2020 será recordado como el año del coronavirus. También, en 2020 se cumplieron 100 años de la radiofonía argentina. Así como Carlos Gardel fue imprescindible para el tango, Héctor Larrea hizo lo suyo en la radio. En Rivadavia conoció su etapa de gloria con el recordado “Rapidísimo”, programa emblema que introduciría una nueva manera de pensar los contenidos para el aire. ¿Cómo no dejar asentada su historia?
Dicha pregunta llevó a Martín Giménez, actual responsable artístico de Radio Nacional, a escribir “Héctor Larrea. Una vida en la radio”, libro que editó Gourmet Musical. “En agosto de 1980 desaparecieron a mi papá. Desde ese entonces, en casa mi mamá tenía una ley fundamental: la luz y la radio siempre estaban encendidas. Ahí descubrí a Larrea”, expresa el autor.
- ¿Y qué te pasó la primera vez que lo trataste en persona?
Fue muy loco. De chico viví en Belgrano y a cuatro cuadras de la casa de Héctor. Él todavía sigue viviendo en el mismo lugar. La cuestión es que durante la adolescencia trabajé en una panadería de la zona, en la parte de armado de panificados. En el laburo todos sabían del amor que sentía por la radio, por lo cual cuando vino Larrea tomarse un café, una compañera me avisó de inmediato. Bajé con mi ropa de panadero y le dije al cajero ‘el café y las medialunas que está tomando el señor canoso, de la mesa del fondo, las invito yo. Van de mi parte’. Quedé esperando a que viniese a agradecerme el gesto. Nunca sucedió eso, me dejó un poco decepcionado.
Con el tiempo, y con mi llegada a Radio Nacional, pude conocerlo a Héctor y me di cuenta de que es muy tímido. Cuando le conté la anécdota nos reímos mucho y, al final, me terminó invitando él un café con dos medialunas.
- ¿Cómo surge la idea de contar su vida en un libro?
La confianza y la relación que forjamos con los años de trabajo hicieron que en distintas ocasiones lo acompañara a eventos sociales o entregas de Premios Martín Fierro. En el trayecto me contaba historias increíbles como cuando conoció a Juan Domingo Perón, le estrechó la mano y el General le dijo: ‘usted me hace reír con un humor redondo’; o cuando Alfonsín lo llamaba para preguntarle cómo hacía para estar tan flaco. Creo que, en su momento de mayor popularidad, Larrea alcanzó a ser lo que hoy representa Marcelo Tinelli. Tenía que haber un registro su vida.
- Pero recién aclaraste que es muy tímido. El lanzamiento del libro genera exposición en los medios, ¿estuvo de acuerdo con la idea de escribirlo?
Estuvo absolutamente en desacuerdo. Le insistía con que teníamos que escribir todas sus historias para que trasciendan y lleguen a nuevas generaciones.
Al principio, Héctor se mostró tajante con la idea del libro. ‘Mi pudor no me lo permite’, dictaminó. Como no quiso escribirlo, me decidí a afrontar la tarea yo mismo. El resultado es más un programa de radio que un libro, en vez de capítulos tiene bloques. Pese a la negativa inicial, Héctor no se aguantó y musicalizó cada bloque con una canción: una playlist “de su vida”.
- Lo terminaste ablandando al final.
Y me llena de orgullo. Esta semana salió al aire y expresó su arrepentimiento por no haberse mostrado de acuerdo con el libro desde el arranque. Lo conmovieron mucho la cantidad de testimonios de personas del medio que hablan con cariño de él.
- Dedicás una parte jugosa a narrar el faltante de archivos radiofónicos en las emisoras nacionales, ¿pudiste rescatar programas de “Rapidísimo”?
En Argentina tenemos una deuda muy grande con respecto a los archivos. No somos como la BBC de Londres, que guarda programas desde la década del ’50. Acá no tenemos un archivo rico de lo que es nuestra historia radiofónica. Larrea relató miles de entrevistas con Zitarrosa, Libertad Lamarque y muchísimas otras personalidades. Nada ni nadie se preocupó por conservar este material.
- Dan ganas de pegarse la cabeza contra la pared
Pasa lo mismo que con la televisión. Tenemos una deuda enorme con esa porción perdida de la historia de nuestros medios.
- A lo largo de la lectura es interesante notar cómo se hilvanan las casualidades en la vida de Héctor, ¿qué lectura hacés de esto?
La verdad, lo fui descubriendo con la investigación. No por eso quiero decir que hizo la carrera de locutor por casualidad. Son conexiones de tipo literarias, aunque no dejan de asombrarme. Creo que la más resonante es la fecha de nacimiento de Héctor, que coincide con el día de la famosa transmisión de Orson Welles de “La guerra de los mundos”, en Nueva York. Una fecha que vincula a dos íconos de los medios y el entretenimiento. No creo que se retire jamás, es lo que ama. Héctor Larrea es radio.
Podcast adelanto del libro "Héctor Larrea. Una vida en la radio" que ya se consigue en librerías.