Más de dos mil personas participaron hoy de la Harry Potter Book Night, que por primera vez se hizo en la ciudad de La Plata y, en el marco de un evento global que celebra la literatura fantástica en todo el mundo, contó con la lectura de capítulos de los libros, juegos, trivias y una multitud de fanáticos que llegaron ataviados con el vestuario identitario de la saga.
Harry Potter Book Night es un evento mundial creado por la editorial británica Bloomsbury, el sello que publicó todos los libros de la saga escrita por J.K.Rowling y hoy, tras la suspensión el sábado pasado por mal clima, se realizó por primera vez en la capital bonaerense en el Anfiteatro de la República de los Niños con entrada libre y gratuita.
El evento fue organizado por Diagonal Diagon, una tienda temática de emprendedores platenses que dirige Cecilia Zapiola, una abogada y docente universitaria que, en sus ratos libres, realiza artesanías relacionadas el mundo Potter.
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"Los seguidores de Harry Potter me empezaron a pedir tazas, objetos, libros, bufandas de Harry Potter y pensé en que lo que hacía no podía quedar solo en una tienda, en que la gente tuviera objetos mágicos. Se me ocurrió que estaría bueno que los potterheads se conocieran. La Plata es una ciudad cultural y eso ameritaba tener un encuentro de lectura como es la Harry Potter BooK Night", contó a Télam.
El encuentro superó las expectativas de la organizadora que en principio había planificado un evento para un lugar cerrado y ante la difusión y consultas de los fanáticos, terminó concretándolo al aire libre en el Anfiteatro de la República de los Niños.
En el escenario, con la música de fondo que popularizaron las películas, no faltaron las prefectas que, como si estuvieran en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, organizaron a los integrantes de las distintas casas.
Las gradas del anfiteatro se llenaron de niños, jóvenes y adultos ataviados con los colores de Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin y no faltaron las varitas, los típicos antejos del personaje principal de la historia y las escobas de Quidditch.
A lo largo de la tarde se leyeron capítulos de los libros, karaoke con canciones de las películas, juegos sobre lugares mágicos de Harry Potter, trivias sobre situaciones y personajes de la saga y hubo un taller sobre movimientos de varita para hechizos y encantamiento.
"La energía Potter le dio miedo a la lluvia", gritó desde el escenario Cecilia luego de contar que el abuelo de una de las fanáticas también había apelado a la magia para cortar la tormenta haciendo una cruz de sal en el patio de su casa, como lo indica una creencia popular.
Al costado del escenario se ubicó un stand que vendió objetos relativo a los libros como varitas, bufandas, tazas, vasos, calcomanías y hasta túnicas que llenaron de color el predio.
"Esto es una forma de vida porque más allá de los libros y las películas los fans terminan siendo una gran familia", señaló a esta agencia Victoria, una adolescente de 15 años vestida con los colores de la casa Slytherin que contó que es la cuarta vez que asistía a un evento vinculado a la saga de Harry Potter. "Es un punto de encuentro entre amigos", dijo.
En el mismo sentido se expresó Joaquín de 17 años que hoy estrenó su túnica de Ravenclaw. "Leí los libros antes de la pandemia, los devoré en dos semanas", dijo y señaló: "Como potterhead me siento contento de compartir con otras personas el mismo gusto, la misma pasión".
Una de las características del Harry Potter Book Night es que además de ser una fiesta de fanáticos es una iniciativa solidaria. En La Plata, por ejemplo, se propuso a los asistentes llegar a la República de los Niños con útiles escolares para donar a Proyecto Mochila, la red local que trabaja para que todos los chicos tengan la mochila completa en el inicio de clases, sobre todo hojas y cuadernos de tapa dura.
La Harry Potter Book Night se realiza desde hace ocho años en bibliotecas, librerías, escuelas y jardines de infantes de todo el mundo, donde se leen capítulos de los libros y se hacen juegos.
En la Argentina, hasta ahora sólo se había hecho en Rosario, Córdoba, Junín y en una librería de la Ciudad de Buenos Aires, pero nunca en la capital bonaerense.
Con información de Télam