Durante mucho tiempo, y muy a su pesar, en Argentina se lo acusaba a Astor Piazzolla de "asesinar al tango" y acompañaban su rechazo pintándolo como un artista ofuscado. De carácter difícil. Según su segunda esposa, Laura, él mismo decía, “Se puede cambiar todo en la vida, menos la madre y el tango en la Argentina”.
El documental Piazzolla, los años del tiburón aparece para llenar la necesidad de un retrato más cercano y acompañar el irrefrenable reconocimiento de la obra de Astor de los últimos años. El director Daniel Rosenfeld, con ayuda de Daniel (hijo de Astor), el archivo privado familiar y unos casetes de largas charlas con su hija Diana -grabadas para lo que luego se convertiría el libro Astor- construye un film que tiene como eje al artista y su familia. Algo así como Piazzolla por Piazzolla.
Porque el verdadero Astor y todos los momentos de su vida estuvieron marcados por sus relaciones: la importancia del apoyo de su padre Vicente (el famoso Nonino), el amor y desamor con su primera esposa Dedé, las idas y sobre todo venidas con sus hijos Daniel y Diana y sus últimos años con Laura.
Astor también era las ciudades que tanto quiso: su nacimiento en Mar del Plata, la dura infancia en Nueva York, los veranos de descanso y creación en Punta del Este y el constante retorno a su querido Buenos Aires.
Daniel, el último integrante vivo de ese núcleo familiar, abrió su archivo con el deseo de contribuir a un retrato definitivo de su padre y en el proceso, compartió emotivos momentos de su infancia y una faceta desconocida del bandoneonista. Astor sentía una gran fascinación por la pesca de tiburones, una actividad que comparaba con el acto de tocar el bandoneón, porque según el músico, “para ambas actividades se requiere mucha fuerza”. La pesca, que compartía con su hijo Daniel, le gustaba porque requería esperar en silencio y “en el silencio aparecen las ideas musicales".
Y si bien su fascinación por los tiburones era desconocida, no sorprende. Muchas de las características del imponente animal se pueden encontrar en la personalidad del compositor, quién dice sentirse en su momento de mayor creatividad, en su época del tiburón en referencia a la “época azul” de Pablo Picasso.
Lejos del bronce, Piazzolla, los años del tiburón cumple con creces el retrato íntimo de un artista que en toda su trayectoria peleó contra la incomprensión y se blindó con el afecto de su familia y amigos para hacer lo suyo y convertirse en referente mundial, más allá del ninguneo y las críticas de cabotaje.
“Piazzolla, los años del tiburón” (2018), de Daniel Rosenfeld, está disponible para ver en la plataforma de streaming de HBO.