Murió Pelé, astro del fútbol brasilero, a los 82 años dejando un legado imborrable en la historia del deporte mundial. Su figura traspasó el fútbol y caló profundo en la cultura popular, ya que en su carrera Pelé se dio el gusto de actuar y ser sujeto de homenaje en diversas películas y documentales. Su obra más reconocida es Escape a la victoria, filme estrenado en 1981 que dirigió John Huston y protagonizaron Sylvester Stallone y Michael Caine: un repaso por la trágica historia real que elevó al futbolista a la gloria de Hollywood.
Escape a la victoria no escatimó en presupuesto (10 millones de dólares), convirtiéndose en una de las apuestas más arriesgadas de 1981 al proponer una historia de caracter político-deportivo encabezada por figuras del star system de la época como Sylvester Stallone (en la cresta de la ola tras el estreno de Rocky en 1976) y Michael Caine, respetado actor británico que un año antes había gozado las mieles del éxito con Vestida para matar, de Brian de Palma, y dirigida por John Huston.
La película se basó en una historia real de la Segunda Guerra Mundial, en la que un grupo de prisioneros de un campo de concentración deben hacerle frente a jerarcas nazis en un partido de fútbol. El elenco se completó con la actuación de Max von Sydow y las participaciones de los futbolistas Pelé, Bobby Moore, Osvaldo Ardiles y Mike Summerbee, entre otros..
La historia real detrás de Escape a la victoria
El 9 de agosto de 1942 se inició una serie de partidos entre jugadores del FC Star y soldados alemanes que terminaría en una matanza a raíz de las sospechas de que los jugadores pertenecían a la policía soviética. Tras varios encuentros en los que los siempre ganaban los prisioneros ucranianos, la decisión de los nazis fue prohibir el fútbol ya que los hacían ver cada vez peor. En este sentido, la película cuenta que hubo un partido clave que fue llamado "el partido de la muerte" y que tras perder hubo una matanza ya que, supuestamente, , los alemanes se cobraron la derrota con torturas y asesinatos.
Sin embargo, la realidad histórica -según revelaron sus sobrevivientes- reveló que la situación no fue tal. Vladen Putistin, hijo de uno de los jugadores de esos encuentros, reveló que luego de los encuentros "volvían a casa" y que enrealidad existieron "una serie de partidos que se suspendieron para evitar el desacredito de las fuerzas que ocupaban Kiev".
Las detenciones llegaron luego de que los oficiales que jugaban con los futbolistas ucranianos se dieran cuenta que muchos jugadores, en realidad, eran parte de la NKVD, la policía soviética. Esa situación llevó a que, finalmente, se los marque, se los torturara y se los envíe a diferentes campos de concentración.