(Por Carlos Aletto) El escritor, crítico y editor Luis Chitarroni abrirá la cuarta edición del #Borgespalloza, uno de los encuentros que en el mes aniversario del nacimiento de Jorge Luis Borges se centrará en la figura del mayor representante de las letras argentinas, figura que con motivos como "la efímera eternidad" y "sus marcas en las formas condicionó la escritura de todos los autores de Latinoamérica", dice a Télam el autor de "Siluetas" y "El carapálida".
El encuentro, organizado por el periodista Daniel Mecca, se hará en forma presencial mañana y el domingo en el Centro Cultural San Martín (Sarmiento 1551, CABA) de la mano de destacados escritores que darán charlas abiertas y gratuitas, entre ellos Chitarroni (Buenos Aires, 1958), quien abrirá el evento, a las 10, con la conferencia "La eternidad efímera del instante".
En el título ya aparecen palabras clave de la obra de Borges, algunos objetos, como la esfera en el sótano de Carlos Argentino Daneri (del cuento "El Aleph"), juegan con esa idea de la infinitud encerrada en un espacio limitado.
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También la memoria de Funes (del cuento "Funes, el memorioso"), los infinitos del cuento "La Biblioteca de Babel" y "El libro de arena", que reúne relatos, son espacios limitados, pero que paradójicamente contienen un infinito o eternidad. La línea siempre divisible por dos en el final del cuento "La muerte y la brújula" y el tema del poema "La noche cíclica" del libro "El otro, el mismo" de 1964, reelaboran el mismo tema, la misma idea.
La enumeración es un recurso muy utilizado en su poética para lograr esa idea de eternidad efímera. Objetos, recuerdos, nombres se mezclan en el aleph, en la memoria de Funes y en la famosa catalogación de cómo se dividen los animales en "El idioma analítico de John Wilkins".
En el poema "La noche cíclica" dice Borges: "Lo supieron los arduos alumnos de Pitágoras: / los astros y los hombres vuelven cíclicamente; / los átomos fatales repetirán la urgente / Afrodita de oro, los tebanos, las ágoras". Luego de una vasta enumeración en treinta y seis versos termina con aquella misma frase con la que comienza: "Lo supieron los arduos alumnos de Pitágoras...".
Antes de la charla de Chitarroni, a las 9, habrá intercambio de libros en el Centro Cultural San Martín. "Será un espacio para que los participantes lleven sus libros usados de Borges y los puedan cambiar por otros sin ningún tipo de canje económico", explica Mecca.
En tanto que, a las 11, la especialista en Dante Alighieri Claudia Fernández Speier hablará de Borges y la Divina Comedia. Entre otras actividades se destaca a las 15 la charla "Borges y la mala literatura" que dará la docente, escritora y crítica Elsa Drucaroff. Y el recorrido personal sobre su obra que a las 19.30 hará la escritora Sylvia Iparraguirre.
El domingo las actividades empezarán a las 9 con un nuevo intercambio de libros. Entre las charlas se destacan a las 15.30 "Borges, Kafka y los microrrelatos", de la escritora Ana María Shua y a las 18.30 "Borges y la traducción", a cargo del poeta Jorge Fondebrider.
-Télam: ¿La enumeración es un recurso plenamente borgeano para crear esa sensación de infinito?
-Luis Chitarroni: Sí, efectivamente, la enumeración es parte de los objetos terrenales que arman una especie de cartografía borgeana. El tiempo como la pesadilla que es la historia de la que no solo Stephen Dedalus quiere despertar. Circularidad cíclica y tiempo rectilíneo, de Génesis al Apocalipsis, he ahí la cuestión. Creo que Estela Canto cuenta que Borges les pedía a los amigos que contribuyeran para estas ristras con punto seguido o punto y coma. Y la lista es un complemento necesario de cualquier poética o un andamiaje indispensable, del Antiguo Testamento a "La Odisea". Cabrera Infante ha señalado el valor literario de las listas, aparte de Umberto Eco, que hizo un libro con el tema.
-T: ¿Borges diseminó su poética más que ningún otro escritor en la literatura hispana?
-L.C: Convengamos que quienes menos aceptaron a Borges son a menudo españoles. Las primeras diatribas borgeanas son contra el castellano, ¿no? Américo Castro, los compañeros de tertulia de Cansinos... Cabrera Infante dice que en algún sentido Borges provincializa el español, que él, Cabrera, se niega a llamar castellano. En algún momento, las paradojas persuasivas de Borges nos confunden. Es algo más que demuestra su eficacia, ya que hablar de genialidad resulta, de buenas a primeras, dictatorial.
-T: ¿Cómo aparece Borges en tu escritura?
-L.C: En todo lo que escribo, Borges aparece hasta el hartazgo, o la hartura, como escribe él. Nunca creí en la influencia con el sentido punitivo de Harold Bloom, ni siquiera el coercitivo de otros críticos contemporáneos, de Bloom, claro. Las cosas que pensaron otros regresan, como Emerson dice, en un ensayo que Borges tradujo o firmó, "con cierta alienada majestad".
-T: ¿Y su influencia siempre es beneficiosa?
-L.C: Creo que su influencia inmediata, en Manuel Peyrou, por ejemplo, no es beneficiosa. Pero sí lo es en Wilcock y en Bioy. Silvina Ocampo y Borges son los que mejor se llevan, sobre todo por la lectura selectiva que hacen del modernismo y otras fuentes hoy obliteradas, como Paul-Jean Toulet o López Velarde.
-T: ¿Con qué otro escritor se lo puede comparar?
-L.C: No, no creo que haya nadie en lengua hispana que pueda compararse. En portugués de Brasil hay un adelantado, Machado de Asís, que puede arrimarse, pero es del siglo XIX. No olvidemos el componente útil y biográfico que destacaba Empson, Borges nació el último año del XIX. Creo que en la actualidad pasamos por un eclipse de Borges, tal vez muy parcial, dada mi confesa idolatría. El escritor más próximo, por la distancia inicial tomada, es el gran César Aira, quien como él merece el Nobel, si la justicia literaria prevalece.
-T: ¿Cuál es el libro de Borges más borgeano y cuál el más alejado de su propia poética?
-L.C: Los libros más borgeanos son "Ficciones" e "Historia de la eternidad"; el menos, "El hacedor", en el que la figura pública parece usurparlo.
-T: Como editor de La Bestia Equilátera ¿cómo seleccionas a los autores para publicar?
-L.C: En "La bestia " intenté no confundir mi biblioteca con la de la editorial, aunque creo que la impronta no puede desestimarse. No podemos pasar por alto a mis socios, Natalia y Diego (digo, como si fuéramos un grupo político influyente).
Con información de Télam