La relación entre Maju Lozano y la producción de El Nueve está en su peor momento. A las continuas fricciones que manifiesta la conductora públicamente se le sumó el reclamo de una compra que pidió al canal hace dos meses para alivianar la incomodidad con la que convive tras ser operada el pasado 21 de octubre.
El pase de facturas ocurrió al final de su programa, Todas las tardes. Allí, Maju Lozano hizo una pausa entre los habituales agradecimientos y sentenció: "No quiero agradecer a la gente de compras del canal porque hace 60 días estoy pidiendo un sillón para trabajar como corresponde por pedido de mi médico y realmente estoy muy apenada porque todavía estoy esperando una respuesta".
"He venido a trabajar en condiciones infrahumanas", disparó la conductora, al tiempo que aclaró que ama "este canal". Sin embargo, lamentó que su entrega "no sea correspondida de la misma manera".
"Estoy trabajando de una manera tremendamente incómoda y dolorida. Siento que cualquier persona que fue operada y que ha pasado por una intervención tan jodida como la mía y que regresé antes de lo que me había autorizado mi médico. Lo único que había pedido era un sillón en condiciones para trabajar", blanqueó.
El problema no es nuevo y la conductora se aseguró de dejar en claro que "hace cuatro años" que trabaja con un sillón roto: "me chupa tres reverendos huevos, pero en este momento lo necesitaba. Incluso me había ofrecido a pagar, traer uno de mi casa, porque necesito estar cómoda para trabajar. No solo trabajo con mi entrega y mi corazón, sino que también lo hago con el cuerpo", concluyó.
Maju Lozano se sacó a los gritos contra la producción de El Nueve
El pasado 2 de noviembre, Maju Lozano vivió un momento de bronca y tensión en medio de su programa Todas las Tardes cuando de forma inesperada perdió la compostura y estalló en contra de la producción de El Nueve.
En varias ocasiones del magazine de las tardes, la conductora y su equipo sufrieron cortes de luz que lejos estuvieron de ayudar al clima de trabajo. La gota que colmó el vaso fue la interferencia en el audio que se escuchaba en algunas entrevistas. Maju, finalmente, sentenció: “¡Hoy es un despelote! ¡Está difícil!” Y luego, como hablándole “a los espíritus”, expresó: “¡Che, es una hora y media que tienen que dejar de joder!”.
Ya cansada por las interferencias y los abruptos cortes de luz Maju denunció, entre risas, que el aire acondicionado estaba muy fuerte. “¡Estamos fresquitas! ¡Los piecitos ya no los siento! Porque no anda la luz ¡Pero el aire acondicionado para chuparse los dedos! Quince grados bajo cero ¡Ahora sé lo que sienten las modelos cuando las llevaban en culo a sacarse fotos en la nieve! ¡Y déjense de embromar chicos, yo no me voy a ir de este programa!”, cerró, picante.