas. Tenía una cantidad de material descomunal”, explicó la autora al diario El País de España. "Silvia construyó toda su vida con una postura que fue la de no tener autocomplacencia, por lo menos hoy, no se puede saber si esto era así cuando tenía 22, 23, 24, 25 años, porque uno aprende con el tiempo a tener templanza”, dijo Guerriero en esa entrevista.

En el libro "aparece una situación que quedó enmudecida durante años y que tiene que ver con esto: qué pasó con la gente que sobrevivió y que tiene una historia para contar y que es un poco más disruptiva, como la de Silvia. Hay distintas posturas, y creo que lo que hay que hacer es escuchar sin levantar el dedito de señalar si éste tiene razón o el otro no", concluyó la periodista.

Con información de Télam