Las denuncias de la comediante Sarah Silverman y del novelista Tremblay, quienes alegaron que la empresa de inteligencia artificial OpenAI utilizó ilegalmente sus libros para entrenar el modelo de lenguaje grande subyacente a la herramienta de ChatGPT, fueron desestimadas parcialmente en los tribunales de California.
Realizadas por infracción de derechos de autor a esta empresa, las dos presentaciones fueron desestimadas por una jueza federal de California, quien aceptó la mayor parte del planteo de OpenAI contra las afirmaciones de los escritores, informó el diario The Guardian.
La jueza del tribunal de distrito Araceli Martínez-Olguín advirtió que los reclamos por infracción indirecta de derechos de autor fue desestimado debido a que los autores no habían demostrado que hubiera una "similitud sustancial" entre sus libros y la producción de ChatGPT.
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En ese sentido, precisó que la afirmación de los autores de que todos los resultados de ChatGPT "infringen el trabajo derivado" es "insuficiente".
Otras interpelaciones que fueron desestimadas incluían "acusaciones de negligencia", "enriquecimiento injusto" y "violaciones de la Ley de Derechos de Autor del Milenio Digital".
En este contexto, la empresa de inteligencia artificial sigue enfrentándose a la acusación de haber violado la ley de competencia desleal al utilizar libros con derechos de autor sin el permiso del autor.
Además, ya en agosto, el diario Atlantic reveló que más de 170.000 libros de autores como Zadie Smith, Stephen King, Rachel Cusk y Elena Ferrante se habían utilizado para entrenar el LLaMA de Meta y "probablemente" otras herramientas de IA generativa.
Con información de Télam