Nazareno Casero es un actor de teatro y televisión que ha logrado una carrera y despegarse de la imagen de su padre, Alfredo Casero. En una reciente entrevista, el artista se refirió a su vínculo con su progenitor y relató una llamativa anécdota que vivió con él a sus 16 años.
Alfredo Casero se ha vuelto en los últimos años más relevante por sus furiosos enojos en televisión contra la clase política que por sus papeles actorales. En alusión a esta realidad, Nazareno fue consultado por el espíritu sacado de su padre y él habló sin problemas al respecto, a modo de apoyo.
"Mi papá tenía una forma de decir las cosas para que uno entendiera y dijera 'tiene razón'. Quizás para pedirme que me fuera a bañar me decía 'dale mugriento, que si no, te voy a agarrar con la manguera'. Tenía un modo de enojarse muy particular, en el que también metía un poco de humor. Pero también me ponía límites", comentó Casero hijo en una entrevista con La Nación. Y agregó: "Un día, a los 16 años, le dije que me iba a dormir a lo de un amigo y me respondió que no, que ya era tarde, que eran las ocho de la noche. Recuerdo su simplicidad para explicarme cosas que otros no me sabían explicar".
Al mismo tiempo, Nazareno Casero se refirió a la verborragia que su padre ha manifestado en programas de política, especialmente en contra del kirchnerismo, y soltó: "Creo que si él no fuese tan vehemente sería sólo la opinión de alguien más y tal vez no generaría el mismo eco. Si lo analizás de afuera y ves por qué está peleando (por ejemplo, para visibilizar que una sarta de políticos se estén haciendo multimillonarios choreando el erario público), terminás pensando que está bien ponerse así de loco. Me pondría mal si se pusiera así porque perdió Racing".
La sorprendente revelación de Nazareno Casero sobre Graciela Alfano
El actor hizo un hilo con su cuenta de Twitter para relatar cómo era su vínculo con Alfano cuando era pequeño: "Corría el año 1996, mi viejo trabajaba en América 2 haciendo Chachachá y yo iba casi todos los días a las grabaciones. Recuerdo que en reiteradas ocasiones íbamos en calidad de amigos a visitar a la Alfano a su camarín y ella me recibía con besos (tiernos, JAMÁS se propasó)".
"Me daba unos besos, me decía lo lindo que era y lo bien que me portaba… yo obviamente estaba incendiado por dentro, porque si bien era un niñito de 10 años podía entender que Graciela Alfano era un incendio forestal que quemaba todo a su paso. Creo que después de Xuxa no había mujer que hiciera latir tan fuerte mi pequeño corazón infantil. La cuestión es que luego de besos y halagos por parte de ella hacia mi, Graciela buscaba dinero entre sus pertenencias y entregaba un billete que incluso tenía rastros de su perfume", escribió Casero. Y siguió: "A veces eran billetes de 5 pesos, de 10 y hasta hubo alguno de 20. Es decir que la Alfano me besuqueaba y me daba dinero que gastaba en el kiosco de al lado del canal. Comía panchos y alfajores, tomaba coquitas… todo pago por Graciela Alfano. Recuerdos imposibles de olvidar".