Mauro Szeta abrió su corazón y reveló qué es lo que más le molesta de su trabajo y cómo ha aprendido a lidiar con ello. El columnista de policiales se explayó sobre su amor por su oficio, su familia y su voráz amor por los viajes.
"Es muy difícil. Cuando uno se conecta con el trabajo pierde mucha energía, la cabeza te explota. En mi caso, la desconexión entre mi trabajo y mi vida personal la encontré hace cinco años atrás haciendo un curso de cocina", comenzó el panelista de Cortá por Lozano, sobre cuán agobiante es el trabajo de cronista de policiales, oficio que desarrolla desde hace más de una década. "Fue mi primer punto de desconexión en el que me distraía por un momento: logré dejar de mirar el celular para chequear información y eso me resultó muy importante", soltó en diálogo con Gente.
Szeta se explayó sobre las actividades que le permiten despejarsu mente de la vorágine de la televisión y los medios. "Lo simplifico en cuatro rubros: cocina, fútbol, viajes y música. Esos son mis principales pilares de desconexión. Además de la cocina, otra de mis grandes pasiones es ir a la cancha a ver jugar a Estudiantes de La Plata", relató el periodista. "Es un momento importante para mí, especialmente porque creo que los hinchas de Estudiantes no gozamos el fútbol, sino que lo sufrimos. No nos da placer ir a la cancha. Da placer si ganamos, pero eso termina siendo un acto de sufrimiento", sumó sobre su fuerte fanatismo por el equipo de fútbol platense.
El amor de Mauro Szeta por los viajes
En el mismo reportaje, el columnista dejó en claro que otra de sus pasiones es conocer nuevos destinos junto con su pareja. "Antes de la pandemia era sistemático tratar de buscar con Clarissa un destino para conocer, para caminar, para pasear. Viajar me genera mucha satisfacción y mucha adrenalina", pronunció Szeta al respecto. Y agregó: "Solíamos realizar vacaciones en pareja todos los años, dos veces por año. Ahora eso cambió por la pandemia, sin embargo, encontré con el placer del paladar en el whisky un nuevo experimento de incursionar en una vida diferente".
"Debo reconocer que en este tiempo dejé de escuchar música como antes. Vivía con un nivel de estrés tan alto que necesitaba, cada tanto, parar y poner un CD para escuchar música y relajarme: era algo cotidiano", reveló luego, en alusión a otro hábito que extraña en su rutina.