Gabriela Cabezón Cámara: "El pensamiento amerindio es más sofisticado y complejo que el nuestro"

07 de octubre, 2023 | 14.23

"Las chicas del naranjel" es una novela muy esperada por el tiempo que pasó desde la última novedad de Gabriela Cabezón Cámara pero también por el éxito que la antecede en "Las aventuras de la China Iron", que fue finalista de unos de los galardones internacionales mas prestigiosos.

"Un libro es lo que crees que escribiste, pero lo que los demás leen efectivamente puede ser otra cosa. Es una sorpresa y estoy a la espera de lecturas para ver qué leen los otros, como pasó con la China que generó un montón de cosas y yo sigo sin entenderlo...", confía en diálogo con Télam sobre la salida de su novela, luego de cinco años.

Télam: En cada una de tus novelas hay una búsqueda o la construcción de un mundo real y mágico a la vez. De la reformulación que hiciste en la China con el relato nacionalista y la tradición literaria de la gauchesca, a la de ahora donde revisitas el período de la Conquista pero desde otro lugar. ¿Son búsquedas?

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G.C.C: Sí, debe tener que ver con una búsqueda de entender el mundo o de encontrar nuevas perspectivas para verlo. Y en los últimos años estuve leyendo mucho a Davi Kopenawa, Aílton Krenak , Caístulo. Hay evidencia suficiente como para ni siquiera tener que argumentar que la forma de ver el mundo de Occidente ha sido muy genocida y ahora está haciendo ecocida, con lo cual está haciendo biocida, no va a quedar nada. O sea una filosofía que se supone racional y la mejor del mundo etcétera, etcétera, que no llegó a pensar que no se puede hacer algo infinito con recursos finitos y que todo junto es el tejido de la vida del que somos parte: sin plancton no hay aire, sin árboles, sin bosques, sin aire el planeta se prende fuego, se inunda y para eso son necesarias todas las especies.

En ese sentido, el pensamiento amerindio es mucho más sofisticado y complejo que el nuestro. Me interesa cómo han hecho para resistir, cómo es que el mapa de los bosques mejores conservados del mundo coinciden con el mapa donde habitan ellos, cómo es que han hecho para resistir estos 500 años, donde el genocidio ha sido constante sobre los pueblos originarios. España tiene una deuda con nosotros pero los Estados nacionales latinoamericanos tienen una deuda tan grande o más porque se suponen que están para proteger a todos los habitantes de la Nación. La conquista nunca se acaba, la desidia, el maltrato, el desalojo, el arrasamiento de las tierras. Y si se levantan, si se quejan un poco, son terroristas. El único indio bueno es el que no levanta la voz.

T: Una realidad que persiste hasta la actualidad.

G.C.C: Es que así y todo se las han arreglado para llegar hasta acá, en las condiciones más crueles e inhumanas. Ahora mismo los lugares que habitan son la primera línea de batalla, por ejemplo, con el litio en el norte de Jujuy, Catamarca. A pesar de la violencia, de que buscan corromperlos y dividirlos, ellos resisten, pelean y están amenazados por la policía. Sólo están defendiendo el derecho a vivir como han vivido hace miles de años que es un derecho que le concedemos a cualquier comunidad ¿no? Andá a a decirle a los evangélicos que no vivan como quieren, a los judíos, a los católicos. Y están defendiendo el derecho al agua no al Mercedes Benz eléctrico.

T: Si bien la Conquista es narrada en "Las chicas del naranjel" con toda la fuerza del horror, el asesinato, la violencia injustificada, las voces de las niñas, la selva e incluso la transformación que vive Antonio, el personaje antes monja, revelan cierta belleza. ¿Es posible iluminar cuando la historia real es tan terrible?

G.C.C: La conquista es uno de los sucesos más atroces de la historia de la humanidad. Me parece en cuanto a su periodo histórico propiamente dicho y también en cuanto a que no se acabó nunca y todavía dura. Pero la selva estaba ahí, los pueblos que vivían ahí estaban ahí y muchos fueron masacrados y otros no. Y muchos se levantaron, dieron batallas gloriosas y otros pudieron vivir en paz durante muchos siglos y esconderse y tienen una cultura y la selva siempre estaba con sus flores, sus pájaros, sus bichos. En la novela, Antonio, que es un tipo que estuvo ocupado en matar y no morir toda la mayor parte de su vida se detiene por primera vez a ver una flor, un pájaro y encuentra algo hermoso en si mismo.

Osea, el mismo megagarca de Colón cuando llega las Antillas no puede evitar que se le caiga la mandíbula por la belleza, después lo único que le interesa es el oro y 100 años después de su llegada no queda un solo poblador originario de esas islas, están todos muertos. Cien años después la población americana se ve reducida al 10% de lo que era, fue una masacre. Se supone que después de la conquista hubo una pequeña glaciación: tanta muerte, menos cultivo, menos bosques, se enfría la tierra, ecocidio. Fue una atrocidad incalificable pero la selva estaba y está ahí y los guaraníes y los wichís siguen ahí. Es una proeza que persistan en sostener su cultura y persistan en sostener un modo de vida contra el hambre y contra el empobrecimiento porque era gente que vivía en la economía de la abundancia.

Con información de Télam

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