La tarde del 17 de diciembre de 1830, en Santa Marta, Colombia, Simón Bolívar, el gran libertador de América del Sur, falleció postrado en una pequeña habitación de la Quinta de San Pedro Alejandrino. Había llegado a esta ciudad caribeña once días antes, ya muy enfermo de tuberculosis pulmonar, una dolencia que, en ese entonces, era poco conocida y difícil de tratar.
Bolívar había huido a la costa colombiana para escapar de los intentos de asesinato en su contra en el Palacio Presidencial de Bogotá. La inestabilidad y los enfrentamientos constantes en América del Sur lo habían llevado a refugiarse en esta antigua hacienda dedicada a la producción de ron, miel y panela. Ahí, el prócer tendría los últimos días de una vida digna de recordar.
Quién fue Simón Bolívar
Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Ponte y Palacios Blanco, conocido como Simón Bolívar o el Libertador, nació en Caracas, Venezuela, el 24 de julio de 1783, en el seno de una familia criolla acomodada, y falleció el 17 de diciembre de 1830. Fue un militar y político venezolano que lideró de forma decisiva la lucha por la independencia de las actuales Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela. Su legado es extenso y no cabe duda de que fue un líder visionario y un militar brillante que jugó un papel fundamental en la independencia de las naciones sudamericanas.
Entre los logros más importantes de Simón Bolívar se encuentra la fundación de la Gran Colombia, un país que unía a Venezuela, Colombia y Ecuador. Fue un visionario que soñó con una América Latina unida e independiente e inspiró a otros líderes independentistas. Es considerado uno de los héroes más importantes de la historia de América Latina.
Cuándo murió el libertador
A sus 47 años, Bolívar murió prácticamente solo, traicionado por aquellos que una vez fueron sus aliados más cercanos, y totalmente consumido, con un peso de apenas 38 kilos. Sus últimas palabras, según las crónicas, fueron: "Hemos arado en el mar", una frase que reflejaba su desesperanza ante la complicada situación en la que dejaba a su Gran Colombia.
Cabe señalar que a pesar de la gloria con la que se le recuerda, Bolívar murió con medio país en conflicto. Había declarado la ley marcial en Colombia, reemplazando a las autoridades civiles con militares y suspendiendo las libertades fundamentales. Estas acciones provocaron una ola de persecuciones políticas y condenas a muerte, incluida la de su vicepresidente, Francisco de Paula Santander, cuya pena fue finalmente conmutada por el exilio.
Los motivos de su muerte
Enfermo de los pulmones, Bolívar decidió renunciar a la Presidencia de la Gran Colombia. El 1 de diciembre de 1830 llegó a Santa Marta, una ciudad costera cuyo clima no era adecuado para su condición de salud. El general Mariano Montilla, uno de los pocos que lo acompañaron hasta el final, contrató al médico francés Alejandro Próspero Reverend. El 2 de diciembre, el doctor escribió sus primeras impresiones: "La enfermedad me pareció ser de las más graves, y mi primera opinión fue que tenía los pulmones dañados". Al día siguiente añadió: "Duerme solamente dos o tres horas por la noche, y el resto lo pasa desvelado, y como con pequeños desvaríos".
El 10 de diciembre, Bolívar le pidió al médico que le hablara con franqueza y este le dijo que no creía que pudiera salvarse. Bolívar respondió: "¿Y ahora, cómo salgo yo de este laberinto?". Entonces decidió escribir su última proclama y su testamento. El 11 de diciembre escribió su última carta, en la que instó a los colombianos a trabajar por la unión y la felicidad de la patria: "Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la Unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro".
Cuentan los relatos de la época que José Palacios, su mayordomo, lloraba en un rincón de la habitación, exclamando: "¡Se me murió mi señor!". El general Montilla, también llorando, dijo: "¡Ha muerto el Sol de Colombia!" y, desenvainando su espada, cortó el cordón del péndulo que marcaba la hora, quedando para siempre a la una.
La autopsia
El 17 de diciembre de 1830, a las 4 de la tarde, se realizó la inspección del cadáver de Bolívar en presencia de los generales Mariano Montilla y José Laurencio Silva. El doctor Alejandro Próspero Reverend documentó las características siguientes:
- Estado del cuerpo: dos tercios del cadáver presentaban marasmo, con decoloración universal y tumefacción en la región del sacro.
- Cabeza: los vasos de la aracnoides estaban ligeramente inyectados, con una materia parduzca en el cerebro de consistencia gelatinosa.
- Pecho: las pleuras pulmonares estaban adheridas a las costales, con endurecimiento en los dos tercios superiores de cada pulmón, especialmente el derecho, que estaba casi desorganizado.
- Abdomen: el estómago estaba dilatado, los intestinos delgados ligeramente meteorizados, y el hígado presentaba escoriaciones superficiales. Las vísceras abdominales en general no mostraban lesiones graves.
La autopsia concluyó que Bolívar había muerto de tuberculosis pulmonar, una enfermedad que comenzó como catarro pulmonar y degeneró en tisis tuberculosa debido a su descuido. El cadáver de Bolívar fue trasladado a la casa de la Aduana en Santa Marta y embalsamado por el doctor Reverend. Fue enterrado el 20 de diciembre en una humilde bóveda en la catedral, sin distinciones por parte del gobierno. En 1842, el gobierno de Venezuela trasladó sus restos a Caracas, donde se le rindió un magnífico funeral y se colocó su urna en un monumento en la catedral.