El Foro internacional "Traducción expandida: activismo y prácticas de co-creación literaria" tendrá como uno de sus ejes las prácticas de escritura y traducción al servicio de la intervención en el campo cultural, político y social, y sobre esas tres dimensiones hablaron con Télam integrantes de los colectivos Literatura por lo que está pasando, Snichimal Vayuchil, Sycorax y Orden de traslado.
En el caso de Snichimal Vayuchil, dicen que la traducción puede ser pensada desde esas tres dimensiones y detallan que "es creativa porque despierta el interés y la motivación de los participantes en descubrir la riqueza interior de los idiomas, saltar de un idioma a otro nutre constantemente el desarrollo de cada idioma, nos hace volar la imaginación".
"Un dato importante es si la traducción que se está realizando es de un autor o autora viva, siempre es importante conocerla de cerca, hacerle alguna entrevista si es posible o documentarse de sus trabajos. Si la autora o autor es una persona ya fallecida, nos queda como único recurso la de investigar y documentarse para conocer más de su obra y lograr comprenderlo más desde ella. Así, cada traducción siempre es un reto", remarcan.
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A su vez dicen que "es comunitario porque se piensa desde el principio a qué público se está planteando dicha traducción", en su caso responde a una necesidad cultural: "difundir las letras desde niveles no institucionales" y es ahí cuando sostiene que "se vuelve comunitario porque una traducción se realiza con el apoyo de otros, sean o no traductores, siempre hay necesidad de consultar si es comprensible una traducción, participan en lecturas previas, en revisión del texto, en dialogar con las variantes lingüísticas".
Sobre el carácter político de la práctica explican que tiene que ver con la resignificación de los idiomas, ya que los posicionan "en un lugar importante en la literatura escrita, donde históricamente como pueblos indígenas" han sido "discriminados y marginados, considerados 'ignorantes', 'no civilizados', 'analfabetas' y 'un "obstáculo para el desarrollo del país".
"Frente a un modelo político, económico, educativo, cultural y lingüístico que no beneficia a los pueblos indígenas, hemos tomado la decisión de hacer resistencia. Aun con la existencia de espacios e instituciones que en teoría deberían ejercer esa labor de difundir los idiomas, poco han logrado, por lo que consideramos que es importante ir abriendo espacios de difusión con materiales de literatura experimental y traducción de textos de la literatura universal a lenguas originarias", destacan.
Por otra parte, los integrantes del colectivo Sycorax sostienen que "las tres dimensiones se encuentran en muchos momentos: el aspecto creativo emerge no solamente de los temas llamados de 'autorales' y 'de estilo', sino también de las formas de practicar la traducción concebidas a lo largo de la experiencia colectiva. Nuevas relaciones y formas de trabajo son creadas y recreadas a cada proyecto, lo que representa también el aspecto comunitario de la traducción".
"Cuando nos alejamos de la tradición solitaria que está a su alrededor, encontramos una práctica potente de la colectividad y que deja sus marcas para el legado de las luchas y del conocimiento, construcciones colectivas por excelencia, con las cuales el acceso libre a las obras intenta contribuir", grafican sobre los alcances de la puesta en acto de la traducción.
Con respecto a la dimensión política, consideran que está en su práctica en todos los elementos mencionados, pero va aún más allá y aportan: "Una vez traducido el texto de la obra, buscamos continuar el proceso por medio de otros proyectos, como talleres, podcasts, presentaciones, garantizando la difusión de la obra por medios no-comerciales".
Para Ezequiel Zaidenwerg, de Orden de traslado, "hay algo político siempre en elegir qué materiales se traen a una cultura de manera consciente y dirigida. Es decir qué textos se van a valorar, a poner en serie con otros" y agrega que no solo traducen poemas: "Originalmente se llamó así porque estaba hecho con mi archivo de traducciones pero ahora la curaduría y la forma de trabajar se viene abriendo cada vez más. Cuando entró Cecilia Martínez Ruppel trajo una dimensión de traducción muy importante que terminó de definir el proyecto actual a través de los poemas ilustrados. Ahí hubo una idea muy productiva de traducción que se pone en juego".
El poeta y traductor se refiere al definir a la traducción no como el acto de "reponer una escasez sino multiplicar una abundancia" y en ese punto es en el que cita el ejemplo de los poemas ilustrados como "particularmente elocuente porque el texto original no se borra y es simultaneo".
Zaidenwerg advierte que de lo que se trata es "partir de la poesía y hacer de ella un ejercicio colectivo en el que alguien escribe, traduce, otra puede musicalizar y así es muy hermoso".
Al pensar la dimensión política de su práctica, los integrantes de Literatura por lo que está pasando cuentan que fundaron este colectivo en 2015 ante "la necesidad de apoyar a las personas que por un motivo u otro están huyendo". El dinero que recibieron por los textos escritos durante sus acciones se destina a organizaciones que brindan ayuda o asistencia a personas refugiadas.
"Al mismo tiempo, queríamos y queremos participar del acto de escribir el discurso público, expresar nuestra opinión, llevar el tema de quienes están en situación de huida y la manera en que es tratado al espacio público. Así que nuestro colectivo tiene una clara motivación política", explican.
A la vez, definen su accionar como "un acto creativo", ya que escriben textos literarios o hacen ilustraciones y todos los participantes son artistas, autores o ilustradores. "Nos gusta confluir en un grupo, el intercambio, el apoyo mutuo en la escritura, en la reflexión. La instancia comunitaria es lo que nos estimula, lo que hace a la potencia de nuestro colectivo", sintetizan.
Con información de Télam