Flor Vigna conversó con Juana Viale en Almorzando con Mirtha Legrand sobre sus primeros pasos en la industria de la música. Casi un mes después del lanzamiento de su primera canción y videoclip UY!, y a un día de haber dado el primer show de toda su vida, hizo una dramática confesión personal que generó repercusión en las redes sociales.
En diálogo con Juana, Flor contó todo el sacrificio que tuvo que hacer para apostar todos sus ahorros, tiempo y energía en este nuevo proyecto, en el que cuenta con la ayuda de su mejor amigo, que produce las canciones con ella. Para enfocarse de lleno en su sueño, Vigna tuvo que sacrificar varios trabajos de televisión y publicidad que le propiciaban sueldos estables para tener todo el tiempo disponible en hacer lo que realmente quería: cantar y construir una carrera musical.
“Estoy re contenta. A mí me pasaba, cuando era más chica, que veía a todo ese mundo al que quería pertenecer, de actuar, cantar bailar, y por ahí veía al trabajo del productor como algo fácil. Y hoy entiendo que invertir, crear un proyecto y tu crear tu propio destino y experiencia de vida es súper valiente y riesgoso”, comenzó.
“Hay momentos en que hay muchos miedos. Gracias a un equipo muy lindo, que es con mi mejor amigo, hicimos doce temas y de repente dijimos: ‘Che, hay que empezar a decir que no a otros laburos, a sueldos cómodos’. Porque yo siempre tenía mi sueldo de tele y de publicidad”, explicó Vigna. “Y fue la decisión de dejar de decir que sí a trabajos externos y a invertir ahorros y el tiempo de macerar un producto que vos decís: ‘Yo creo en esto’ y salir con toda a la cancha. Y si bien estamos laburando 24/7, estoy muy feliz”, reflexionó.
Sin embargo, también reconoció el enorme riesgo que implicó para su economía hacer este salto al vacío. “Yo estoy laburando mucho y por ahí el crédito en este momento no me está rindiendo económicamente, pero sí puedo convocar a artistas. Yo nunca había podido convocar a artistas, a bailarinas…”, prosiguió. “Me parece increíble que estás haciendo eso porque muy poca gente se arriesga en nuestro país. Esperan a que te llamen”, le comentó Flavio Mendoza, que estaba sentado al lado suyo.
“Igual, entendí que yo necesité mucho tiempo que me llamen para aprender. Yo aprendí de mucha gente muy grosa. Y antes yo tenía muchas ganas, pero me sentía muy insegura. Y ahora, se juntaron ciertas cositas que dije: ‘Es ahora y estoy desesperada por hacerlo’”, le respondió ella. “Ya había otros laburos lindos que no me llenaban. ¿Viste cuando te levantás todos los días y te acostás cansado por algo que no te gusta? Entonces, me vuelvo a sentir como chiquita de vuelta”.
“Dejando afuera lo económico, está bueno porque te ubica en tus prioridades, en el amor a tu profesión, de ir ajustando esa aguja para sacar lo mejor de uno”, opinó Viale. “Sí, total. Mi vieja es lo más, es muy sabia, y cada vez que tengo un problema, voy con ella. Me dice: ‘Vos tenés que ser millonaria de vida’. Por ahí no ganás un mango, pero es tu experiencia, como por ejemplo, comer en esta mesa. Uno pagaría para estar en esta mesa. Después lo difícil es no mirar al costado y decir: ‘Bueno, elegí esto. Me la tengo que bancar’”, cerró.
Flor Vigna se quebró en la mesa de Juana Viale al recordar una anécdota con su mamá
Al principio de su carrera en la televisión y publicidad, cuando apenas tenía 17 años, su mamá la llevaba en bicicleta cada vez que le salía algún trabajo. Ahora, muchos años después, volvió a hacer ese mismo trayecto de casualidad mientras estaba yendo a hacer su primer show. Al contar esta casualidad, lloró recordando todo el esfuerzo que su madre hizo por ella desde siempre.
“El camino era todo por Avenida Juan B. Justo y es el mismo camino que yo hacía con mi vieja, cuando me llevaba en bicicleta atrás, y era el mismo camino que hice para mi primer show. Y me re emocioné, porque yo lo veía como algo utópico, como si fuera para otra vida”, agregó, e hizo una pausa para interrumpirse a sí misma.
“Odio cuando me empieza a temblar la voz”, dijo con los ojos llenos de lágrimas. “Yo lo veía como algo que de verdad era para otra gente, no para mí. Ay, no me quiero emocionar”. “¡Ay, pero emocionaste! ¡Es re lindo, está bien!”, le gritaron los otros invitados presentes. “Mi mamá luchó mucho en su vida y me regaló esa forma de pensar de renacer todo el tiempo y de desafiar lo que te tocó e ir a buscar tu propio destino. Y ayer fue el primer show y salió re lindo, la gente cantaba la canción y yo me siento en una película”, cerró.