En la confluencia a veces difusa entre admiración y fetichismo surge la expectativa que despertó una subasta de documentos y objetos personales de la escritora Joan Didion, la autora de obras como "El año del pensamiento mágico" que falleció en diciembre pasado a los 87 años y que ahora protagoniza un remate de 244 lotes en el que sobresalen unos anteojos de sol que se cotizan en 4.500 dólares o cuadernos en blanco que habrían pertenecido a la célebre narradora y cronista y se estiman en un piso de 2.800 dólares.
Esta vez, la subasta más importante en Estados Unidos no está relacionada con un cuadro icónico de Andy Warhol o el lote millonario que saca a la venta un matrimonio desavenido como el de los Macklowe -que el año pasado recaudó el récord de 676 millones de dólares en el remate de sus obras de arte- sino con el legado de una de las mejores exponentes del Nuevo Periodismo de la década del 60 a partir de obras como "El álbum blanco" y "Noches azules".
Hace días que los herederos de la autora dejaron en manos del mejor postor los bienes de Didion y se ha desatado un furor por poseer algo vinculado con ella, o con el arte y los objetos con los que ella y su marido, John Gregory Dunne, se rodearon en múltiples casas de California y, finalmente, en su departamento del Upper East Side de Nueva York.
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"An American Icon: Property From the Collection of Joan Didion", tal el título de la subasta organizada por la Stair Galleries de Nueva York, incluirá obras de arte, decoración del hogar, muebles y libros, y está prevista para mañana.
La colección, que se puede consultar en internet, muestra a una mujer que se sentía más que feliz en su casa y que a través de estos 244 lotes de su patrimonio -una mezcla de arte, muebles, libros y cachivaches - rompe el sigilo con el que preservó su vida, a pesar de aquellos textos en los que retrata por ejemplo la repentina muerte de su marido en 2003 o la de su hija Quintana apenas dos años después, a los 39 años de pancreatitis aguda.
La especialista en bellas artes de Stair Galleries, Lisa Thomas, y su equipo tuvieron acceso al departamento que la legendaria pareja compartió hasta la muerte de Dunne, a la que siguió, 18 años después, el fallecimiento de Didion. "Una vez que hicimos el recorrido inicial, pudimos ver temas y puntos en común entre su obra, sus escritos, el arte que coleccionaba y los objetos y cosas con los que vivía", indicó Thomas al periódico The Guardian.
"Leí a Joan Didion en la universidad y conocía su persona pública. Tenía la impresión de que era una especie de persona lejana y distante, muy intelectual y literaria". acotó. El hecho de haber hablado extensamente con los amigos y la familia de la escritora en el proceso de reunir la colección ha desbaratado sus suposiciones preexistentes. "Era tan cálida y generosa y abierta con su tiempo y sus cumplidos sobre el trabajo de las personas, y apoyaba a la gente y a los amigos que pasaban por momentos difíciles".
"Elegimos los objetos de su departamento que creíamos que representaban mejor la historia que nosotros y su familia queríamos contar sobre ella -explicó Thomas-. Lo que me pareció interesante del espacio de Joan Didion es que era muy cómodo. Era muy sencillo y luminoso, con tapizados florales y colores vivos. Tenía esa especie de brillo californiano".
La selección contiene las conchas de mar que estaban esparcidas por la repisa de la chimenea de la sala de estar, montañas de libros de cocina y un surtido de siete almohadas, además de los numerosos muebles de madera oscura que, según cree Thomas, el matrimonio aceptó como objetos de segunda mano de algunos familiares.
Además de platos, cucharas, mesas, sillas y sillones, la venta contiene algunas obras de arte propiedad de la cronista, que no era una coleccionista propiamente dicha pero sí contó con la amistad de muchos creadores que le regalaron algunos de sus trabajos. Es el caso de las fotografías realizadas por Patti Smith, Annie Leibovitz: retratos de Didion con su hija Quintana o acompañada de su marido y su cuñado Dominick.
La selección de lotes permite saber cuáles fueron libros que formaron parte de la biblioteca personal de la escritora. Entre ellos están, además de los ejemplares vinculados con su propia obra, varios libros de poesía, en su mayoría firmados y dedicados, de autores como Richard Elman, James Dickey o Michael Ondaatje. También podemos saber que Didion leía a Pablo Neruda, T.S. Eliot, Derek Walcott, C. D. Lewis, John Keats, William Shakespeare, Lord Byron, Emily Dickison, Dylan Thomas y Sylvia Plath, entre otros.
También se pondrán a la venta retratos de Didion realizados por los fotógrafos Brigitte Lacombe, Annie Leibovitz, Mary Ellen Mark y Julian Wasser. Las fotos de Wasser, que fueron tomadas en 1968 a Didion con su Corvette Stingray en la entrada de su casa en Hollywood, se sienten especialmente asociadas a la época, el lugar y la carrera de la figura.
El patrimonio de Joan Didion no es el único del mundo de las letras y el periodismo estadounidense que ha sido recientemente noticia por su venta en subasta: el de Julia Reed y el de Philip Roth también han sido noticia. Los ingresos de la venta de Didion se donarán a organizaciones benéficas aún no anunciadas.
Con información de Télam