Profesor adjunto en la carrera de Historia de la Universidad Nacional de La Plata y docente de escuela media, Javier Trímboli es uno de impulsores del Archivo Prisma, una plataforma con material del Archivo Histórico de Radio y Televisión Argentina (RTA), y en diálogo con Télam reflexiona sobre qué potencia tiene la difusión, la divulgación de la historia en un momento de avance de discursos negacionistas y reivindicativos del terrorismo de Estado.
"Es difícil responder esto, justamente porque está en duda la potencia de lo que venimos haciendo, y no pienso sólo en lo que compartimos con Julia (Rosemberg). Hubo toda una apuesta por la historia, por su divulgación, que atravesó la propuesta del Canal Encuentro y Paka Paka, y que también, por supuesto, alcanzó masividad con los primeros programas de (Felipe) Pigna y, para llegar más acá, con una película como 'Argentina, 1985'", advierte.
Para Trímboli, pueden interesar más o menos estos artefactos de divulgación histórica, pero lo cierto es que "tuvieron no poca resonancia en diálogo evidente con necesidades culturales que se hicieron manifiestas a partir del 2001. No sé si había una pedagogía, sí argumentos de peso en contra del negacionismo, partíamos de ellos. La eficacia de todo esto hoy está seriamente jaqueada. O la tuvo en su momento pero se debilitó fuertemente".
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
Sin embargo, "hay bastante lógica en este movimiento que nos perturba", destaca: "Cuando la Argentina se recuperaba de una de sus crisis más hondas, y lo hacía con políticas inclusivas, abriendo las puertas -aunque sean las laterales-, para que aquellos que habían sido excluidos, que se los sindicaba como parte de un país inviable, encontraran su lugar; cuando esa dinámica política se impuso, aún con sus límites, no sorprendía que hubiera una importante escucha, incluso identificación, con una mirada de la historia crítica, que intentaba recoger los legados más justos aún cuando hubieran sido derrotados".
Trímboli explica que "una vez que ese impulso se detuvo -y lo detuvo la economía con el macrismo y luego la pandemia y las indecisiones de un gobierno que fracasó-, y volvió a crecer la pobreza, la postergación y el abandono, las palabras de la historia se escuchan de otro modo. O no se las quiere escuchar más, porque saturaron y a muchos los cansaron".
¿Cómo impacta esa lectura por el pasado en esta coyuntura? "La apuesta a la que estamos aferrados por hacer justicia en el pasado a través del pensamiento y la memoria dejó de corresponderse con un presente que está repleto de injusticias, donde para millones lo que impera es sencillamente el sálvese quien pueda".
"Estamos ante los límites de la cultura o ante la esquizofrenia a la que invita, más aún cuando se toma la palabra desde usinas cercanas al Estado -y ése en parte es nuestro caso-, la proliferación de enunciados progresistas, nacionales populares o de izquierda, que coexisten con una realidad social y política en su sentido más amplio que va precisamente en otra dirección, porque es la de un capitalismo desenfrenado al que apenas se lo puede tibiamente moderar", responde.
El historiador no duda en resaltar que "esta contradicción limitó nuestras intervenciones de divulgación histórica, las fue horadando y haciendo para menos".
"Creo que, en lo que nos corresponde, para lo que sigue en la Argentina, va a ser fundamental repensar el trabajo que venimos haciendo con la historia, evitando quedar instalados en un lugar de puro acuerdo y comodidad", finaliza.
Con información de Télam