Luciano Pereyra habló sobre su relación con Mercedes Sosa y Horacio Guarany, sus dos grandes ídolos musicales que lo acompañaron a lo largo de su carrera, y contó una anécdota en especial con Mercedes: un viaje en avión que casi termina en una tragedia.
En esa situación límite, Sosa lo reconfortó tanto que, para él, se convirtió en una especie de madre. Aquel día, ella terminó cantando una de sus canciones más icónicas, Y dale alegría a mi corazón, en medio del avión, con todos los pasajeros escuchándola muy atentos.
“El que no disfrutaste nada fue un viaje, en el que ibas con Mercedes Sosa, y no sé qué les agarró, el viento zonda. ¿Es verdad que ella te cantaba para que te quedes tranquilo?”, le preguntó Jey Mammón en Los Mammones “Sí. Yo estaba muy asustado. Estábamos adelante, sentados, y el avión se empieza a mover, todo el vuelo horrible, yo ahí, sufriendo”, recordó el artista.
“Y en un momento, cuando estamos por descender, no me acuerdo si en Mendoza, el avión hace esto y se pone así de costado”, prosiguió, haciendo un gesto con la mano para explicarle cómo el avión se volteó de repente. “Sigue cayendo el avión, retoma y vuelve a salir. Nunca toca pista. Imaginate yo. Y ella me dice: ‘Tranquilo, tranquilo. No pasa nada, Lucianito, va a estar todo bien, te voy a cantar’”, prosiguió.
“Y empezó a cantar: ‘Y dale dale alegría a mi corazón…’. ‘Esta canción va a traer suerte’, me dice. En ese momento, el avión se movía para todos lados, todo el avión en silencio escuchándola a ella. Y me agarró la mano, me hacía así, como que me cubría en su ala. Me decía: ‘Tranquilo, ya va a estar bien, esta canción trae suerte’”, continuó, ante la mirada emocionada del conductor.
“Cuando bajamos del avión, que tocamos tierra, hicimos escala en San Luis o San Juan, me dice: ‘Esta canción no trajo suerte ni mierda’”, agregó, entre risas. “Me mató, fue hermoso. Y fíjate qué viva, porque también lo dijo para descomprimir. Porque ahí yo largué la carcajada y fue como: ‘Ahhhh’. Mercedes Sosa y Horacio Guarany fueron como… ¿qué más después de eso?”, reflexionó.
“Como padres musicales, ¿no?”, le preguntó Jey. “Sí. No he compartido tantas cosas como me hubiese gustado, pero en estas cosas, Mercedes fue como muy madre. Y Horacio, siempre se lo dije, le escribí una carta diciéndole que él fue el abuelo que yo nunca tuve. Yo no conocí a mis abuelos”, finalizó.
Luciano Pereyra se abrió sobre la relación con sus papás: “Me enseñaron a no creer en la suerte”
Durante esa conversación, el artista también habló sobre su infancia, el trabajo que tenía su papá cuando él era chico y una enseñanza muy importante para él que le dieron y que, más tarde, le sirvió para poder crecer en el mundo de la música.
“Yo creo que de él aprendí mucho la cuestión del trabajo. Nada es regalado y todo es con esfuerzo. Yo veía a mi papá levantar su casa ladrillo por ladrillo. Mi mamá lo esperaba con el cemento ya hecho, mi viejo llegaba de la fábrica a las cuatro de la tarde y se ponía a hacer su casa”, relató.
“Mis padres me enseñaron a no creer en la suerte, sí en el trabajo. Y si tenés suerte, acompaña con trabajo. Mi mamá era portera del consejo escolar de Luján. Siempre digo que mi papá me dio la pasión y mi mamá la razón. Mi papá canta, tiene discos de folklore, de mariachis, canta… él es cantor y yo soy cantante”, cerró.