Benito Quinquela Martín, sin lugar a dudas, es uno de los artistas más representativos de Buenos Aires y esto se debe a sus imponentes pinturas que realizó. Durante toda su vida se dedicó a su gran pasión y por ello, con la ayuda de la Inteligencia Artificial se pudieron conocer imágenes impresionantes sobre diferentes ciudades que retrató.
Quinquela nació en 1890 y durante sus primeros años estuvo viviendo un un orfanato hasta que una familia decidió adoptarlo. Su padre era un inmigrante italiano y su madre de origen indigena del norte del país.
El barrio de La Boca fue su inspiración y desde allí aparecieron las primeras pinceladas. El contexto lo condujo a trabajar en el puerto con su padre y en ese escenario, encontró el carbón como su gran aliado. En los tiempos libres lo usaba como una importante herramienta de trabajo.
A sus 17 años estudió arte en una escuela colectiva denominada como la Sociedad Unión de la Boca. Su talento lo hizo destacarse de sus compañeros y de a poco escaló en sus composiciones para así viajar al extranjero por un periodo cercano a los 10 años.
Benito no tuvo muchas condecoraciones en otros países. Pero aquellos que seguían sus pasos lo apodaron el Mosquito y esto se debe a su forma delgada mientras laburaba. Incluso, cuando comenzó su carrera lo denominaban como el pintor carbonero.
Pero el tiempo da revancha y luego el honor apareció. El Pintos de La Boca, fue su nueva designación en la vida de un hombre que impulsó su barrio y obviamente contribuyó al progreso.
A continuación te dejamos algunas de sus obras que han sido retocadas con la ayuda de la Inteligencia Artificial con la intención de recordar a este importante artista.
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Roberto Peloni y su relación con Quinquela
Pelloni interpretó a Quinquela Martín en el musical "Benito de La Boca", una producción desarrollada en el Complejo Teatral Buenos Aires con dramaturgia y que contó con la dirección actoral de Juan Francisco Dasso, música original de Gustavo Mozzi, y dirección general de Lizzie Waisse.
En el escenario se colocó una reproducción a escala del Puente Nicolás Avellaneda que une La Boca e Isla Maciel, y otras estructuras en madera y metálicas que imitan el barrio donde Quinquela vivió, que pintó y además inmortalizó.
En este sentido, le fue consultado sobre su interpretación al artista y sostuvo: "Recién cuando descubrí unas claves determinadas. Al principio me costó mucho tratar de bajar al cuerpo esa energía de Benito, me costaba ver su figura, cuando veía sus fotos o algunos reportajes me resultaba difícil ver en ese hombre tan sencillo, tan humilde, tan tranquilo, esa fuerza enorme que tuvo en su vida y que lo llevó a transformarse en un artista excepcional y con ideas tan claras. Me costaba de alguna manera ver cuál era la energía que lo animaba hasta que comprendí que no debía intentar una construcción a través del acercamiento de la caracterización sino a través del amor que generaba y sigue generando, había que trabajar sobre el Benito que quedó en la memoria del barrio", aseguró.