En medio de la fiebre por las elecciones 2023, es bueno abstraerse, silenciar teléfonos y leer por un momento como si nada ocurriera alrededor. En este invierno no tan crudo leí más de 14 libros y rescato cinco para compartirlos en el día del lector. Sin más preámbulos, aquí van.
Margot en el lago Cardiel de Fabián Martínez Siccardi
Un niño que comienza a entrar en la adolescencia se adentra con su tío Anselmo por los campos de la patagonia a vender jabones y máquinas de afeitar a los peones rurales. Una atmósfera insoportablemente atrapante induce al lector desde la primera a la última página a pensar en que algo está a punto de ocurrir.
Con curiosidad, indaga acerca de la vida de los hombres rudos de Santa Cruz que tienen que aliviar sus penas con alcohol y en cabarets. Todo aparenta estar en una supuesta normalidad hasta que algo pasa con Margot, la muñeca que fabricó un peón para reverencia a una prostituta de la que se enamoró.
Recuerdos de un médico rural de René Favaloro
La obra fue publicada en 1980 y rememora el tiempo en que el médico trabajó en la localidad pampeana de Jacinto Aráuz, entre 1950 y 1962. Además de narrar las peripecias de su lucha contra el viento, el frío y las enfermedades, Favaloro también recupera pasajes de su infancia, recuerda a sus padres, la formación académica en La Plata y los primeros amores.
"No vayan a creerse que no me quedaba tiempo para gozar de los placeres de la juventud. Al anochecer, después de la tarea cumplida, salía a vagar por las calles de mi ciudad donde abundaban los parques y las plazas. Recordaré también las primaveras de mi adolescencia inundada de azul por los jacarandaes y perfumadas por los tilos aromos y paraísos. Tuve tiempo de corretear y robar los primeros besos furtivos entre las sombras nocheras de los amores chiquilines y conocer después a esa mujer que el hombre encuentra su juventud con la que transita los caminos del amor total y siente hasta el tuétano, por primera vez, la marca del sexo", cuenta Favaloro al inicio de su libro.
Dos veces junio de Martín Kohan
Se trata del crudo relato en primera persona de un conscripto en 1978 que es testigo de las torturas que reciben los detenidos en centros clandestinos de detención. "¿A partir de qué edad se puede empezar a torturar a un niño?", le pregunta el oficial al médico al servicio de los militares.
Cómo eran las rutinas de los genocidas, qué sentía un conscripto cuando una mujer que acaba de parir le pide ayuda para escapar a la detención. "¿Vos no sos como ellos?", le dice. Quizás la culpa lleva al personaje a ir a 1982 para averiguar qué pasó con sus superiores luego de seis años de dictadura.
Amor de Juan José Becerra
Publicada en abril de este año por Seix Barral, es la última novela de Juan José Becerra y propone dar cuenta de qué es el amor en un futuro en el que casi no quedan registros de ese afecto.
El amor fue el sentimiento que dominó la escena en siglos pasados y en el 2123 un escritor observa que solo está de moda en la "literatura de reunión", un formato narrativo dedicado a rescatar experiencias humanas perdidas. El narrador se propone reconstruirlo a partir de la historia de Ana Quiroga y Antonio Castillo, un escritor y una editora que vivieron en Argentina entre los siglos XX y XXI.
Amor, es una ficción dentro de una ficción que transcurre en distintas épocas y está compuesta de muchas voces y escrita en registros distintos. Como sucede con varias de las obras de Becerra: la novela hace un rodeo y problematiza grandes temas universales como el amor y el tiempo.
El loco de José Luís González
Hay diferentes tipos de "locos". Algunos arriesgaron su vida por la independencia de la Argentina como el Loco Dorrego, otros proponen la dependencia nacional a través de un proyecto económico neoliberal como es el caso de Javier Milei.
El loco es una obra que pone en relieve la salud mental del candidato que obtuvo más votos en las elecciones primarias a presidente. Por primera vez revela un pasado oscuro del dirigente liberal, muestra vínculos con barras de River y con empresarios de la casta.
Milei define a sus padres como "progenitores", pero a su mastín napolitano Conan lo define como un hijo. El libro afirma que el perro murió en 2017, pero que el libertario mandó a clonarlo a Estados Unidos. Así llegaron los "nietitos" a los que bautizó con nombres de los principales pensadores del liberalismo: Murray, por Murray Rothbard; Milton, por Milton Friedman; Robert, por Robert Lucas; y Lucas, también por Robert Lucas.
"El nuevo Conan es quién le da ideas sobre la 'estrategia general', Robert es que le hace 'ver el futuro' y aprender 'de los errores, Milton se encarga del 'análisis político' y Murray de la economía", afirma el autor.