Los días 19 y 20 de diciembre de 2001 quedaron grabados en la memoria colectiva de los argentinos como uno de los momentos más críticos de la historia reciente del país. En pleno colapso económico, político y social, el gobierno de Fernando De la Rúa, representante de la Alianza (UCR-Frepaso), enfrentó un estallido social de magnitud sin precedentes.
La implementación del “corralito” bancario por parte del ministro de Economía, Domingo Cavallo, exacerbó el malestar social, limitando el acceso al dinero y provocando cacerolazos nocturnos y saqueos en barrios vulnerables.
A los problemas económicos, que incluían el fin inminente de la Convertibilidad y una recesión sostenida desde 1989, se sumaron los reclamos por una crisis institucional que el gobierno no supo manejar. La respuesta estatal fue la represión, en un contexto de Estado de sitio decretado por De la Rúa el 19 de diciembre.
La violencia desatada esos días dejó un saldo trágico de 38 muertos, cientos de heridos y más de 4.000 detenidos en todo el país. Este conflicto marcó el fin del gobierno de la Alianza y derivó en una crisis de representación política sintetizada en el grito popular: "Que se vayan todos".
19 de diciembre: el anuncio del Estado de sitio
El 19 de diciembre de 2001, ante el descontento social y los saqueos, el presidente Fernando De la Rúa declaró el Estado de sitio en una cadena nacional, justificándolo como una medida para “asegurar la ley y el orden”. Sin embargo, lejos de calmar las aguas, el anuncio provocó protestas masivas, incluyendo una multitudinaria concentración en la Plaza de Mayo que fue reprimida violentamente por las fuerzas de seguridad.
Esa misma noche, manifestantes rodearon la Quinta de Olivos, donde se encontraba el presidente. Aunque la policía levantó el perímetro de seguridad, algunos lograron trepar los muros de la residencia presidencial. La situación reflejaba el nivel de descontrol y la pérdida de legitimidad del gobierno. Las consignas populares, como el icónico “Que se vayan todos”, resumían la crisis de confianza en la dirigencia política de la época.
20 de diciembre: represión, renuncias y la caída del gobierno
El 20 de diciembre, la represión se intensificó, dejando un saldo de 38 muertos en distintas provincias del país. En Buenos Aires, nombres como Gastón Riva y Carlos Almirón se sumaron a una lista de víctimas fatales. La madrugada estuvo marcada por la renuncia de Domingo Cavallo, mientras que durante el día se vivieron enfrentamientos en las principales ciudades.
Por la tarde, De la Rúa intentó un último intento de reconciliación mediante un mensaje televisado, pero su propuesta de reforma constitucional no fue respaldada. Cerca de las 19 horas, en medio del caos y con balas de plomo disparadas contra los manifestantes, el presidente presentó su renuncia y abandonó la Casa Rosada en helicóptero. Esta imagen, icónica y simbólica, representó la caída del proyecto político de la Alianza.
Tras su salida, cinco presidentes transitorios ocuparon el cargo hasta que Eduardo Duhalde asumió en enero de 2002, marcando el inicio de un largo proceso de recuperación económica y social en Argentina.