La Fiesta del Cine, un evento que busca que los argentinos vuelvan a las salas de cine en medio de la crisis económica del gobierno de Javier Milei, vuelve con una nueva edición con entradas a solo 2.500 pesos para todas las funciones y películas que están actualmente en cartelera. Los detalles para no perderse esta cita ineludible con el cine.
Desde hoy, las personas que deseen aprovechar la promoción de la Fiesta del Cine pueden comprar entradas para el evento que se desarrollará entre el jueves 26 de septiembre y el miércoles 2 de octubre, siete días a puro cine en grandes complejos como Cinemark Hoyts, Cinépolis, Multiplex, Atlas, CPM Cinemas, Showcase, Cinema Devoto, entre muchos otros a lo largo de la Argentina (la lista completa de cines que adhieren a la promoción puede verse en el sitio web oficial de La Fiesta del Cine).
Entre esos días las personas podrán disfrutar de películas como los estrenos nacionales El Jockey, de Luis Ortega, El aroma al pasto recién cortado, de Celina Murga, o Linda, de Mariana Wainstein, o de películas internacionales que están teniendo mucho éxito como La sustancia, Longlegs: el coleccionista de almas, Alien: Romulus o Beetlejuice Beetlejuice, entre otras.
Además, teniendo en cuenta el evento algunas cadenas de cine reestrenarán clásicos como Batman, de Tim Burton, o Superman, con Christopher Reeve, e incluso la inolvidable Volver al Futuro, de Robert Zemeckis. Las entradas a 2.500 pesos son válidas tanto para formato 2D como para 3D, motivo más que tentador para muchos cinéfilos. En la actualidad y sin esta promoción, una entrada de cine en un complejo está, aproximadamente, 9.500 pesos.
Cómo es el código de censura en el cine argentino que impuso Javier Milei
El cine argentino está atravesando su peor momento desde la vuelta de la democracia, con un sistema de producción paralizado, amenazado y diezmado. En un contexto de desfinanciación y nula apuesta a la producción local, el director de cine Goyo Anchou -realizador de ¡Homofobia!, reciente película experimental que pudo verse en la última edición del BAFICI, en abril del 2024- rompió el silencio con una denuncia que expone a la gestión libertaria y su código de censura en los largos nacionales.
En diálogo con Darío Villarruel en Pase lo que Pase, en El Destape Radio, Goyo Anchou amplió la denuncia de censura en el cine argentino que días atrás blanqueó en sus redes sociales. Anchou señaló que fue víctima de censura en un espacio cultural dependiente del gobierno nacional, cuando le llegó como bajada de línea un "código de censura". "Es algo que ya está muy normalizado dentro de ciertos ámbitos, estos códigos de censura y esta supervisión de contenidos. Esto está en circulación desde casi el principio de la gestión del Gobierno...lo que pasa es que hay muy poca gente que se esté animando a dar la cara, porque lo que se genera con esto es un clima de persecución, miedo y hostigamiento", indicó el realizador. "La gente que está planificando esto lo hace a total conciencia", sumó, a la hora de hacer hincapié en la situación de temor que se vive entre los trabajadores de la cultura.
"Nos recitaron una serie de contenidos que no podíamos incluir: contenido LGBT, contenido feminista, contenido que criticara la dictadura militar, contenido que defendiera el gobierno anterior y, por último, películas con Lali Espósito. Suena así de ridículo", enumeró Anchou. La película Puan, de Benjamín Naishtat y María Alché, -donde Lali Espósito tiene apenas un breve cameo- es una de las cintas apuntadas por el gobierno y sacadas de la exhibición en cines.
Anchou fue el primer trabajador del cine en hacerse viral con su denuncia contra el gobierno de Javier Milei y precisamente contra las medidas impulsadas en la cartera de Cultura (el INCAA, institución autárquica y uno de los centros de los golpes de esta gestión, está encabezada por Carlos Pirovano): "Hice un posteo en Instagram porque no podía quedarme callado y lo hice de forma tal que no se supiera en cual de todos los centros culturales de Nación había pasado. Aún así, cuando al día siguiente esto empezó a rebotar, me comuniqué con una de estas personas que me pidió que por favor, sacara esta publicación porque sino se consideraba ya despedido".
Su valentía llevó a que otros empleados, "con terror a decir lo que está pasando", lo contactaran en privado para compartir experiencias similares en torno a esta bajada de línea sobre las películas y contenidos censurados. Ante esta situación: ¿Qué pasa si los programadores deciden no acatar la normativa del gobierno? De acuerdo al testimonio de Anchou, "varía según la capacidad de resistencias de cada programador. Si se la juegan o no. Toda la gente que yo conozco que trabaja en el Estado, en el campo cultural, la está pasando muy mal porque a esta gente no le tiembla el pulso para dejar a una familia en la calle".